Sugihara Chiune, el “Schindler japonés” cuyo honor tardó 44 años en ser restituido

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Hay pocos diplomáticos japoneses tan conocidos en el extranjero como Sugihara Chiune. Haciendo caso omiso a las órdenes del ministerio, expidió numerosos visados para ciudadanos judíos durante la Guerra. Sugihara no vio su honor restituido hasta 46 años después de terminar la Guerra. Suzuki Muneo, del Nuevo Partido Daichi, nos cuenta su historia.

Suzuki Muneo SUZUKI Muneo

Fue elegido por primera vez como miembro de la Cámara de Representantes en diciembre de 1983 y trabajó en distintos puestos, como viceministro parlamentario de Asuntos Exteriores, viceministro de Defensa, director general de las agencias de desarrollo de Hokkaidō y Okinawa, y Subsecretario general del Gabinete. Actualmente es el líder del Nuevo Partido Daichi.

La vida de Sugihara llega de nuevo a la gran pantalla en 2015

70 años después de la Segunda Guerra Mundial se ha producido Sugihara Chiune, una versión cinematográfica de la vida del diplomático japonés del mismo nombre (1900-1986) que salvó la vida de unos 6.000 judíos en Lituania durante la Guerra; la película se estrenará en invierno de 2015. El actor Karasawa Toshiaki dará vida al propio Sugihara, mientras que a cargo del timón se encuentra el director Cellin Gluck, de padres estadounidenses pero nacido en Japón.

Suzuki Muneo

En el extranjero se conoce a Sugihara como el “Schindler japonés” que salvó a numerosos ciudadanos judíos durante la Guerra. En enero de 1985 se convirtió en el primer y único japonés (hasta la fecha) en recibir el título honorifico de “Justo entre las Naciones” de manos del Gobierno de Israel y ver su nombre añadido a Yad Vashem, el monumento en recuerdo de las víctimas del Holocausto.

Sin embargo, en 1947 el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón obligó a Sugihara a retirarse del cargo por haber hecho caso omiso a sus órdenes durante la Guerra, y haber extendido visados sin permiso. No fue hasta 1991, 44 años después, cuando su honor se vio restituido.

El entonces viceministro del Ministerio de Asuntos Exteriores, Suzuki Muneo, convocó Sugihara Yukiko, la esposa de Chiune, para expresarle la alta estima en que tenía a su marido por el valor y la calidad humana que había demostrado, dar las gracias a la familia entera y reinstaurar su buen nombre. Desde entonces ha transcurrido un cuarto de siglo; hemos hablado con Suzuki, representante del Nuevo Partido Daichi, responsable de ese logro.

Visados sin permiso del ministro de Exteriores, Matsuoka Yōsuke

ENTREVISTADOR Usted fue el responsable de que se reparara el honor de la familia Sugihara. ¿Qué pasos debió dar para ello?

SUZUKI MUNEO En 1991 yo era viceministro del Ministerio de Asuntos Exteriores. Fue el año de la primera Guerra del Golfo, y del secuestro de Gorbachov, el presidente de la Unión Soviética. En 1991 la URSS terminó por disolverse, y en octubre tuve el privilegio de acudir, como representante diplomático de Japón, a la primera reunión que teníamos con los países bálticos -Lituania, Letonia y Estonia- en 51 años, para propiciar el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Al pensar en Lituania lo primero que me vino a la mente fue Sugihara. Pese a que Matsuoka Yōsuke, el que fuera ministro de Exteriores en su época, le había dicho que no sacara a los judíos del país, Sugihara lo hizo. Es algo que el mundo valora hoy día.

ENTREVISTADOR ¿Tuvo que renunciar Sugihara tras la Guerra, por haber desobedecido una orden?

SUZUKI Sugihara era consciente de que eso iba a suceder, y yo había oído que las relaciones con el Ministerio estaban bloqueadas. Por eso, ya que iba a Lituania, decidí tratar de restablecer su honor.

El Ministerio de Asuntos Exteriores se negaba a permitir ese restablecimiento

SUZUKI El problema era el Ministerio mismo. Cuando le comenté el tema al que era viceministro adjunto en aquel momento, Satō Yoshiyasu, me dijo que se trataba de algo innecesario; Japón había perdido la Guerra, y el Ministerio de Exteriores había reestructurado un tercio de su fuerza laboral. Fue en esa situación cuando Sugihara dejó su puesto. Parecían estar diciéndome que lo mejor era dejar las cosas tranquilas: Sugihara no había sido despedido por ser responsable de nada.

En circunstancias normales me habría callado, pero en esa ocasión no lo hice. Sugihara abandonó el Ministerio porque se lo exigieron, por haber extendido aquellos visados. Él ya había fallecido, pero su familia me dijo que eran conscientes de que había sido despedido. Yo les preguntaba por qué no respetaban a su antecesor, pese a que hoy día el mundo valora las acciones de Sugihara. El Ministerio seguía sin cambiar su postura: no se había tratado de un castigo.

ENTREVISTADOR Sugihara abandonó su puesto en junio de 1947.

SUZUKI Así es. Tras regresar a Japón presentó su dimisión. Pero se acordaba claramente de lo que le dijo el viceministro en aquel momento. Por eso consideré necesaria la restitución del honor de Sugihara. El viceministro adjunto (Satō) prestó oídos a mis ideas, así que presioné el tema. Al tercer día dijo que lo dejaba en mis manos.

La inspiración del libro Rokusennin no inochi no biza, de la esposa de Sugihara

ENTREVISTADOR ¿Se sintió impulsado a hacer lo que hizo por el libro de Sachiko, la esposa de Sugihara, Rokusennin no inochi no biza (Los visados de seis mil vidas)?

SUZUKI Yo me sentí impactado al leer el libro de Sachiko (ya fallecida). Es una historia de 1940, antes de que entrara en la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética. Colocados los eventos en su marco histórico, en agosto de 1939 se firmó el Tratado de no Agresión entre Alemania y la Unión Soviética, y en septiembre Alemania invadió Polonia, dando lugar a la Guerra.

En 1940 Sugihara estaba destinado en Kaunas, Lituania, como cónsul. En septiembre de ese año la URSS se anexionó los Países Bálticos. Antes de eso, en julio, hubo elecciones generales en Lituania, y los judíos, temiendo por su vida, pidieron ininterrumpidamente al consulado de Japón, hasta agosto, que extendiera visados para ellos. Sugihara trabajó en los mismos incluso después de que se cerrara el consulado, trabajando desde el hotel en el que se alojaba.

Un visado manuscrito del propio Sugihara Chiune

Yo le expliqué con detalle al viceministro adjunto el trabajo humanitario que Sugihara había llevado a cabo. De todos los trabajos que he realizado como político, la reinstauración del honor de Sugihara es el que me produce más orgullo.

ENTREVISTADOR Esa reinstauración se produjo el 3 de octubre de 1991.

SUZUKI Llamamos a Sachiko y a su hijo mayor y su esposa, y les expresamos la falta de delicadeza del Ministerio hasta entonces. El crítico Takemura Ken’ichi me elogió en su programa matutino de Fuji TV, diciendo que “ni los burócratas ni los políticos de segunda generación habían podido lograrlo. La reinstauración de Sugihara solo fue posible gracias al tesón de Suzuki Muneo que se forjó entre experiencias.”

El presidente de la Bolsa de Chicago, salvado por Sugihara, celebra su vida

ENTREVISTADOR Parece que Sugihara, posteriormente, se hizo muy famoso tanto dentro como fuera de Japón, ¿no es cierto?

SUZUKI En abril de 1999 Obuchi Keizō, entonces primer ministro, visitó Estados Unidos y fue a la Bolsa de Chicago. Su presidente honorífico vitalicio, Leo Melamed, era uno de los judíos más exitosos del mundo. El plan era que Melamed fuera el acompañante de Obuchi durante la visita, pero al final me acompañó a mí, que acudía como vicesecretario general. Yo no podía entender por qué, pero luego supe que él había sobrevivido el Holocausto gracias a un visado extendido por Sugihara. Posteriormente me envió uno de sus libros con una dedicatoria en la que expresaba su agradecimiento.

ENTREVISTADOR Tras dejar el Ministerio, Sugihara Chiune trabajó durante 15 años, desde 1960, como director general de una empresa de exportaciones, y residió en la Unión Soviética. Y siempre mantuvo en secreto el asunto de los visados. Es de suponer que el hecho de que usted arrojara luz sobre la verdad tendría un impacto diplomático internacional.

SUZUKI Sugihara era excepcional no por ser diplomático, sino como ser humano. Muchos de los judíos que acudieron al consulado de Kaunas eran mujeres y niños sin ninguna culpa. Sugihara envió un telegrama diciendo que había que expedir visados, pero el Ministerio de Exteriores de Japón no dio el visto bueno. El ministro pensaba que no se podían dar esos visados: Japón había firmado una alianza tripartita con Alemania e Italia, y Alemania ya había comenzado su avance por Europa. Sugihara lo intentó dos veces más, pero fue inútil.

La “fuerza diplomática” equivale a “fuerza humana”

SUZUKI Sugihara decidió hacer lo que cualquier ser humano debería hacer. “Si no escribo los visados, estas personas van a sufrir mucho; van a morir. Son mujeres y niños que no tienen nada que ver con la guerra. Haré lo que cualquier ser humano debería hacer.”

Una vez comenzó a extender los visados, se aplicó a ello con tesón, logrando escribir hasta doscientos por día. Un total de 6.000 visados. Creo que la “fuerza diplomática” equivale a “fuerza humana”; por ello no puedo sino mostrarme de acuerdo con la idea de Sugihara de hacer “lo que cualquier ser humano debería hacer”.

Sin embargo Sugihara falleció sin haber logrado conmover al mundo de ese modo. Lo que la comunidad internacional encontró sorprendente fue su calidad como representante diplomático de Japón. Me gustaría que el Ministerio pudiera abrazar esta idea y hacer diplomacia desde el punto de vista del interés nacional.

Unas acciones más valiosas que las del propio Schindler

ENTREVISTADOR La existencia de un “Schindler japonés” es algo de fuerte calado, ¿no?

SUZUKI Es cierto que a menudo se llama a Sugihara el “Schindler japonés”, pero Schindler utilizaba a los judíos en sus negocios. Creo que todo formaba parte de un plan para él. Sin embargo, dado que Sugihara solo buscaba ayudar al pueblo judio, creo que sus acciones tienen más peso.

Sugihara desobedeció las órdenes del ministro porque consideraba que era lo único que podía hacer como ser humano. Soy de la opinión de que las acciones de Sugihara, por razones diferentes a las de Schindler, fueron más valiosas.

La Calle Sugihara, lugar de peregrinación en Lituania

ENTREVISTADOR Creo que, cuando usted fue a Lituania en representación del Gobierno japonés, visitó el lugar en el que Sugihara trabajó como cónsul en Kaunas, ¿no es cierto?

SUZUKI Sí, lo visité. Durante las negociaciones diplomáticas con el presidente del parlamento, Vytautas Landsbergis, le dije que le agradecería mucho si se pudiera realizar alguna acción conmemorativa en memoria de Sugihara. De inmediato el presidente contestó que cambiarían el nombre de la calle en la que se encuentra el antiguo consulado. Hoy día, esa calle se conoce como “Calle Sugihara”.

Antiguo consulado Japonés en Kaunas, la capital de Lituania, donde Sugihara trabajó en 1939

 

Sello lituano con la imagen de Sugihara Chiune

El presidente nos informó de que iban a llevarnos al antiguo consulado japonés, y nos preparó una escolta con coches patrulla y motocicletas de la policía. El antiguo consulado era un apartamento. Dado que llegamos allí entre sirenas, banderas blancas e insignias japonesas, los lugareños pensaron que veníamos a confiscar el sitio, y nadie salió a recibirnos. Al explicarles que no se trataba de eso fueron apareciendo poco a poco. Les hablamos de la historia del lugar y todos nos comprendieron; fue algo extremadamente positivo. Curiosamente, el intérprete que nos tradujo al presidente y a mí fue el escritor Satō Masaru.

ENTREVISTADOR El propio Satō guarda un cierto parecido con Sugihara, tratándose también de un oficial de los servicios de inteligencia.

SUZUKI Tanto Sugihara como Satō trabajaron para los servicios secretos. De ahí que Satō también tuviera en alta estima a Sugihara.

Creación de una placa conmemorativa en el Museo de Historia Diplomática

ENTREVISTADOR Incluso después de la reinstauración la situación no sería fácil, ¿no?

SUZUKI Tras la restitución del honor de Sugihara, durante el gobierno de Miyazawa Kiichi, Watanabe Michio fue elegido ministro de Asuntos Exteriores; fue una pena que esquivara el tema, presionado por los funcionarios, diciendo que “las cosas simplemente se habían despachado administrativamente”. Tras él ocupó el puesto Kōno Yōhei, y pensé: “No podemos dejar las cosas como están”, así que mandé hacer una placa para el Museo de Historia Diplomática (en Akasaka, Tokio). Era el centenario del nacimiento de Sugihara. Por algún motivo el Ministerio se comporta fríamente con los funcionarios que no son de carrera. Yo creo que deberían sentirse orgullosos de tener un predecesor así, y darlo a conocer al mundo.

El año 2000 marcó el centenario del nacimiento de Sugihara, y el 10 de octubre, aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Lituania y Japón, se celebró una ceremonia para mostrar la placa de Sugihara, que se convirtió en el símbolo del restablecimiento de su honor por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores, tras más de cincuenta años desde que dejara su puesto, en junio de 1947. Derecha: exposición en la entrada del Museo de Historia Diplomática.

El difunto empresario y autor Tsutsumi Seiji compuso una ópera sobre su vida. Tsutsumi vino a verme, y me dijo que venía a darme las gracias por haber reinstaurado el honor de Sugihara. Me invitó al estreno en Yokohama, y acepté ir. Tengo muchas ganas de ver la adaptación que lanzará Toho Co. Ltd. este invierno.

El conservador del museo Sugihara, despedido

ENTREVISTADOR Tras el restablecimiento, se erigió el Museo Conmemorativo de Sugihara Chiune en Yaotsu, su ciudad natal (en el distrito Kamo de la prefectura de Gifu), del que usted pronto se convirtió en el primer director honorario.

SUZUKI Así es. El alcalde me pidió que aceptara, y yo acepté. Sin embargo, en 2002 comenzaron ciertas acusaciones contra mí, y sin decirme nada me retiraron del cargo de director honorario. En televisión aparecieron unas imágenes en las que arrancaban el letrero con mi nombre y cargo. Pero no hay que olvidar que yo promoví la restitución del honor de Sugihara. Creo que fue un buen acto, como político.

Imagen del banner: Karasawa Toshiaki (izquierda), que encarna a Sugihara Chiune en la película del mismo nombre de 2015 (imagen cortesía del Comité de Producción de Sugihara Chiune). Derecha: Sugihara Chiune (imagen cortesía de la ONG Sugihara Chiune Inochi no biza)

(Entrevista realizada el 7 de abril de 2015 por Harano Jōji, director representante de Nippon.com; traducida al español del original en japonés)

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