El BCE se desmarca de las expectativas crecientes de subida de tipos

FOTO DE ARCHIVO: La sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania, 12 de marzo de 2016. REUTERS/Kai Pfaffenbach
FOTO DE ARCHIVO: La sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania, 12 de marzo de 2016. REUTERS/Kai Pfaffenbach

Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa

FRÁNCFORT, 28 oct (Reuters) - Es casi seguro que el Banco Central Europeo mantendrá su estrategia sin cambios el jueves y se opondrá a las crecientes expectativas de una subida de los tipos de interés el año que viene, aunque podría admitir que la inflación será mayor de lo previsto.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, que ya ha señalado las grandes decisiones en materia de política monetaria que se tomarán en diciembre, sentará las bases para reducir los estímulos de emergencia.

Pero es probable que insista una vez más en que el BCE no tiene prisa por endurecer aún más su postura, aunque algunos de sus homólogos ya estén subiendo los tipos o tengan previsto hacerlo.

Sin embargo, tendrá que convencer a los inversores de que este es el camino correcto. Cada vez tienen más dudas sobre la tesis del BCE de que la inflación es temporal y que las subidas de tipos están todavía muy lejos.

Esto ha creado una gran brecha entre las expectativas del mercado y la propia orientación del banco de que los tipos se mantendrán bajos hasta que la inflación se estabilice en el 2%.

De hecho, los mercados están valorando la posibilidad de una subida el próximo otoño y esperan que la inflación se sitúe en torno al nivel objetivo del BCE en los próximos años, lo que está muy lejos de las proyecciones del propio banco.

El estratega de Deutsche Bank, Jim Reid, afirmó que "el BCE volverá a hacer hincapié en su orientación futura, a falta de otras opciones mejores, para hacer retroceder los recientes y agresivos precios iniciales".

El economista jefe del BCE, Philip Lane, ya trató de contrarrestar estas expectativas, argumentando que eran "difíciles de conciliar" con la propia orientación del banco.

Pero esa intervención tuvo un efecto modesto, por lo que Lagarde podría tener que ser aún más explícita a la hora de decir a los inversores que están interpretando mal al banco central.

La discordancia se debe a la inflación. Los analistas prevén que el crecimiento de los precios puede alcanzar el 4%, el doble del objetivo del BCE, este año debido a una larga lista de factores puntuales, y es probable que retroceda más lentamente de lo que el BCE quiere admitir.

Los bancos centrales de todo el mundo ya están reaccionando.

El Banco de Canadá ha sido el último en hacerlo, al señalar el miércoles que podría subir los tipos de interés tan pronto como en abril de 2022 y decir que la inflación se mantendrá por encima del objetivo durante gran parte del próximo año.

Pero el Banco de Japón ha sido una excepción destacada, al confirmar su política monetaria fácil el jueves y proyectar la inflación muy por debajo de su objetivo del 2% durante al menos dos años más. [L6N2RO03U]

¿PROVISIONAL?

Aunque sea pasajero, un repunte de la inflación en la zona euro podría incrementar las presiones subyacentes sobre los precios y, si dura lo suficiente, impactar en la fijación de los salarios.

Los altos precios de la energía también podrían obligar a las empresas a ajustar su comportamiento en la fijación de precios para tener en cuenta el aumento de los costes.

El BCE dice que esto no está ocurriendo, pero los mercados tienen una opinión diferente.

"Lagarde debería, y probablemente tratará, de contrarrestar este reajuste de precios con más fuerza", dijo Marco Valli, economista de UniCredit.

"Una característica importante de la orientación de los tipos del BCE, que los mercados pueden estar pasando por alto ahora, es que su formulación reduce en gran medida el margen de endurecimiento preventivo."

PRECAUCIÓN

En diciembre, es probable que el BCE decida poner fin a los estímulos de emergencia el próximo mes de marzo, pero es posible que ponga en marcha otro plan de apoyo para recuperar el terreno perdido y mantener bajos los costes de los préstamos.

Tiene muchas razones para ser precavido.

Los datos concretos no muestran aumentos salariales alarmantes que apunten a una inflación más duradera, y las previsiones de los analistas no cumplen los criterios del BCE para subir los tipos.

Además, el BCE lleva casi una década sin alcanzar su objetivo, por lo que una medida prematura afectaría especialmente a su credibilidad.

Los responsables de la política monetaria también recuerdan claramente la subida de tipos del banco en vísperas de la crisis de la deuda del bloque hace una década, posiblemente el mayor error político de la historia de la institución.

"Para que el BCE suba los tipos, probablemente no baste con que los salarios vuelvan a subir con más fuerza ante la mejora de la situación del mercado laboral y las altas tasas de inflación", dijo Michael Schubert, economista de Commerzbank.

"Más bien, tendrían que subir tan rápido y con tanta fuerza que se impida el descenso de la inflación debido a la expiración de los efectos transitorios en el próximo año", dijo.

Por último, una notable desaceleración económica en el próximo trimestre también aboga por enfriar las expectativas de una política más restrictiva.

Con gran parte de la industria del bloque sufriendo un cierto nivel de escasez de suministros, es probable que el crecimiento se ralentice y que una nueva oleada de la pandemia de coronavirus afecte también a los servicios.

Todo esto sugiere un tono cauteloso por parte del BCE, repitiendo el argumento de que incluso la retirada de los estímulos de emergencia es sólo una recalibración de la política, no la retirada del apoyo.

La decisión política del BCE está prevista para las 1145 GMT, seguida de la conferencia de prensa de Lagarde a las 1230 GMT.

(Reporte de Balazs Koranyi; edición de Hugh Lawson y Stephen Coates; traducción de Flora Gómez)

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