Los robots japoneses se hacen más humanos

Gakutensoku, el primer robot humanoide de Japón

Ciencia Tecnología Sociedad Vida

Gakutensoku fue un robot humanoide construido en 1928 por Nishimura Makoto, un editorialista del diario Osaka Mainichi Shimbun. Se cree que este es el primer robot construido en Oriente. En él podemos ver las raíces de la ciencia de los robots humanoides modernos.

Símbolo de la naturaleza del universo

Gakutensoku original. A la izquierda, Nishimura Makoto.
Fotografía: Matsuo Hiroshi

Gakutensoku, posiblemente el primer robot construido en Japón, fue un portento mecánico capaz de escribir mensajes en un papel y cambiar la expresión de su rostro. El robot fue presentado en la Gran Exposición de Kioto en conmemoración de la coronación imperial de 1928, y posteriormente expuesto en otros lugares hasta que se extravió durante una gira en Alemania. La versión que se muestra actualmente en el Museo de las Ciencias de Osaka es una réplica creada en 2008.

Gakutensoku significa “el que estudia la ley natural”. El creador de este robot fue Nishimura Makoto, editorialista del diario de Osaka Mainichi Shimbun. Nishimura fue un biólogo con un vasto conocimiento del mundo natural. “Gakutensoku reunía los pensamientos e ideas de Nishimura. El robot representa la armonía con la naturaleza y la coexistencia de toda la vida natural”, explica Hasegawa Yoshimi, el conservador del Museo de las Ciencias de Osaka.

Gakutensoku estaba originalmente sentado a una altura de casi tres metros frente a una mesa con una pluma en su mano derecha y una luz en su mano izquierda. La mesa muestra un relieve con imágenes del sol, agua, animales y otros elementos. El extraño rostro del robot, con sus prominentes ojos, fue diseñado para combinar las características de todos los pueblos del mundo. La idea era simbolizar la igualdad de todas las etnias. En la parte superior de su cabeza lleva una corona de hojas, que es el símbolo de todos los alimentos del planeta. En el pecho el robot lleva una flor de cosmos, simbolizando el universo. El robot fue deliberadamente diseñado para simbolizar la naturaleza universal.

Gakutensoku en el Museo de las Ciencias de Osaka. Podemos buscar características parecidas de nuestro rostro en el rostro de Gakutensoku, el cual se dice que fue diseñado para reunir las características de todos los pueblos de la tierra.

Su rostro está hecho de goma. Sus ojos, párpados, mejillas, boca, cuello y brazos se mueven. Cuando un pájaro canta anunciando el alba, el robot cierra sus ojos y empieza a meditar. Después de pensar durante un rato, al ocurrirsele una idea, Gakutensoku abre sus ojos y la luz de la inspiración en su mano izquierda se ilumina. El androide sonríe y comienza a escribir sus pensamientos con una pluma en forma de flecha (es una representación de la creatividad del ser humano). Los movimientos suaves y amplios del robot son posibles gracias a una serie de tubos de goma y un mecanismo de aire a presión. El Gakutensoku original funcionaba con un mecanismo similar al de una caja de música: un cilindro rotando en el centro del robot, expulsando aire a través de los tubos para mover las distintas partes con la presión. La versión actual utiliza una computadora para controlar los movimientos.

Un robot con características humanas

Modelo del mecanismo del rostro de Gakutensoku. El mecanismo con el que funcionaba el robot original sería similar a este.

La primera persona en utilizar la palabra “robot” fue el escritor checo Karel Čapek, que acuñó este término basándose en el verbo checo “trabajar” en su obra R.U.R. (Rossum’s Universal Robots) en 1920. La palabra describía en principio a un ser humano artificial utilizado para trabajar en lugar de los seres humanos reales. En 1950 el escritor ruso-americano de ciencia ficción Isaac Asimov publicó una colección de historias cortas titulada Yo, Robot. Estas historias fueron el origen de las famosas “Tres leyes de la robótica” de Asimov.

A partir de 1960, con la aparición de los primeros brazos robóticos en las fábricas, la imagen de los robots cambió de meros androides a máquinas que podían realizar tareas mecánicas en lugar del ser humano. La investigación sobre los robots proliferó en todo el mundo, y en la década de 1980 se construyeron multitud de robots para realizar tareas industriales repetitivas como montaje de piezas, soldadura, o construcción de componentes.

“Si echamos un vistazo a la historia de los robots en el mundo, Gakutensoku está apartado de la corriente principal del desarrollo de los mismos. Puede que sea el robot que más se acerca a la idea original de Čapek”, explica Hasegawa. “Para Nishimura un robot no era un autómata que fuese a reemplazar al ser humano. Él quería crear algo parecido a un ser humano, y por eso Gakutensoku no fue diseñado para trabajar. La forma de este robot expresa el espíritu creativo del ser humano”. Nishimura quería construir algo que fuese más allá de la idea europea de robot. En lugar de utilizar los motores que ya se desarrollaban por aquel entonces, decidió utilizar un mecanismo de presión de aire para dar a los movimientos del robot una cualidad más humana. La prioridad de Nishimura era hacer que Gakutensoku pareciese humano, utilizando tubos de goma para los vasos sanguíneos y aire para reproducir la respiración humana.

Con la llegada de Tetsuwan Atom (Astroboy) en la posguerra, volvió a resurgir el interés por los robots, y en la actualidad robots bípedos como ASIMO de Honda son fuente de una gran admiración. Los científicos japoneses trabajan para crear robots que puedan convertirse en verdaderos compañeros de los humanos, una idea cuyas raíces las encontramos en Gakutensoku.

(Escrito originalmente por Satō Narumi. Traducido al español del original en japonés.)

tecnologia robots Robots humanoides Osaka Mainichi Shimbun