Japón reanuda la caza comercial de cetáceos tras retirarse de la Comisión Ballenera Internacional

Política

El domingo 30 de junio Japón abandonó finalmente la Comisión Ballenera Internacional, el organismo creado para regular la caza y el comercio de cetáceos. Tras una serie de discusiones infructuosas sobre la reanudación de la caza comercial con los países que se oponen a esta práctica, Japón consideró que la situación estaba estancada y no era posible avanzar. Con la retirada de este organismo, el país reanudará por primera vez en 31 años la pesca comercial de ballenas en sus aguas territoriales y en las zonas económicas exclusivas pese al rechazo de la Comisión Ballenera Internacional.

Japón comenzará cazando ballenas de dos formas. Por un lado, mediante la caza comercial con expediciones diarias que partirán de ciudades como la de Kushiro en la prefectura de Hokkaidō o la de Ishinomaki en la prefectura de Miyagi, centradas en la pesca a pequeña escala de rorcuales Minke. Y por otro, con naves nodrizas para la pesca durante meses con barcos que partirán del puerto de Shimonoseki en la prefectura de Yamaguchi. Estas últimas se dedicarán a la pesca de rorcuales Minke, cuya población permite la pesca sostenible según las últimas comprobaciones, y de rorcuales Sei.

Aunque Japón ha abandonado la caza científica que venía ejerciendo en el mar antártico desde 1987, continuará participando como observador sin derecho a voto en el comité científico de la Comisión Ballenera Internacional y colaborando en la administración de recursos pesqueros.

Desde que Japón anunciara que se retiraría de la CBI en diciembre de 2018, no se han producido protestas de gran calado por parte de grupos ecologistas opuestos a la caza de ballenas. No obstante, sí se han oído fuertes críticas tanto dentro como fuera de Japón por la decisión de retirarse de este organismo internacional. Por este motivo, Japón ha venido manejando el tema con cautela como para evitar anunciar el número de ballenas que capturará con la pesca comercial hasta la clausura el pasado domingo del G-20 celebrada en Osaka.

Con la voluntad de ampliar su área de actividad en el futuro, el Gobierno de Japón continuará inspeccionando de manera visual los recursos disponibles en aguas del Antártico. Además, estrechará su relación con otros países balleneros como Noruega y estudiará la creación de un segundo organismo internacional parecido a la Comisión Ballenera Internacional. En este último punto, no obstante, no está claro que Japón vaya a conseguir el suficiente apoyo internacional.

En el puerto de Kushiro de la prefectura de Hokkaidō, elevan en un ballenero un rorcual de Minke cazado en aguas del noroeste del océano Pacífico. Fotografía de septiembre de 2017.
En el puerto de Kushiro de la prefectura de Hokkaidō, elevan en un ballenero un rorcual de Minke cazado en aguas del noroeste del océano Pacífico. Fotografía de septiembre de 2017.

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