Japón recuerda el desastre nuclear “provocado por el hombre” diez años después de Fukushima

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FOTO DE ARCHIVO: Un trabajador, con un traje protector y una máscara, visto desde un autobús cerca del edificio del reactor número 3 de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi de TEPCO afectada por el tsunami, en la localidad de Okuma de la prefectura de Fukushima el 10 de febrero de 2016 en Japón. REUTERS/Toru Hanai
FOTO DE ARCHIVO: Un trabajador, con un traje protector y una máscara, visto desde un autobús cerca del edificio del reactor número 3 de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi de TEPCO afectada por el tsunami, en la localidad de Okuma de la prefectura de Fukushima el 10 de febrero de 2016 en Japón. REUTERS/Toru Hanai

Por Linda Sieg

TOKIO (Reuters) – Cuando un enorme terremoto y tsunami azotaron Japón el 11 de marzo de 2011, devastando pueblos y provocando fusiones nucleares en Fukushima, un planeta desconcertado observó el esfuerzo caótico para contener el peor desastre nuclear del mundo desde Chernóbil.

Un tsunami provocado por el sismo de magnitud 9 golpeó la costa noreste del país acabando con la vida de cerca de 20.000 personas y afectando a la central de Fukushima Dai-ichi. Más de 160.000 residentes huyeron a medida que la radiación se propagaba por el aire.

En ese momento, algunos –entre ellos el primer ministro Kan Naoto—temían que Tokio debiera ser evacuada o algo peor.

“Fukushima ha dejado su impronta en el resto de la historia de la energía nuclear”, afirma Kurokawa Kiyoshi, líder de una investigación que ha concluido que el desastre fue “profundamente provocado por el hombre”.

El Gobierno ha gastado unos 300.000 millones de dólares (32,1 billones de yenes) en la reconstrucción de la región de Tōhoku devastada por el tsunami, pero las zonas situadas alrededor de la central de Fukushima siguen siendo un área restringida, la inquietud sobre los niveles de radiación permanece y muchos de los que se fueron ya se han asentado en otros lugares. El desmantelamiento de la central afectada tardará décadas y costará miles de millones de dólares.

Japón está deliberando de nuevo sobre el papel de la energía nuclear en su mix energético ahora que el país, pobre en recursos, espera alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 en su lucha contra el calentamiento global. No obstante, una encuesta de la radiodifusora pública NHK revela que al 85 % de la población le preocupa la posibilidad de que sucedan accidentes nucleares.

La política energética fue abandonada en el limbo después de que Abe Shinzō devolviese al poder al Partido Liberal Democrático (PLD), pro nuclear, un año después del desastre, expulsando al Partido Democrático de Japón cuya imagen quedó mancillada por la gestión de Fukushima.

“Es como si hubieran dejado las cosas la deriva”, cuenta Tobias Harris, vicepresidente senior de la consultora Teneo y autor de un libro sobre Abe Shinzō.

“RESULTADO DE LA CONNIVENCIA”

La comisión Kurokawa, designada por el parlamento, concluyó en 2012 que el accidente de Fukushima fue “resultado de la connivencia entre el Gobierno, los órganos reguladores y TEPCO” y la falta de gobernanza.

Abe dimitió el año pasado alegando problemas de salud, y su sucesor, Suga Yoshihide, ha anunciado el objetivo de alcanzar la huella de carbono cero para el año 2050.

Los defensores de la energía nuclear afirman que es vital para la descarbonización. Sus críticos que el coste, la seguridad y el reto de almacenar los residuos nucleares son razones para evitarla.

“Los que hablan sobre la energía atómica son personas de la ‘villa nuclear’ que quieren proteger sus intereses creados”, dijo en una rueda de prensa la semana pasada el ex primer ministro Kan.

Las manifestaciones masivas contra la energía nuclear que se produjeron justo después del 11 de marzo han desaparecido, pero la desconfianza persiste.

Una encuesta publicada en febrero por el diario Asahi revela que en todo el país el 53 % se opone a volver a activar los reactores, en comparación con el 32 % que está a favor. En Fukushima solo el 16 % apoyó traer unidades de reactivación.

“Han pasado diez años y algunas personas se han olvidado. El celo ha desaparecido”, afirma Uchiyama Yu, profesor de ciencia política en la Universidad de Tokio. “Las reactivaciones no se están produciendo, por lo que la gente cree que solo con esperar la energía nuclear desaparecerá”.

¿UN FUTURO SOMBRÍO PARA LA ENERGÍA NUCLEAR?

Solo nueve de los 33 reactores comerciales que quedan en Japón han recibido la autorización para ser reactivados bajo los estándares de seguridad posteriores a Fukushima, y de ellos solo cuatro están en funcionamiento en comparación con los 54 que producían energía antes del desastre.

Las centrales nucleares cubrieron solo el 6 % de la demanda energética de Japón en la primera mitad del 2020 en comparación con el 23,1 % de las fuentes renovables –muy por detrás del 46,3 % de Alemania—y del casi 70 % de los combustibles fósiles.

Kikkawa Takeo, un asesor del Gobierno en materia de política energética, explicó que si se extiende la vida útil de los 33 reactores comerciales que tiene Japón hasta los 60 años, quedarán solo 18 en 2050 y ninguno en 2069. Los nuevos grupos de presión de las empresas están apostando por la energía sostenible.

“Japón es un país pobre en recursos naturales, por lo que no debemos abandonar sin más la opción nuclear”, dijo Kikkawa en rueda de prensa. “Aunque en verdad el futuro de la energía nuclear es sombrío”, concluyó.

(1 yen = 0,0094 dólares estadounidenses)

(Reportaje de Linda Sieg. Editado por Gerry Doyle. Traducido al español por nippon.com)

Gran Terremoto del Este de Japón Fukushima Fukushima Daiichi desastre nuclear Reuters