Copa Mundial de Rugby: adversarios y retos de la selección japonesa

Deporte

La Copa Mundial de Rugby 2023 arrancará el 8 de septiembre en Francia. La selección nipona, que llegó a cuartos de final por primera vez en la edición anterior de la competición, viene mejorando su juego con la vista puesta en la victoria bajo la dirección del entrenador principal Jamie Joseph. ¿Puede Japón, que forma parte de la Unión de Alto Rendimiento con el resto de los mejores países en este deporte, volver a sorprender al mundo?

Objetivo: de cuartos de final a la victoria

La fiebre del rugby se desató en el archipiélago nipón en otoño de 2019. Era la primera vez que la Copa Mundial se celebraba en el país y en Asia. La selección nacional se impuso en el grupo A de la primera división ganando los cuatro partidos y derrotando a equipos tan potentes como Irlanda y Escocia, gracias a lo cual se plantaron en cuartos de final por primera vez en la historia.

El One Team, capitaneado por el neozelandés Michael Leitch y compuesto por jugadores de varios orígenes (Australia, Sudáfrica, Tonga, Samoa, Corea del Sur, etc.), conquistó el corazón de la afición erigiéndose en un modelo del respeto a la diversidad que está tan en boga actualmente. Según los organizadores, 50.000 personas se reunieron para presenciar el desfile que tuvo lugar tras el torneo en Marunouchi, un barrio del centro de Tokio. La selección nacional de rugby dejó un impacto notable como una entidad que trasciende el mundo del deporte.

Fukuoka Kenki logró dar la vuelta al marcador en el segundo partido de las eliminatorias contra Irlanda en el Mundial de 2019. El jugador estudia medicina y aspira a convertirse en médico. Fotografía tomada en el estadio Ecopa de Shizuoka el 28 de septiembre de 2019. (AFP, Jiji Press).
Fukuoka Kenki logró dar la vuelta al marcador en el segundo partido de las eliminatorias contra Irlanda en el Mundial de 2019. El jugador estudia medicina y aspira a convertirse en médico. Fotografía tomada en el estadio Ecopa de Shizuoka el 28 de septiembre de 2019. (AFP, Jiji Press).

Han pasado cuatro años desde aquello. Volvemos a estar en año de mundial. Japón se enfrenta a esta edición desde una posición distinta a la que ocupaba. Sus primeros cuartos de final, que conquistó en 2019, ya no son un logro sino un cupo a cumplir. Los primeros que lo han proclamado públicamente son los propios jugadores, que han declarado que van a por el título en múltiples ocasiones desde que empezaran la concentración, a menos de tres meses vista de la competición.

¿Habrá quien lo tache de fanfarronería? Hasta ahora los ganadores de la Copa Mundial de Rugby han sido Nueva Zelanda y Sudáfrica en tres ocasiones cada una, Australia en dos e Inglaterra en una; nadie más. Pero los jugadores de la selección nipona no hablan por hablar. En la concentración que empezaron el 12 de junio en Urayasu (prefectura de Chiba), se les oyó comentar que era el entrenamiento más duro que habían hecho hasta la fecha, refiriéndose a la práctica de placaje a la que se sometían todas las mañanas durante una hora en una tienda montada en un rincón del campo.

El programa de John Donahue, especialista en jūjutsu y otras artes marciales, y entrenador curtido en la liga de rugby a 13 australiana, consiste en casi una hora seguida de placajes y contacto repetidos, sin pausas para descansar o hidratarse. En los intervalos se sigue un sistema de corresponsabilidad en que todo el equipo se ve penalizado si uno de los jugadores muestra una “postura débil”, como apoyar las manos en las rodillas, en las caderas o sobre la cabeza. Se trata de un entrenamiento con un enfoque espartano que podría considerarse anacrónico desde el punto de vista de la seguridad y el cumplimiento normativo.

“Si pretendemos ganar una competición mundial, no podemos permitirnos perder en el contacto”, argumenta el director de la selección nacional Fujii Yūichirō para justificar el objetivo del entrenamiento especial. En 2019 los japoneses se clasificaron entre los ocho mejores equipos adaptando la estrategia al contrincante, con una ofensiva versátil que empleaba sofisticados ataques y desplegaba melés cuidadosamente diseñadas. Sin embargo, en cuartos de final sufrieron una derrota absoluta contra Sudáfrica, que acabó ganando el título. Les faltó convertirse en jugadores con un físico robusto que aguantaran el mes y medio de combates cuerpo contra cuerpo sin desgastarse y llegaran al final del maratón en plena forma.

Michael Leitch (centro) llevando su cuerpo al límite en la concentración previa al campeonato. A sus 34 años, el que fue capitán en dos ediciones del mundial es ya todo un veterano. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.
Michael Leitch (centro) llevando su cuerpo al límite en la concentración previa al campeonato. A sus 34 años, el que fue capitán en dos ediciones del mundial es ya todo un veterano. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.

La evolución de la selección en cuatro años

En el mundo del rugby existe una jerarquía casi protocolaria. Todos los años los equipos europeos del Seis Naciones (Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Francia e Italia) y las cuatro potencias del hemisferio sur que compiten en el Rugby Championship (Nueva Zelanda, Australia, Suráfrica y Argentina) forman el Tier 1 (tier significa ‘nivel’), un grupo que goza de prioridad en los emparejamientos, entre otros aspectos. En cambio, Japón, los llamados países isleños (Fiyi, Samoa y Tonga) y los europeos fuera de los seis arriba mencionados (como Georgia o Rumanía) quedan relegados al Tier 2 y raramente juegan contra los del primero en los partidos de prueba.

Para que la selección nipona amplíe su experiencia, cree una plantilla sólida y eleve su capacidad competitiva en el contexto de la inflexible estructura del rugby, hay que multiplicar las oportunidades de que se enfrente a los mejores. Llegar a cuartos de final en el mundial de 2019 debía ser el trampolín para lograrlo, pero a partir de 2020 empezaron a cancelarse los partidos internacionales a causa de la pandemia.

Así pues, ¿Japón no ha mejorado nada en estos años? Es una pregunta que ofrece dos respuestas. Los japoneses sufrieron una derrota sonada en el primer partido contra Francia (23 a 42), pero lograron quedar 15 a 20 en el segundo, en julio de 2022, mientras que, en octubre, acabaron 31 a 38 contra Nueva Zelanda. El hecho de que lograran remontar —aunque no ganaran— en una única oportunidad o estuvieran tan cerca de dar la vuelta al marcador contra dos de los mejores del mundo demuestra cómo han mejorado el nivel.

El veinteañero Warner Dearns, que juega en segunda línea y pasó del equipo del instituto Kashiwa de la Universidad Ryūtsū Keizai al Brave Lupus Tokio, marcó un tanto contra la selección de su Nueva Zelanda natal. Y el medio apertura de los Kobe Steelers Lee Seung-sin, de 21 años, lideró el partido contra Francia.

Lee Seung-sin, un joven líder que va a por su primer mundial. Estrenó el marcador con su precisión de chute sin parangón en un partido de entrenamiento. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.
Lee Seung-sin, un joven líder que va a por su primer mundial. Estrenó el marcador con su precisión de chute sin parangón en un partido de entrenamiento. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.

En 2023 Osada Tomoki, centro del Saitama Wild Knights que ganó el premio a novato del año de la League One, y Fukui Shōta, que se unió al mismo equipo tras terminar el bachillerato y ahora está en su quinto año, también debutará en la selección. El desarrollo de estos jóvenes está alimentando rápidamente la potencia del equipo nacional.

Osada Tomoki se ha erigido como as con el Saitama Wild Knights, uno de los equipos más potentes de la League One, y se espera que sea un centro rompedor para la selección. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.
Osada Tomoki se ha erigido como as con el Saitama Wild Knights, uno de los equipos más potentes de la League One, y se espera que sea un centro rompedor para la selección. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.

Después de graduarse en el reputado instituto de bachillerato Higashi Fukuoka, Fukui Shōta acaparó la atención del mundo del rugby al firmar un contrato profesional sin pasar por la universidad. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.
Después de graduarse en el reputado instituto de bachillerato Higashi Fukuoka, Fukui Shōta acaparó la atención del mundo del rugby al firmar un contrato profesional sin pasar por la universidad. Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la selección no ha ganado un solo partido contra un equipo de primer nivel desde la Copa Mundial de Rugby de 2019. Una probable causa es la desaparición del Sunwolves, es decir, la falta de refuerzo. El Sunwolves, vertebrado por los candidatos a la selección japonesa, se formó para competir en la Super Rugby, y desde 2016 jugó partidos casi semanalmente contra Nueva Zelanda, Australia, Suráfrica y Argentina para adquirir experiencia, pero cesó su actividad en 2020, en parte por influencia de la pandemia.

La League One, que se montó a partir de la Top League en 2022, atrae a más estrellas de otros países y celebra más partidos que antes, pero el entrenador jefe Jamie Joseph apunta: “No tiene nada que ver con lo duros que son los partidos contra equipos extranjeros”. En noviembre de 2022, el equipo hizo una gira por Europa y perdió 13 a 52 contra Inglaterra, que estará en el mismo grupo en la Copa Mundial. También fue derrotado por Francia 17 a 35 en territorio contrario, a pesar de haber quedado a solo 5 puntos cuando se enfrentaron en Tokio en julio. La verdad es que todavía no ha llegado al punto de poder competir con constancia contra los primeros equipos.

La maduración del rugby japonés

Con todo, la posición de Japón en el mundo del rugby ha cambiado. En mayo de 2023, World Rugby anunció que iba a reconocerlo como miembro de la Unión de Alto Rendimiento (HPU, por sus siglas en inglés). Así pues, pasa a ser uno de once componentes de la unión, junto con los 10 que forman el Tier 1. Pero ciertos medios de comunicación se precipitaron al anunciar que Japón había entrado en el Tier 1.

La HPU, en realidad, es una asociación con una solvencia reconocida en todos los sentidos, desde los resultados que vienen acumulando las potentes selecciones de cada categoría (masculinas y femeninas de rugby 15 y 7) hasta el cumplimiento normativo y la financiación. Como afirma Iwabuchi Kensuke, director ejecutivo de la Japan Rugby Football Union: “No se trata solo del talento de los jugadores de la selección”. La propia World Rugby se está desvinculando de la exclusiva clasificación por tiers. Japón se ha ganado el reconocimiento como miembro con una cultura del rugby madura que no depende de si pierde o gana en el campo en un momento dado.

El entrenador jefe Jamie Joseph (izquierda) anunció que se retiraría después del campeonato en Francia. ¿Qué tipo de rugby mostrará ante el mundo en la culminación de sus ocho años en el puesto? Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.
El entrenador jefe Jamie Joseph (izquierda) anunció que se retiraría después del campeonato en Francia. ¿Qué tipo de rugby mostrará ante el mundo en la culminación de sus ocho años en el puesto? Fotografía: Ōtomo Nobuhiko.

A pesar de todo, la Copa Mundial masculina de rugby 15 sigue siendo un escaparate donde se expone la capacidad global de cada país.

“En el rugby japonés, se cambia el estilo de juego en función del adversario. Me sorprendió”, declaró Pieter Labuschagné en 2018, cuando jugaba con los Sunwolves. El ala (flanker) sudafricano participó en el mundial de 2019. Mientras que los europeos intentan dominar al oponente con jugadas a balón parado explotando su fuerza física, los equipos del hemisferio sur intentan apabullarlos con ataques rápidos moviendo el balón. El rugby nipón no encaja en esos patrones.

Tanto en la copa mundial de 2015, con Eddie Jones, como en la de 2019, en que Jamie Joseph llevó a la selección a cuartos de final, Japón hizo gala de un juego muy propio y versátil, único en su especie, que le permitió vencer a equipos muy fuertes y le valió el reconocimiento en el mundo del rugby. Contra Sudáfrica e Irlanda, que dominan las jugadas a balón parado, se sirvió de efectivos puntapiés para ganar ventaja creando situaciones desestructuradas; contra Samoa, que destaca en este segundo tipo de jugadas, no movió el balón y presionó en las jugadas a balón parado.

¿Con qué tipo de rugby sorprenderá al mundo Japón en la próxima Copa Mundial, que empieza en Francia el 8 de septiembre?

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Los jugadores entonan el himno nacional en el partido contra Tonga de la Copa Lipovitan D Challenge, en el que la selección nipona ganó su primer partido de la temporada. Imagen tomada el 29 de julio de 2023 en el estadio de rugby Hanazono de Osaka. Jiji Press)

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