Doraemon en Norteamérica: retos de la traducción de un manga clásico

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Yoda Hiroko y Matt Alt de Alt Japan en la vigésimo primera edición de la Feria Internacional del Libro de Tokio. Yoda Hiroko y Matt Alt de Alt Japan en la vigésimo primera edición de la Feria Internacional del Libro de Tokio.

Doraemon, un extravagante gato robot azul venido del futuro, es uno de los personajes más conocidos y queridos de Japón. Ideado originalmente por el legendario creador de manga Fujiko F. Fujio, Doraemon fue publicado por primera vez en 1970 como una tira cómica por episodios. Desde entonces, el gato se ha afianzado firmemente en la psique cultural de los japoneses. Tiene su propia serie de televisión, protagoniza películas, y vende una innumerable gama de productos. Sin embargo, a pesar de esta fama nacional, este personaje ha quedado bastante marginado durante la difusión de la cultura del manga japonés en el mundo anglosajón.

No obstante, después de más de cuarenta años, el felino hizo su ansiado debut en Norteamérica en noviembre de 2013, cuando la Vision Corporation de Japón publicó una traducción al inglés digitalizada de la serie de manga en la Librería de Amazon. Alt Japan, empresa de traducción y localización con sede en Tokio, fue la encargada de crear la versión inglesa del manga. Yoda Hiroko y Matt Alt, el matrimonio que creó Alt Japan, realizaron una presentación esta semana en la vigésimo primera edición de la Feria Internacional del Libro de Tokio, donde expusieron los muchos retos y obstáculos con que se encontraron para llevar a Doraemon a un público internacional más amplio.  En su presentación, esta pareja de traductores explicaron las largas horas y los esfuerzos que dedicaron a encontrar los enfoques adecuados para conservar los aspectos del manga que le han hecho triunfar durante tanto tiempo en Japón.  

La introducción de Doraemon en un idioma nuevo

Las personas familiarizadas con el cómic Doraemon sabrán que se centra en las aventuras de Nobi Nobita, un niño de primaria tímido y oportunista al que nunca le salen bien las cosas, y Doraemon, un gato robótico que fue enviado desde el siglo XXII por el nieto de Nobita para ayudar a su abuelo a encarrilar positivamente su futuro. En el cómic aparece un variopinto elenco de personajes. Uno de los primeros problemas que tuvieron que gestionar Yoda y Alt fue cómo traducir cada nombre.

Aunque Alt señaló que la pronunciación del nombre del personaje principal es algo dificultosa en inglés, rebautizar a Doraemon con un nombre más accesible para los lectores anglosajones estaba descartado. Pero cuando existen limitaciones de espacio, al felino se le cita con un apodo, un recurso cultural muy utilizado por los lectores norteamericanos, y en algunas escenas aparece como “D”. Nobita fue el personaje con una pronunciación más fácil, “Noby”, mientras que a Shizuka, la rompecorazones y foco de los deseos pre adolescentes de Nobita, se le conservó el nombre original, ya que se pronunciaba con fluidez. En las redes sociales han aparecido algunas quejas sobre la decisión de Alt Japan de cambiar el nombre del abusón del barrio Jaiyan, derivada japonesa de la palabra inglesa gigante, por Big G. Pero Yoda y Alt explicaron que deseaban mantener la continuidad entre Jaiyan y su hermana menor Jaiko, y que eso se habría perdido en inglés si hubiesen llamado al personaje “Giant”, y que por ese motivo los hermanos se convirtieron en Big G y Little G.

Un aspecto muy importante de la historia de Doraemon es la infinita variedad de aparatos que el robot se saca del “bolsillo cuadridimensional” (el bolsillo mágico) de su barriga. Estos útiles chismes permiten a Nobita y a otros personajes realizar una infinita diversidad de acciones que de otra forma resultarían imposibles, como viajar por el tiempo, hechizar objetos, y volar. Al igual que los occidentales se preguntarían qué super poder desearían poseer, los japoneses a veces bromean preguntándose qué aparato de Doraemon desearían tener. Alt optó por utilizar la palabra “gadget” (aparato) en inglés, ya que suena a ciencia ficción y da la impresión de algo pequeño y útil, aunque reconoce que no resulta siempre adecuado para todas las situaciones. 

Las dificultades más importantes surgieron a la hora de elegir los nombres de los aparatos, que en el cómic a menudo son elaborados juegos de palabras con muchas alusiones culturales. Por ejemplo, uno de los aparatos más conocidos, el denominado hon’yaku konnyaku, que permite a los personajes hablar y entender otros idiomas cuando se lo comen, juega con las similitudes en la pronunciación del verbo traducir en japonés, hon’yaku, y un pastelito gelatinoso de gran aceptación denominado konnyaku, preparado con una especie de boniato. Yoda y Alt sabían que los lectores norteamericanos no tendrían ni idea de qué eran muchos de los objetos, y una traducción directa no lograría expresar el juego de palabras inherente en japonés (en el caso del hon’yaku konnyaku optaron por “pastelito traductor”) y a menudo intentaron centrarse en transmitir una imagen de lo que hace cada aparato. Así, el dokodemo doa, que permite a los personajes viajar a cualquier destino, se convirtió en la “puerta a donde sea”; el icónico gorrito volador takekoputa fue rebautizado como “hopter” (gorrocóptero), por “salto” y “helicóptero”; y las linternas que pueden cambiar el tamaño de los objetos, biggu raito y sumōru raito, fueron bautizadas en clave de ciencia ficción como “rayo aumentador” y “rayo reductor”.

Superación de las barreras lingüísticas

Una de las partes más cautivadoras de la presentación fue el relato de Yoda y Alt sobre cómo abordaron las ubicuas palabras onomatopéyicas del manga, conocidas como giongo en japonés, utilizadas para representar sonidos. Shīn,

que transmite sensación de silencio,  se tradujo a menudo como “shhh”, y gira gira, que se refiere a algo reluciente o brillante, se convirtió simplemente en “shine” (brillar). Yoda subrayó que, desgraciadamente, el sentido de las estaciones del año que a menudo transmiten las palabras en japonés no se pudo trasladar al inglés. Un ejemplo de ello fue min min, sonido que los lectores japoneses reconocerían inmediatamente como el canto estival de las cigarras, pero que se habría perdido en la traducción para los lectores en inglés. En este caso, ambos traductores optaron por el sonido del canto de los pájaros. Yoda y Alt se resistieron a eliminar estas palabras, cosa que ya se ha hecho cuando se han traducido otros cómics famosos al inglés, ya que pensaban que transmitían una alegría que es parte integral de la experiencia de la lectura de los cómics japoneses.

La posibilidad de traducir Doraemon, tarea que implicaba la transcripción de más de 12.000 páginas del japonés al inglés, fue un reto abrumador pero que la pareja de Alt Japan pareció disfrutar. La transmisión de explicaciones contextuales y culturales en un espacio limitado nunca es fácil, y encontrar un terreno común tanto cultural como lingüístico para juegos de palabras de niños como shiritori, en donde los competidores deben buscar una palabra que empiece con la última letra de la palabra que se acaba de decir, y goroawase, juego de palabras homófonas basado en números y letras, fue una tarea descomunal. Cuando no se encontraban equivalentes, como en el caso de presentar el juego de Año Nuevo similar al bádminton hanetsuki, se vieron obligados a utilizar acotaciones. Pero, en conjunto, enfatizaron la búsqueda de equivalencias lingüísticas que permitiesen una traducción lo más fidedigna al original que el espacio permitiese.

De momento, los seguidores interesados en leer la versión inglesa de Doraemon deberán adquirirla en Canadá y Estados Unidos. Voyager no especificó cuando estaría disponible en otras zonas, aunque un representante de la compañía mencionó que ya están preparando versiones del cómic en chino, español y portugués. A finales de este mes está previsto el estreno de la versión en inglés de la serie de dibujos animados en Estados Unidos, en el canal Disney XD. 

(Traducido al español del original en inglés)

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