ANÁLISIS-Pekín busca apoyos de aliados para contrarrestar el liderazgo mundial de EEUU

FOTO DE ARCHIVO: Banderas de Estados Unidos y China en Arlington, Virginia, Estados Unidos, el 9 de noviembre de 2018. REUTERS/Yuri Gripas
FOTO DE ARCHIVO: Banderas de Estados Unidos y China en Arlington, Virginia, Estados Unidos, el 9 de noviembre de 2018. REUTERS/Yuri Gripas

Por Gabriel Crossley y Yew Lun Tian

PEKÍN, 19 abr (Reuters) - China está estrechando lazos con socios autocráticos como Rusia e Irán, así como con países de su entorno económicamente dependientes, al tiempo que recurre a sanciones y amenazas para tratar de fracturar las alianzas que Estados Unidos está construyendo contra el gigante asiático.

Según fuentes diplomáticas y de analistas, para Pekín es preocupante que la Administración Biden haya conseguido que otras democracias se endurezcan ante una China en expansión y más autoritaria a nivel mundial en materia de derechos humanos y cuestiones de seguridad regional, como el disputado Mar de la China Meridional.

"China siempre se ha opuesto resueltamente a que la parte estadounidense se dedique a la política de bloques siguiendo líneas ideológicas, y a que se confabule para formar camarillas antichinas", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores chino en una declaración a Reuters.

"Esperamos que los países relevantes vean claramente sus propios intereses (...) y no se reduzcan a ser herramientas antichinas de Estados Unidos".

Después de las tormentosas conversaciones del mes pasado entre los principales diplomáticos estadounidenses y chinos en Anchorage, Pekín también parece haberse comprometido de forma más urgente con países como Rusia, Irán y Corea del Norte, que también han sido objeto de las sanciones lideradas por Estados Unidos.

PEQUEÑO CONSUELO

"China está muy preocupada por la diplomacia de alianzas de Estados Unidos", dijo Li Mingjiang, profesor asociado de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur, señalando lo que él llama intentos de "acurrucarse en busca de calor" con Estados rechazados por Occidente.

Días después de la reunión de Alaska, el principal diplomático del Gobierno chino, el consejero de Estado Wang Yi, recibió al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, quien pidió a Moscú y Pekín que hicieran frente a lo que denominó la agenda ideológica de Occidente.

Una semana más tarde, Wang voló a Irán y firmó un pacto económico de 25 años, que según el profesor de la Universidad Renmin, Shi Yinhong, "expone efectivamente a todas las empresas chinas que participan a las sanciones directas o indirectas de Estados Unidos".

El presidente chino Xi Jinping, por su parte, intercambió mensajes con el líder norcoreano Kim Jong Un, pidiendo una asociación más profunda con otro país cuya ambición nuclear ha dado pie a la imposición de sanciones.

China también está cortejando a sus vecinos económicamente dependientes. En las últimas semanas, Wang recibió a los ministros de Asuntos Exteriores de Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Corea del Sur en la provincia suroriental china de Fujian.

    Li dijo que Pekín hará promesas de ayudar a estos países a reactivar sus economías tras la pandemia de COVID-19, lo que hará que se lo piensen dos veces antes de ponerse del lado de Estados Unidos.

Después de que diplomáticos y generales filipinos acusasen a China de enviar buques con milicianos a sus aguas, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo que no permitirá que las disputas territoriales en el Mar de la China Meridional se interpongan en el camino de la colaboración con China en materia de vacunas y recuperación económica.

CONSTRUYENDO BLOQUES

Biden ha seguido presionando a Pekín en muchos de los mismos frentes que el anterior Gobierno estadounidense del expresidente Donald Trump, pero con una estrategia más centrada en las alianzas.   

En una reunión celebrada el viernes entre Biden y el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, los dos países presentaron un frente unido contra las políticas autoritarias de China, en temas que van desde las disputadas islas del Mar de la China Oriental conocidas como Senkaku en Japón y Diaoyu en China, hasta cuestiones de derechos en las regiones bajo autoridad china de Hong Kong y Sinkiang.

El mes pasado, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá impusieron sanciones coordinadas por los informes sobre trabajos forzados en la región occidental china de Sinkiang, mientras que más de una docena de países acusaron conjuntamente a China de ocultar información de una investigación sobre el origen de la pandemia de COVID-19.

Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Canadá y Francia se unieron recientemente a Estados Unidos en el envío de buques de guerra a través del disputado Mar de la China Meridional, o anunciaron planes para hacerlo.

Washington también dijo que quiere un "enfoque coordinado" con sus aliados sobre la participación en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín, ante la preocupación por las violaciones de derechos humanos, en particular relacionadas con el tratamiento de los uigures y otras minorías musulmanas en Sinkiang.

ROMPER LA "CAMARILLA"

China ha respondido airadamente a las muestras de unidad de los aliados de Washington, y sus diplomáticos han calificado a Japón de "vasallo" y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de "perro faldero" de Estados Unidos.

La estrategia de China para debilitar esta unidad gira en torno a animar a los aliados de Estados Unidos a comprometerse de forma independiente con Pekín y a anteponer los beneficios económicos, optando por castigarlos si se comprometen en una acción conjunta contra China.

Según diversos analistas, Pekín respondió a las sanciones de la UE a miembros de la Administración china por las acusaciones sobre Sinkiang con contramedidas desproporcionadamente duras, lo que podría torpedear un acuerdo de inversión largamente esperado.

Janka Oertel, directora del programa para Asia del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, cree que Pekín está dispuesta a sacrificar los beneficios económicos por sus intereses fundamentales si se ven amenazados por la alianza entre Estados Unidos y la UE.

Xi transmitió este mensaje en una reciente llamada telefónica con la canciller alemana Angela Merkel, diciéndole que esperaba que "la UE juzgue correctamente su independencia".

Pero China sigue necesitando la tecnología y la inversión europeas, dijo Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio Europea en China.

"Siguen hablando con nosotros, a pesar de las sanciones, los negocios siguen adelante, y eso es muy tranquilizador".

Pekín no ha renunciado a persuadir a Washington de que la cooperación es mejor que la competencia, como demostró la semana pasada cuando aseguró al enviado de EEUU para el clima, John Kerry, su apoyo a la cumbre virtual de Biden sobre el clima de esta semana.

"China espera que Washington pueda apreciar que a Estados Unidos le interesa tener a China como amigo y no como enemigo", dijo Wang Wen, profesor del Instituto Chongyang de la Universidad Renmin de China.

(Información de Gabriel Crossley y Yew Lun Tian; editado por Tony Munroe y Simon Cameron-Moore; traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)

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