El Banco de Japón debate si preparar el terreno para subir tipos contra la inflación

FOTO DE ARCHIVO: Un hombre con mascarilla pasa frente a la sede del Banco de Japón en Tokio, Japón, el 22 de mayo de 2020. REUTERS/Kim Kyung-Hoon
FOTO DE ARCHIVO: Un hombre con mascarilla pasa frente a la sede del Banco de Japón en Tokio, Japón, el 22 de mayo de 2020. REUTERS/Kim Kyung-Hoon

Por Leika Kihara

TOKIO, 14 ene (Reuters) - Los responsables de la política monetaria del Banco de Japón están debatiendo sobre el momento de empezar a preparar el terreno para una posible subida de los tipos de interés, que podría llegar incluso antes de que la inflación alcance el objetivo del banco del 2%, según dijeron varias fuentes, animados por el aumento de la inflación y una Reserva Federal más agresiva.

Aunque no es inminente una subida de los tipos de interés y el Banco de Japón va a mantener una política ultraflexible al menos durante el resto de este año, los mercados financieros podrían estar subestimando su disposición a eliminar gradualmente su programa de estímulos, que en su día fue radical.

En particular, las promesas del Banco de Japón de mantener una política monetaria acomodaticia sólo se aplican al bombeo constante de efectivo en los mercados, no al mantenimiento de los tipos en los niveles bajos actuales.

"El Banco de Japón nunca se ha comprometido a mantener los tipos de interés hasta que la inflación supere el 2%", dijo una fuente familiarizada con la toma de decisiones del Banco de Japón, opinión de la que se hicieron eco otras dos fuentes.

"Eso significa que, en teoría, puede subir los tipos antes de que la inflación se sitúe de forma sostenible por encima del objetivo".

Tras nueve años de agresiva relajación monetaria, el Banco de Japón parece estar consiguiendo finalmente lo que quería. La inflación se arrastra hacia su esquivo objetivo y ya está cambiando la percepción pública de que la deflación persistirá.

La prioridad del Banco de Japón a corto plazo es evitar que un repunte transitorio de la inflación alimente las especulaciones del mercado sobre un pronto endurecimiento de su política monetaria.

Muchos responsables del Banco de Japón no esperan que se den las condiciones necesarias para justificar una subida de tipos este año, dada la incertidumbre sobre si el consumo se fortalecerá lo suficiente como para permitir a las empresas seguir subiendo los precios.

Esto puede significar que una subida de tipos no se produzca hasta bien entrado el año 2023 y bajo un nuevo gobernador que suceda al actual, Haruhiko Kuroda, cuyo mandato finaliza en abril del próximo año.

Pero el plan de subidas de tipos de la Reserva Federal, la debilidad del yen y el creciente descontento de la ciudadanía por el aumento del coste de la vida están impulsando al Banco de Japón a ser más audaz a la hora de idear un futuro plan de retirada, según las fuentes.

"Por primera vez en mucho tiempo, las perspectivas de los precios no sólo presentan riesgos a la baja, sino también al alza", dijo una segunda fuente.

"El Banco de Japón tiene que prestar mucha atención a lo que hacen otros bancos centrales", dijo una tercera fuente, señalando el creciente número de bancos centrales que están considerando subidas de tipos.

El consejo de gobierno del banco central japonés, compuesto por nueve miembros, está dividido entre los que ven la posibilidad de reducir estímulos y los que se muestran cautelosos a la hora de dar cualquier paso que pueda interpretarse como un endurecimiento de la política monetaria, según las fuentes.

LÍNEA DE SALIDA

El Banco de Japón ya ha ido eliminando su programa de expansión cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) mediante la reducción progresiva de las compras de activos. El ritmo actual de su compra de bonos es menos de una quinta parte del nivel de 2016, cuando cambió a una política monetaria dirigida a los tipos de interés desde el ritmo de impresión de dinero.

También está ralentizando las compras de activos de riesgo y eliminará gradualmente un plan de préstamos para paliar la pandemia del coronavirus en marzo, una medida que reducirá el suministro de efectivo a la economía.

El Banco de Japón ha sido capaz de reducir el gasto sin conmocionar a los mercados, en parte porque los movimientos se produjeron cuando las acciones estaban subiendo y el yen se estaba debilitando como tendencia.

Para el Banco de Japón, la secuencia sería continuar con la reducción de la compra de activos y pasar a ajustar sus objetivos de control de la curva de rendimiento, que están fijados en el -0,1% para los tipos a corto plazo y en torno a cero para los rendimientos de los bonos a 10 años.

El banco central está empezando a dar señales de que los días de los tipos cero para siempre pueden estar contados, al señalar las perspectivas de aumento de la inflación.

Kuroda dijo el mes pasado que la inflación podría acercarse a su objetivo del 2% debido al aumento de los costes de las materias primas, ofreciendo su señal más clara hasta la fecha de que las presiones al alza de los precios se ampliarán.

Esta afirmación se produjo después de que el vicegobernador Masayoshi Amamiya dijera que las presiones inflacionistas estaban aumentando gradualmente, ya que un mayor número de empresas podían trasladar los costes a los consumidores.

El siguiente paso podría ser modificar sus orientaciones sobre la trayectoria futura de los tipos, a partir de la promesa actual de mantenerlos en los "niveles actuales o incluso más bajos", dijeron las fuentes.

Esto podría ocurrir incluso antes de que la inflación alcance el 2% de forma sostenible.

El Banco de Japón promete aumentar el ritmo de impresión de dinero hasta que la inflación supere el 2% de forma estable. Pero no ha prometido cuánto tiempo mantendrá sus objetivos de tipos en los niveles actuales.

"Es claramente intencionado", dijo una cuarta fuente sobre el lenguaje del banco central en su orientación sobre tipos. "Los bancos centrales deben dejarse cierta flexibilidad para ajustar los tipos".

Aunque no hay consenso en el seno del Banco de Japón, las ideas incluyen el abandono de los tipos negativos, la ampliación de la banda implícita bajo la cual permite que los rendimientos a 10 años se muevan en torno a su objetivo del 0%, o la orientación hacia los rendimientos de los bonos de menor duración, dijeron las fuentes.

No se sabe con certeza cuándo podrá subir los tipos de interés el Banco de Japón, a pesar de que crecen las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos los subirá tres veces este año, empezando tan pronto como en marzo.

Años de flexibilización monetaria agresiva y de estímulos por parte del Gobierno no han logrado convencer a las empresas para que suban los salarios.

Los factores políticos también atan las manos del Banco de Japón.

El Gobierno nipón depende del Banco de Japón para garantizar el pago de una enorme pila de deuda que, con el doble del tamaño de su economía, es la mayor de las naciones avanzadas. Incluso un pequeño aumento de los costes de los préstamos podría suponer un golpe devastador para las finanzas de Japón.

Eso podría significar que la tarea de subir los tipos quedaría en manos del próximo gobernador del Banco de Japón. Amamiya está considerado como uno de los principales candidatos a suceder a Kuroda.

"Si los consumidores se vuelven más complacientes con las subidas de precios, eso podría permitir al Banco de Japón debatir la subida de los tipos", dijo una quinta fuente. "Pero negociar con el Gobierno no será fácil y llevará tiempo, dada la enorme deuda pública de Japón".

(Reportaje de Leika Kihara; edición de Kim Coghill; traducido por Darío Fernández)

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