Ōbayashi Nobuhiko: historias de cine y guerra

Cultura Cine

Pese a que le dijeron que su cáncer terminal le dejaba tan solo tres meses de vida, el director Ōbayashi Nobuhiko fue capaz de terminar su última producción, Hanagatami. En esta entrevista nos cuenta sobre la adaptación a la gran pantalla de una historia sobre jóvenes que viven en tiempos de guerra, y de los más de cuarenta años que han pasado desde que ideara esa adaptación.

Ōbayashi Nobuhiko OBAYASHI Nobuhiko

Cineasta. Nacido en Onomichi, en la prefectura de Hiroshima, en 1938. Desde muy pequeño comenzó a hacer cine, produciendo incontables cintas de 8 y 16 milímetros. En los sesenta acaparó la atención de los aficionados realizando una serie de obras experimentales, y en los setenta trabajó como director de anuncios televisivos. En 1977 lanzó su primer largometraje comercial, House, tras el cual vino una larga lista de 43 obras hasta la actualidad, que incluye éxitos como Tenkōsei (“Los estudiantes de intercambio”) o Toki wo kakeru shōjo (La chica que viajaba en el tiempo). Su última obra, Hanagatami, estrenada en diciembre de 2017, fue elegida como segunda mejor película japonesa del año por la revista Kinema Junpō, y ganó el premio Mainichi a la Mejor Película. Ōbayashi recibió en 2004 la Medalla de Honor (la Cinta Púrpura) y la Orden del Sol Naciente en 2009.

Un niño traicionado tras la guerra

“Creo que es algo muy inusual entre los cineastas de todo el mundo, pero cuando era niño empecé a hacer películas antes de verlas”. El director de cine Ōbayashi Nobuhiko conoció el cine cuando tenía tres años, jugando con una cámara de ocho milímetros que su padre, médico de profesión, había comprado por afición. Era la época en la que Japón se preparaba para comenzar a luchar en el Pacífico. Ōbayashi tenía siete años cuando Japón se rindió. Este es un punto de partida al que regresa el director cuando habla de sí mismo.

“A los siete años aún eres un niño, pero precisamente por eso puedes observar el mundo de los adultos con una cierta sangre fría. Yo comprendía bien la crueldad y el sinsentido de la guerra. Durante los dos años que asistí a las clases de una escuela nacional recibí la educación adecuada para convertirme en un joven patriota que diera la vida valientemente por su país llegado el momento, pero no formaba parte de la generación de la preguerra ni de la guerra. Ni tampoco de la posguerra, en realidad. Por esta razón no podía confiar en los adultos japoneses que de pronto empezaron a hablar de paz cuando terminó la guerra. Aunque respetaba a directores como Ozu Yasujirō, Kurosawa Akira o Kinoshita Keisuke(*1)), consideraba sus cámaras de 35 milímetros como productos de los agresores. De modo que busqué establecerme como director con una cámara de 8 milímetros, que en mi mente estaba de parte de las víctimas”.

En el rodaje de Hanagatami (© Ōbayashi Chigumi /PSC)

Películas fuera del sistema

En 1956 Ōbayashi comenzó a estudiar cine en una universidad de Tokio. Aunque abandonó sus estudios en 1960, siguió haciendo películas en 8 mm y proyectándolas en galerías de arte y otros lugares como uno de los primeros cineastas independientes de Japón. Ganó el premio especial del jurado en Exprmntl 3, un festival experimental belga de 1963, por su obra Tabeta hito (El que comía), producida en 16 mm. Debutó en cines con House en 1977. En las cuatro décadas desde ese momento ha realizado más de 40 largometrajes.

Antes de lograr dar ese paso con House Ōbayashi produjo varias obras experimentales propias, al tiempo que trabajaba activamente en la industria comercial televisiva que floreció durante el periodo de rápido crecimiento económico japonés. Se dice que llegó a producir más de 2.000 anuncios en diez años, de mediados de los sesenta a mediados de los setenta. Sus anuncios más famosos contaban con estrellas internacionales de cine como Charles Bronson, Sophia Loren o Catherine Deneuve.

“Se puede decir que era un director comercial, pero yo nunca hablaba así de mí mismo. Para mí los anuncios eran como cortometrajes. Nunca he dividido las películas en géneros. Es el sistema de cine comercial el que encasilla una película como largometraje de ficción y otra como documental. Los sistemas eran lo que más odiábamos. Nos habían llevado a la guerra. La paz depende de cuánto trate la gente de liberarse de los sistemas. Así que siempre me devano los sesos para mantenerme alejado de ellos, cuando ruedo una película”.

Películas que nos acercan a la paz

Incluso cuando habla de cine Ōbayashi vuelve sobre el tema de la guerra y la paz. Para el director el cine y esos dos temas son inseparables.

“Existe la expresión ‘final feliz’, ¿verdad? Son palabras que provienen del cine. El cine creció en el periodo entre ambas guerras mundiales, y se convirtió en una forma de escapar de aquellos conflictos. Para los judíos que se labraron un nombre en la industria cinematográfica tras haber sido perseguidos por todo el mundo, Hollywood era como una tierra prometida, a la que viajaban buscando libertad. Aunque la triste realidad es que nunca habrá paz, pero si admitiéramos esa idea estaríamos admitiendo también que la humanidad no tiene sueños ni esperanzas. Por eso, por mucho que sea una mentira, la expresión de la paz en el cine puede crear una verdad a partir de esa mentira. Es decir: dado que es cierto que la gente desea la paz en su corazón, el hecho de mostrarla en la pantalla puede hacer que se convierta en realidad algún día. La gente de países derrotados en la guerra ansía finales felices. Creo que es por eso por lo que se hicieron películas por todo el mundo”.

Fotograma de Hanagatami (© Comité de producción cinematográfica Karatsu / PSC 2017)

“Cuando Japón perdió la guerra me sentí traicionado”, dice el director, quien sentía una fuerte oposición hacia aquellos japoneses que durante la posguerra trataban de actuar como si no hubiera pasado nada. De ahí que, por muy alegre que puedan ser sus obras, siempre introduzca en ellas la sombra de la guerra. Es algo que tienen en común todas sus películas, desde House hasta su última obra, Hanagatami.

“El tema de ambas películas es el mismo. Es solo que el público de la época no iba al cine si la película estaba basada en una obra literaria, pero sí cuando era una película de terror. Así que pensé dirigir una película que la gente fuera a ver, con ese mismo tema del horror de la guerra”.

La fuerza que da un cáncer terminal

La última cinta de Ōbayashi, Hanagatami, está basada en una historia corta de Dan Kazuo (1912-1976) publicada en 1936, el año anterior al comienzo de la Segunda Guerra Sino-japonesa; el director escribió un primer guion sobre esta historia antes de producir House, en 1975.

“Tras más de cuarenta años por fin se ha hecho realidad. Me siento feliz por ello, pero también me da miedo darme cuenta de que el mundo ha vuelto a ser como era. La historia original fue escrita a las puertas de la guerra, así que probablemente el autor no pudo escribir lo que realmente quería. Por eso en mi obra imaginé lo que Dan Kazuo quería decir y no pudo, y traté de expresarlo. Si en aquella época decías que los jóvenes eran piezas prescindibles de la guerra, te fusilaban. Creo que, como no podía escribir eso, escribió una historia de amor y amistad entre jóvenes”.

Ōbayashi dirige a la actriz Tokiwa Takako durante el rodaje de Hanagatami. A la derecha, Mitsushima Shinnosuke (©Ōbayashi Chigumi / PSC)

En agosto de 2016, dos horas antes de una reunión de equipo el día antes de empezar a rodar, los médicos le dijeron al director que tenía un cáncer de pulmón en fase cuatro, y medio año de vida. Dos días después de empezar el rodaje, durante una nueva visita al hospital corrigieron esa esperanza de vida a tres meses. Y sin embargo el director dice, al recordar ese momento, que se sintió feliz.

“En estos cuarenta años en que esperaba a que fuera el momento preciso también esperaba a estar preparado yo mismo. Mishima Yukio escribió sobre Hanagatami que durante la guerra el Estado se había apoderado del poder de la vida y la muerte, y la única libertad que les quedaba era la de amar a alguien con todo su corazón o rebelarse contra las normas morales. A mí me preocupaba pensar si nosotros, que habíamos disfrutado de los placeres de posguerra, teníamos derecho a hacer películas sobre la juventud de la generación de nuestros padres. Hace cuarenta años, cuando me entrevisté con Dan Kazuo para lograr el permiso para adaptar su obra, supe que tenía cáncer terminal de pulmón. Al saberme en la misma situación me sentí feliz de poder tener esa misma experiencia de infortunio y resolución que tuvo su generación. Tenía que transmitir las palabras que ellos no pudieron decir. Y al mismo tiempo, eso significaba pasar la antorcha a la nueva generación, nacida en una época de paz, para que ellos la pasen hacia el futuro.

Para los niños de la guerra

El director dice haber recordado recientemente un haiku que Watanabe Hakusen (1913-1969) escribió escapando a la inquisidora mirada de las autoridades durante la Segunda Guerra Mundial: Sensō ga rōka no oku ni tatteita (La guerra se erguía al final del pasillo).

“Los jóvenes de hoy viven con la idea de que se acerca una guerra. Si les preguntas, te dicen claramente que son los niños de la preguerra. Podría decirse que Hanagatami cumple la función de unir la posguerra olvidada y el periodo mismo de la guerra que se avecina. Es decir, de hablar de guerras pasadas para construir la paz del futuro. Somos la última generación en haber conocido la guerra, y creo que tenemos la responsabilidad de transmitir su horror”.

Según la opinión de muchos jóvenes espectadores, la obra les ha tocado el corazón de alguna manera. “Tiene una sensación de urgencia de la que no puedes permanecer ajeno. En esta época hay muchas cosas útiles, la vida es cómoda y productiva. Pero no creo que hayamos usado estos avances para hacer feliz a la humanidad; la mitad de la gente es muy infeliz. Y esas comodidades también se pueden usar para hacer el mal. Este mundo se ha convertido en una sociedad de información avanzada, pero la gente ha dejado de responsabilizarse por esa información. Solo importa si algo se sabe o no. Tanto la información que se debe conocer como aquella que da igual reciben el mismo valor, por lo que ambas nos parecen ajenas. Pero el cine presenta información como ‘historia propia’, y por eso puede hacer pensar. Yo hago películas para poder transmitir aquellas cosas que no se transmiten en esta sociedad de la información, meto a mis espectadores en una historia y les hago experimentar el horror de la guerra”.

Mientras siga vivo

Hanagatami es una obra maestra, llena de actuaciones innovadoras arropadas por ricos efectos digitales. Se podría decir que Ōbayashi ha creado una recopilación de sus grandes temas. La energía vital que fluye de la pantalla transmite los esfuerzos frenéticos de los personajes a la perfección. Pero el director siente que aún no ha terminado su trabajo. Por el contrario, considera su nuevo proyecto con rostro impasible.

El director Ōbayashi en localización durante el rodaje de Hanagatami. Al fondo, los actores Yamazaki Hirona (izquierda) y Kubozuka Shunsuke (© Ōbayashi Chigumi / PSC)

“He vivido hasta ahora, superando el tiempo que me quedaba, a base de quimioterapia. Con la medicina moderna los seres humanos ya no morimos con tanta facilidad, ni siquiera de cáncer. Eso también de si la medicina va bien con cada persona, pero dicen que influye mejor sobre personas optimistas que no se dejan vencer y son capaces de ser felices. Es como esa verdad que surge de una mentira, en el cine. La posibilidad de lograr un final feliz me ha dado mucho valor. El hecho de ir al rodaje también me hizo mejorar mucho. Desde entonces he vivido un año y cinco meses y he podido completar la película. Creo que ahora ya estoy preparado para preguntarme realmente por la bomba atómica, ese tema que tantos directores de cine antes de mí intentaron tratar y no pudieron”.

(Basado en una entrevista personal realizada en los estudios de grabación Niconico el 18 de diciembre de 2017. Traducido al español del original en japonés.)

Colaboración: Dwango
Imágenes cortesía de PSC y la agencia de Ōbayashi Nobuhiko
Texto: Matsumoto Takuya (Departamento multilingüe de nippon.com)
Imagen del encabezado: Comité editorial de nippon.com

HANAGATAMI

  • Estrenada nacionalmente el 16 de diciembre de 2017 en los cines Yūrakucho Subaru-za
  • Distribución: Nippon Eigasha
  • Página web: http://hanagatami-movie.jp
  • Clasificación: PG12
  • 2017 / color / DCP / American Vista / 169 minutos
  • @Comité de producción Karatsu / PSC 2017

(*1) ^ Ozu Yasujirō (1903-1963), Kurosawa Akira (1910-1998), Kinoshita Keisuke (1912-1998

cine Guerra