La cultura contemporánea se globaliza, segunda parte

Manga y “bushidō”, una combinación explosiva

Cultura Deporte Manga

La Japan Expo es un festival sobre cultura japonesa que se ha convertido en un acontecimiento habitual en Francia cada verano. En este evento en el que predomina la cultura pop y cuyo slogan es kawaii (adorable), un crítico francés de manga se aproxima a un invitado muy singular que desprende un aura de hombría por los cuatro costados: el dibujante japonés de manga Saruwatari Tetsuya.

La decimotercera edición de la Japan Expo se celebró del cinco al ocho de julio de 2012 en el parque de exposiciones París Nord Villepinte. En esa ocasión el número de visitantes rompió la barrera de las doscientas mil personas dejando de nuevo patente el vigor de la cultura pop japonesa. Una amplia gama de personalidades fueron invitadas y traídas desde Japón: desde mangaka (dibujantes de manga), creadores de videojuegos y bandas de rock, hasta idols (Kyary Pamyu Pamyu, Momoiro Clover Z), y cada día disfrutaron de un gran éxito de asistencia.

De entre todos estos invitados, el mangaka Saruwatari Tetsuya, viva encarnación del “espíritu marcial” y lleno de hombría, recibió una entusiasta acogida por parte de un sector del público. El fervor por Japón no nace únicamente de la moderna cultura pop y kawaii (adorable). Al parecer, la presencia tan especial de Saruwatari despertó la pasión que sienten los franceses por las artes marciales.

Las artes marciales gozan de buena fama en el evento otaku

En primer lugar, voy a aclarar la situación de las artes marciales en la Japan Expo.

De hecho, las artes marciales japonesas y deportes de combate se han convertido cada año en un elemento indispensable de este festival otaku (aficionados al manga, anime y videojuegos). En la edición de 2012, se utilizó un espacio de 2.000 metros cuadrados como escenario para las demostraciones prácticas de siete disciplinas: karate, shōrinji kenpō, ninjutsu, aikido, naginata, kendo y kyudō. Durante los cuatro días que se celebró el festival, el número de personas que hicieron una clase de prueba fue de aproximadamente dos mil personas. Este hecho demuestra que entre aquellos jóvenes que han recibido el bautismo de la cultura manga se está extendiendo cada vez más el interés por las artes marciales japonesas.

Sébastien Kitoko (a la derecha de la foto) es tercer dan (grado) de shōrinji kenpō y alumno de Aosaka Hiroshi, el maestro japonés que abrió un dōjō (escuela tradicional donde se enseñan artes marciales) de shōrinji kenpō por primera vez en Francia en 1972. Sébastien nos comenta: “La Japan Expo es un lugar donde puedo relacionarme con otra gente con la que habitualmente no tengo oportunidad de hacerlo. Son personas que nunca han practicado artes marciales antes y que se acercan porque tienen interés en conocer cómo son de verdad las técnicas y las kata (combinación de movimientos y técnicas preestablecidos que se pueden hacer individualmente o en pareja) que han visto en los manga.”

“Vienen muchos fans de Naruto” es el comentario que compartió con nosotros Philippe Barthélémy, el pionero del ninjutsu en Europa (primera foto por la izquierda). Además, no son únicamente los niños quienes participan en estas clases de prueba; también asisten personas de todas las edades.

Este éxito de afluencia no es sorprendente dado el grado de penetración de las artes marciales en la sociedad francesa. Hay 600.000 practicantes de judo en Francia, y 200.000 de karate. Y estas cifras van en aumento cada año.

Sin embargo, según Barthélémy, “los occidentales, cuando aprenden artes marciales, el único objetivo que tienen es el de mejorar técnicamente y tienden a pasar por alto los valores espirituales”.

En este sentido, los manga de lucha japoneses pueden desempeñar un papel importante porque, además de mostrar las técnicas de las artes marciales, también describen profusamente su filosofía y espiritualidad.

Un mangaka aclamado por los fans de los deportes de combate

En esta edición de la Japan Expo, el proyecto que ha aglutinado los deportes de combate y el manga ha sido Free Fight Event (evento de lucha libre). Free Fight es el título de la versión francesa de TOUGH, el popular manga de Saruwatari. En un ring acondicionado para dicho evento, además de realizarse combates de exhibición de artes marciales mixtas, se celebró una sesión de firmas por parte Saruwatari.

Saruwatari, mientras observaba a los otaku franceses que se habían reunido en el salón de exposiciones, comentó: “Parece que esté en otro planeta”. Es evidente que ha vivido en un mundo totalmente opuesto al de las jóvenes generaciones en el que las chicas comparten los valores de la estética kawaii y predomina la peculiar fantasía otaku. “Pero siento que quiero dibujar manga que sea atractivo para ellos también. ¡Quiero aumentar mi número de lectoras!” dijo entre carcajadas.

Saruwatari tiene cincuenta y cuatro años. La desbordante creatividad que ha dedicado al manga desde hace treinta años es digna de admiración. Hasta hace poco dibujaba dos series al mismo tiempo y había llegado a dibujar ciento veinte páginas mensualmente. “Nunca me he retrasado con las fechas de entrega. Esa es la única cosa de la que puedo enorgullecerme. Cuando era joven, me forzaba y quería trabajar simultáneamente con varias obras. A veces, he llegado a dibujar más de trescientas páginas al mes. ¡Eso sí, al poco tiempo se me cayó todo el pelo del cuerpo!” (risas)

Entró en el mundo del manga a principios de la década de 1980. Todo lo que sabe del manga lo ha aprendido sobre el terreno. Después de graduarse de la escuela secundaria y ser asistente de Hiramatsu Shinji(*1), se independizó como mangaka. A finales de los años 80 se ganó un buen renombre con los manga Doggu Sorujā (Dog Soldier), RIKI-OH y Za Hādo (The Hard). Son historias violentas donde aparecen personajes musculosos como los que salen en las películas de acción de Estados Unidos y Hong Kong.

Luego, en la década de los 90, alcanzó fama a nivel mundial con Kōkō Tekken-den Tough. En este manga se nos narra la historia de un estudiante de secundaria nacido en el seno de una familia de artistas marciales que practica el estilo tradicional de combate Nadashinkageryū, y del que se convertirá en heredero, que se tendrá que enfrentar en combates a vida o muerte contra todo tipo de luchadores, y al mismo tiempo se irá perfeccionando a sí mismo.

La pasión que siente Saruwatari por las artes marciales mixtas no tiene parangón. De hecho, ha dedicado diecinueve años de su vida a la serie Kōkō Tekken-den Tough y a su continuación TOUGH. El 19 de julio de 2012 puso punto final a la que se ha convertido en una de las series sin igual dentro de la historia de los manga de artes marciales.

Sus escenas realistas de combate son el fruto de la dedicación de Saruwatari al mundo de las artes marciales mixtas; hace más de veinte años que Saruwatari frecuenta los combates y entrenamientos, además de estrechar lazos de amistad con artistas marciales de primera línea y periodistas deportivos. Incluso, ocasionalmente, ha invitado a su estudio a competidores para que le demuestren técnicas complejas de inmovilización que luego ha utilizado como referencia para sus dibujos.

Las artes marciales, una filosofía sobre la vida y la muerte

“Trabajo desde las tres de la tarde hasta las siete de la mañana. Lo único que hago mientras estoy despierto es dibujar.” Los superhombres que muestra pasando por mil apuros son hombres con un espíritu caballeroso según los dictados del bushidō (código moral del samurái). En sus historias, la cuestión que siempre se plantea es “¿Cómo vivir como un hombre?”. Si hablamos del manga que expone la hombría de un modo extremo, debemos recordar y hacer especial mención a las obras de sus maestros Hiramatsu Shinji y Motomiya Hiroshi(*2). Se podría decir que Saruwatari Tetsuya es el verdadero heredero de estos dos maestros.

Además de las técnicas de artes marciales, en la obra de Saruwatari, el espíritu y la filosofía del bushidō están profusamente descritos. En sus historias, los personajes se enfrentan constantemente a difíciles conflictos mentales, y lo que les hace posible superarlos es el espíritu del bushidō. En medio de un combate mortal, siempre se predica la importancia del respeto a los mayores, la disciplina y la compasión.

Los pensamientos de Saruwatari van más lejos e incluso se extienden hasta en consideraciones sobre la vida y la muerte. Si las artes marciales poseen el poder de arrebatarles la vida a las personas, también tienen el poder de forjar sus mentes y cuerpos, además de tener el poder para curarlos.

“Hace muchos años, me encontré con un maestro de chi kung que también era un artista marcial. Poseía un concienzudo conocimiento sobre el flujo del ki (energía) del cuerpo y sobre los puntos kassatsu (puntos vitales del cuerpo humano). Aprendí mucho de él sobre los aspectos terapéuticos de las artes marciales”. Esta experiencia la ha transmitido a sus lectores de todo el mundo a través de su trabajo, lo que ha propiciado que sigan profundizando en la comprensión de la cultura de las artes marciales. Sin duda alguna, éste es uno de los valores de los manga de artes marciales que no deberían perderse.

Sin embargo, incluso en Francia, donde se publican numerosas series japonesas de manga, no hay muchas obras que traten el tema de las artes marciales. Saruwatari debería de haber ganado nuevos lectores con su visita a Francia. Esperemos que continúe su papel como pionero en el país galo y nos deleite durante mucho tiempo con su creatividad desbordante.

(Traducción al español del original en japonés)

(*1) ^ Dibujante de manga nacido en el año 1955. Sus obras más importantes son Dōberuman Deka –sólo dibujo– y Burakku enjeruzu, entre otros.

(*2) ^ Dibujante de manga nacido en el año 1947. Sus obras más importantes son Otoko Ippiki Gaki Daishō, Otokogi, Ore no Sora, y Sararīman Kintarō, entre otros.

cultura pop anime kawaii otaku manga cosplay Japan Expo Francia artes marciales kendo mangaka Akihabara aikido lucha Akiba comiket dong mang Laurent Lefebvre ninjutsu