Estudios japoneses en el mundo árabe

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El Departamento de Lengua y Literatura Japonesa de la Universidad de El Cairo es un importante centro de estudios japoneses del mundo árabe, y de él han surgido muchos de los eruditos en cultura japonesa y especialistas en Japón de la región. Conversamos con su responsable sobre la situación de los estudios japoneses en el mundo árabe actual.

Karam Khalil KARAM Khalil

Profesor y director del Departamento de Lengua y Literatura Japonesa de la Universidad de El Cairo. Nacido en El Cairo en 1958. Miembro de la tercera promoción del departamento de 1976. Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Tsukuba en Japón de 1981 a 1988. Desde 1993 hasta 2002 trabajó en la Universidad Rey Saúd de Arabia Saudí para crear una base para la enseñanza de la lengua japonesa. Consejero de asuntos culturales de la Embajada de Egipto en Japón desde 2005 hasta 2008.

El galardón Fundación Japón 2011 de Lengua Japonesa fue concedido al Departamento de Lengua y Literatura Japonesa de la Facultad de Artes de la Universidad de El Cairo. Este galardón se otorga a personas y organizaciones destacadas por su contribución a la comprensión mutua entre Japón y el resto del mundo. Fundado en 1974, el departamento es hoy el centro neurálgico de la enseñanza de la lengua japonesa y estudios japoneses del mundo árabe. Algunos graduados del departamento son autores de numerosos libros y traducciones, y han realizado una importante contribución al entendimiento de Japón en los países árabes y África. Durante una visita a Japón para asistir a la ceremonia de entrega del galardón, el profesor Karam Khalil habló con Nippon.com sobre la situación actual de la enseñanza de la lengua japonesa en el mundo árabe.

Creciente interés árabe por Japón

La Universidad de El Cairo.

ENTREVISTADOR ¿Existe actualmente un interés por el estudio del japonés en la Universidad del Cairo?

KARAM KHALIL El número de alumnos del programa de estudios japoneses ha aumentado exponencialmente durante los últimos años. Este año hemos tenido 140 solicitudes para veinte plazas. Algunos años ha habido más competencia por las plazas en nuestro programa que por las de inglés, que tradicionalmente ha sido el idioma extranjero más popular.

Aunque, si le soy sincero, esto ha sido una sorpresa incluso para mí. Yo formé parte de la tercera promoción que se graduó en el programa de estudios japoneses. En aquella época, este nivel de popularidad habría sido inimaginable. Entonces era tan difícil atraer a alumnos que algunas personas fueron prácticamente obligadas a apuntarse (risas).

ENTREVISTADOR Pues la situación debe de haber cambiado mucho desde entonces.

KARAM Yo me matriculé en el programa en 1976. Creo que las motivaciones de las personas que desean apuntarse al programa de estudios jaoneses han cambiado enormemente desde esos primeros años. En la década de los setenta, Japón todavía atravesaba un periodo de alto crecimiento económico constante. Muchas personas elegían estudiar japonés para saber cómo había desarrollado Japón su poder económico. Podríamos decir que era una motivación bastante seria y de altos principios.

Y en la década de los ochenta, la popular serie de la NHK "Oshin" se emitió por primera vez en Egipto y después en otros países árabes. Esto tuvo un enorme impacto respecto al aumento de la conciencia de la existencia de Japón. La gente comenzó a sentir una cierta cercanía y afinidad con Japón, y esto hizo que más personas se interesasen en aprender la lengua japonesa. A partir de ahí empezó todo.

El profesor Karam con alumnos del Departamento de Lengua y Literatura Japonesa de la Universidad de El Cairo.

En los noventa, las grandes atracciones fueron el anime y el manga. Sobre todo el manga de temática futbolística Captain Tsubasa (“Supercampeones” en América Latina, “Oliver y Benji” en España) fue un éxito enorme. En la versión árabe, el protagonista tiene un nombre arábigo, Capitán Majid. Pero sea como fuere, recibimos muchas solicitudes de alumnos que quedaron embelesados por el atractivo de la cultura manga y que querían leer los cómics en su lengua original.

Esta tendencia ha continuado en el nuevo siglo, con los filmes de animación de Miyazaki Hayao como "Nicky, la aprendiz de bruja" (o "Kiki: entregas a domicilio") y "Mi vecino Totoro", que al final han conseguido triunfar entre un público mayoritario. Recientemente, varias de las últimas series de Japón se han popularizado a través de Internet y la televisión por satélite.

ENTREVISTADOR ¿Así que la cultura popular japonesa es lo que está impulsando a muchos jóvenes a estudiar el idioma?

KARAM Otra tendencia de los últimos años, a medida que ha ido aumentado el turismo japonés, es que cada vez más estudiantes se apuntan a clases de japonés con la esperanza de encontrar empleo en el sector turístico como guías. Dominar el japonés supone una ventaja para ellos para aspirar a ser guías o conseguir empleo en una agencia de viajes. Y por eso muchos estudiantes tienen ganas de estudiar japonés. Hoy los estudiantes son probablemente más tenaces que antaño.

¿Conocimientos prácticos o especialidad académica?

ENTREVISTADOR ¿Qué clases gozan de mayor aceptación entre los alumnos?

KARAM Las clases de traducción. En una de las clases solemos traducir el guión de "Mi vecino Totoro". Eso tiene siempre mucho éxito. Y las clases de conversación; a los egipcios les encanta conversar. Un problema que a veces nos surge en las clases de conversación es que los alumnos tienen tendencia a repetir mecánicamente párrafos enteros que se han aprendido de memoria. Los hablantes de árabe a menudo memorizan partes enteras del Corán cuando son niños, por lo que suelen ser bastante buenos en aprender cosas de memoria. Entre los estudiantes existe la tendencia a querer memorizarlo todo. Pero la conversación de la vida real es muy distinta de la que aparece en los libros de texto.

ENTREVISTADOR ¿Cómo definiría a los estudiantes de hoy en día?

KARAM En primer lugar, son personas extremadamente aplicadas. Al principio no tienen ninguna noción de japonés, y cuatro años más tarde ya son capaces de leer cosas como Izu no Odoriko (publicado en español como “La bailarina de Izu”) de Kawabata Yasunari (1899-1972), por citar un ejemplo. Cada clase recibe una calificación en una escala de veinte puntos, y el total de todas las clases se suma al final del año académico para conseguir la nota final. Cada año, los más o menos cinco alumnos con mejor nota viajan a Japón durante un año en un programa de intercambio que subvencionan la Organización Japonesa de Servicios para Estudiantes (JASSO, por sus siglas en inglés) y la Nippon Foundation. Como es normal, la posibilidad de optar a plazas para un curso de intercambio les hace dedicarse en cuerpo y alma a los estudios.

En 1994 iniciamos un curso de posgrado, y en la actualidad disponemos de cuatro alumnos de máster y dos de doctrado. La inmensa mayoría de estudiantes son mujeres.

ENTREVISTADOR ¿Qué es para usted lo más importante que debe tener en cuenta un estudiante de lengua japonesa?

KARAM Estudiar árabe adecuadamente. Pero claro, esto es aplicable para todos, no sólo para los que estudian japonés. Las personas que no dominan correctamente su propio idioma tienen muchas dificultades para estudiar otras lenguas. Estos últimos años se ha producido un crecimiento enorme del interés por aprender inglés en Egipto. La realidad es que es difícil conseguir empleo si no hablas inglés, y a causa de ello la gente está empezando a descuidar el árabe. El Corán corre por las venas del pueblo egipcio, y por eso no hay peligro de que el inglés acabe imponiéndose completamente, pero a veces desearía que los estudiantes cuidaran un poco más su propia lengua materna.

ENTREVISTADOR ¿Qué problemas tiene pendientes el programa de estudios japoneses?

KARAM Enfatizamos mucho el aspecto práctico de la adquisición del lenguaje, y por desgracia esto significa que el número de alumnos que eligen los estudios japoneses como simple asignatura académica está bajando. Son muy pocos los alumnos que asisten a clases sobre historia o literatura japonesas, por ejemplo. La cultura pop está muy bien, pero Japón es también la cuna de una cultura tradicional mucho más antigua y profunda. Y hacer comprender esto a los alumnos es bastante complicado. Y esto es un gran problema para nosotros: la cuestión de cómo ayudar a los alumnos a entender la esencia de la cultura japonesa.

Otro problema es que el personal docente de la universidad tiene un salario muy bajo. Si la valoramos en términos económicos, no es una profesión demasiado atractiva. Por este motivo, muchos de los alumnos eligen trabajar como guías turísticos o en otros empleos mejor pagados. Muy pocos acaban con la idea de convertirse en profesores de japonés.

Hay algunos profesores muy capaces de traducir modernas novelas contemporáneas y otros textos. Pero desde luego la realidad es que en Egipto siguen faltando recursos humanos especializados.

El desarrollo de la enseñanza de la lengua japonesa en el mundo árabe

ENTREVISTADOR ¿Cómo fue posible la creación de un curso de lengua japonesa en la Universidad de El Cairo?

KARAM Todo empezó a raíz de la crisis petrolífera de otoño de 1973; la provocó la Cuarta Guerra de Oriente Medio,(*1) que empezó cuando tropas egipcias entraron en la península del Sinaí, que en esos momentos estaba ocupada por Israel. Los países árabes aumentaron el precio del petróleo y en algunos casos prohibieron las exportaciones de crudo a determinados países basándose en la política respecto a Oriente Medio de cada país en concreto.

El primer ministro japonés de aquella época, Tanaka Kakuei (1918-1993), envió al viceprimer ministro Miki Takeo (1907-1988) como enviado especial a los países árabes para expresar el apoyo japonés a las tesis árabes. Durante su visita, Miki prometió ayuda económica y cultural por parte de Japón. A raíz de ello se creó un programa de estudios japoneses en la Universidad de El Cairo. El objetivo era incrementar el número de personas del mundo árabe con conocimientos sobre Japón. Sin embargo, en esa época, muchos se burlaron de esta política, calificándola de “diplomacia de la mendicidad de petróleo”.

Pero la Fundación Japón, encargada de administrar el programa, envió a un gran número de reconocidos expertos a la región, comenzando por Kuroda Toshio. El programa atrajo a muchos ambiciosos estudiantes hambrientos de conocimiento, y en años posteriores el programa ha formado a numerosos especialistas en estudios japoneses. Independientemente de cuál hubiese sido el objetivo inicial, casi cuarenta años después el programa se ha convertido en un indispensable centro de estudios japoneses en el mundo de habla árabe.

ENTREVISTADOR ¿Cuál es la situación de la enseñanza de la lengua japonesa en amplio mundo de habla árabe actual?

KARAM Egipto se encuentra en el centro del mundo árabe, y El Cairo ha sido el centro cultural del mundo islámico desde que Bagdad le traspasó esa función durante el tiempo del Sultanato Mameluco de Egipto (1250-1517). Era una meca de política y cultura, y esa posición continúa siendo sólida también hoy.

Y por eso tuvo mucha importancia que el primer programa de lengua japonesa del mundo de habla árabe fuese creado en El Cairo. Los estudiantes que quisiesen aprender japonés podían reunirse en el centro del mundo árabe y después volver a sembrar las semillas de la enseñanza de la lengua japonesa en sus propios países. Los graduados egipcios del programa también han ido a trabajar a otros países del mundo árabe, y hoy existen cursos de lengua japonesa en siete universidades, en los países de lengua árabe de Egipto, Arabia Saudí y Siria, así como también en Turquía.

Las principales universidades son la Universidad Rey Saúd (Arabia Saudí, 1993), la Universidad Ain Shams (Egipto, 2000) y la Universidad de Damasco (Siria, 2002). Los profesores japoneses enviados por la Fundación Japón también imparten clases en universidades de toda la región.

ENTREVISTADOR Usted mismo ha pasado tiempo en Araba Saudí, ¿no es cierto?

KARAM Sí, desde 1993 a 2002 estuve en la facultad de la Universidad Rey Saúd ayudando a colocar los cimientos para la enseñanza de la lengua japonesa en Arabia Saudí. Junto con mis colegas japoneses y egipcios, trabajé durante cinco años para crear el primer libro de texto japonés del mundo de habla árabe. Hasta entonces, recurríamos a material educativo de Japón, pero no siempre resultaba adecuado para Arabia Saudí por motivos culturales: referencias al consumo de alcohol, por ejemplo, o a templos budistas. A veces alguna de estas referencias ofendía los preceptos islámicos. En otros casos, simplemente dificultaba la comprensión del alumnado. Era complicado utilizar ese material tal como nos llegaba. Y muchos estudiantes opinaban de la misma forma. Así que creamos una serie de tres libros de texto árabes que incorporaban temática relacionada con la peregrinación y las plegarias musulmanas, para adaptarlos mejor a los requisitos del Islam. Y ahora estos libros de texto ya se utilizan de forma generalizada en todo el mundo árabe.

Los estudios de japonés proporcionan nuevos valores al mundo árabe

ENTREVISTADOR Háblenos un poco sobre su historia personal. ¿Qué le movió a estudiar japonés?

KARAM Entré en contacto con Japón por primera vez a través de un famoso poema llamado Ghada al-Yaban (Doncella de Japón), que estudiamos en el instituto. Es un poema muy bonito de Hafez Ibrahim (1872-1932), el poeta nacional egipcio. El poema alaba el patriotismo de las jóvenes enfermeras asignadas al ejército japonés durante la Guerra Ruso-Japonesa. Lo recité una y otra vez hasta memorizarlo. Supongo que también me intrigaba el hecho de que los japoneses, una raza de orientales como nosotros los árabes, habían conseguido derrotar al Imperio ruso en el campo de batalla, y eso me animó a investigar más sobre Japón.

En 1976 me matriculé en el Departamento de Lengua y Literatura Japonesa de la Universidad de El Cairo, en donde estudié con el profesor Kuyama Munehiko (en la actualidad rector del Caritas Junior College en Yokohama, Japón), quien me introdujo a toda clase de conocimientos, desde los aspectos básicos de los silabarios kana (uno de los alfabetos japonese) hasta los placeres de la literatura japonesa.

En 1981 me matriculé en la Escuela de posgrado de la Universidad de Tsukuba con una beca del Ministerio de Educación de Japón, como se denominaba entonces. Estudié con Muramatsu Takeshi (1929-1994), quien me transmitió su amor por la tanka (poema japonés corto, compuesto de cinco versos de treinta y una sílabas). El profesor Muramatsu fue muy importante para mí. Él me abrió la puerta al extenso mundo de la literatura clásica japonesa, algo por lo que le estaré eternamente agradecido.

ENTREVISTADOR ¿Sobre qué se especializó durante su estancia en la Universidad de Tsukuba?

KARAM Abordé el tema de “los sueños en la literatura japonesa”. Me interesaba el concepto de los sueños que aparece en la literatura japonesa, desde el capítulo ”Puente flotante de sueños”, de Genji monogatari (publicada en español como “La Historia de Genji”), hasta textos religiosos como el sueño del sacerdote budista Hōnen (1133-1212), en el cual éste se encuentra con un gran sacerdote de la escuela china de la Tierra Pura y Yume no ki (Diario de sueños) del sacerdote budista Myōe (1173-1232). Cuando acabé recopilando todo esto para mi tesis, también escribí sobre los sueños que aparecen tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento y el Corán. Obtuve mi doctorado con este estudio en 1988.

ENTREVISTADOR ¿En qué está trabajando actualmente?

KARAM Últimamente me he fijado en la cuestión del suicidio en la literatura japonesa: la estética del trato del doble suicidio como aparece en las obras de Chikamatsu Monzaemon (1653-1724), por ejemplo. Los pasajes líricos que describen a los dos amantes cuando emprenden su viaje final a la muerte juntos presenta la idea del “suicidio por amor” como algo extremadamente romántico y admirable. En los países árabes el suicidio está prohibido, y sería impensable describir un acto de autodestrucción como bello. Pero creo que esta actitud hacia la muerte incorpora un elemento esencial de la estética japonesa.

Estoy sumamente interesado en investigar cómo llegó a producirse esta visión de la vida y la muerte que embellece el suicidio. También en el campo de la literatura moderna, la cuestión de por qué autores como Mishima Yukio (1925-1970) y Kawabata Yasunari (1899-1972) llegaron a quitarse la vida es un tema fascinante. Kokoro (Corazón, publicado en español con su título original), de Natsume Sōseki (1867-1916) también hace del suicidio su eje central y es muy popular entre los egipcios. Para los árabes, aunque se permite la yihad, el suicidio es tabú, y creo que es por eso mismo que puede llegar a ser fascinante para nosotros.

Pero aunque el suicidio está teóricamente prohibido en la sociedad egpicia, la realidad es que cada vez más personas se quitan la vida. Sobre todo jóvenes que se enfrentan al desempleo y a otros aspectos negativos de la competitiva sociedad de una economía cada vez más globalizada.

ENTREVISTADOR La sociedad egipcia en su conjunto parece atravesar un cambio radical tras la Primavera Árabe.

KARAM Nosotros no utilizamos ese término. En Egipto, la primavera es la estación de las tormentas de arena, así que no es una época del año que tenga unas connotaciones particularmente positivas para nosotros (risas). Pero bromas aparte, la ola de democratización que se inició en Túnez en diciembre de 2010 fue extendiéndose gradualmente hasta Egipto, y el 11 de febrero de 2011, Hosni Mubarak fue obligado a dimitir como presidente. La vida espiritual y la visión del mundo de los jóvenes están experimentando importantes cambios en este momento. En un momento de fluctuación como este, es más importante que nunca educar a las personas para que crezcan con una flexibilidad mental que les permita incorporar valores de diversa índole.

En este contexto, los estudios japoneses pueden tener unas consecuencias significativas, al enseñar a nuestros jóvenes la cultura de Japón, que se desarrolló en un clima húmedo y un paisaje bastante distintos de los del mundo árabe. Espero sinceramente que los estudios japoneses continúen prosperando en los años venideros y que esta temática pueda realizar una contribución a lograr un nuevo futuro para el mundo árabe.

(Traducido al español de su versión inglesa. De una entrevista en japonés realizada el 14 de octubre de 2011. Entrevista y textos de Kondō Hisashi, director de la Fundación Japan Echo. Fotos de Nagasaka Yoshiki)

(*1) ^ También conocida como la Guerra del Yom Kippur o la Guerra del Ramadán.

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