Tradiciones “cool”, modernidad y belleza tradicional

Curtis Patterson: manteniendo viva la tradición musical del ‘koto’

Cultura

Curtis Patterson, nacido en Chicago, lleva viviendo en Japón desde 1986, dedicado a la interpretación y composición de música para koto. Además, se entrega con pasión a la enseñanza y preparación de las nuevas generaciones de músicos del tradicional instrumento.

Curtis Patterson Curtis PATTERSON

Músico, compositor y profesor de koto. Discípulo del difunto maestro Sawai Tadao. Profesor de música tradicional japonesa en la Escuela Internacional de Yokohama. Miembro del grupo de koto Sōemon, así como del grupo Sawai Tadao. En 1995 se convirtió en el primer no japonés en graduarse en el curso de formación musical tradicional de la NHK. Ha colaborado con numerosos artistas de todo tipo de géneros, incluyendo una gira con Ogura Kei. Lanzó Oto no wa (Círculos sonoros), un disco en solitario, en 2002, y varios discos en duo con Huebner, como Going Home (Volver a casa, 2007) y Fūmon / Tracings (Trazos, 2008). Su página web es www.curtkoto.com/

Un profesional de la música japonesa de Chicago

Durante la temporada de los cerezos en flor la canción Sakura, que recibe su nombre de las flores de esos árboles, se puede escuchar en muchas partes de Japón, normalmente interpretada con el koto. Este elegante instrumento, hecho de madera de paulonia, posee cierto parecido con el arpa. Aunque su origen se remonta más de 1.200 años en el pasado, ya no es parte de la vida diaria de los japoneses. Pocos de ellos lo tocan, y hoy día representa un papel menor en la música mundial.

Curtis Patterson, nacido en Chicago, vino a Japón hace treinta años. En las décadas siguientes se convirtió en un intérprete de koto profesional. Hoy día parte de su trabajo consiste en presentar los encantos del koto a las nuevas generaciones, en el país que vio nacer a ese instrumento.

“El sonido del koto posee una cierta calidez humana, y muchas posibilidades de expresión musical”, dice Patterson. “A medida que tocas puedes crear varias escalas musicales simplemente moviendo los puentes ajustables que sujetan las cuerdas”.

En su vivienda de Meguro, Tokio, Patterson no solo practica con su propio koto, sino que imparte también clases privadas

Un profesor de inglés que vino a Japón por el koto

El primer encuentro de Patterson con el koto fue en 1981, cuando era estudiante del Cornell College, en Iowa. Entró en el grupo de koto de la escuela, y pudo viajar a Japón y tocar con el grupo, el año siguiente. “Nunca había salido de Norteamérica, así que venir a Japón y tocar el koto con universitarios japoneses cambió el rumbo de mi vida”, dice.

Encantado por la gente y la cultura de Japón, Patterson regresó en 1986 para trabajar como profesor de inglés en la prefectura de Tochigi. Allí empezó a aprender la música clásica japonesa de los siglos XVII y XVIII y el utai, un tipo de canción tradicional. Después se mudó a Kioto y recibió clases, con música completamente nueva para él, de un discípulo de Sawai Tadao (1938-1997), un músico de renombre que revolucionó el mundo del koto componiendo e interpretando trabajos innovadores tanto para el koto normal de 13 cuerdas como para el koto bajo, de 17.

“Aprender música tradicional de koto con mi profesor, en Japón, me abrió los ojos: nunca había aprendido el koto con un profesional ni canciones tradicionales cuando estaba en Chicago. Después de aquello, aprender la música innovadora de Sawai fue una experiencia dramática para mí”, confiesa Patterson. “Las técnicas de Sawai eran extraordinarias. Golpeaba la parte superior de las cuerdas del koto con baquetas, aplicaba la escala musical de Okinawa al instrumento, e hizo todo tipo de cosas creativas. También me sentí impresionado por sus arreglos orquestales, de hasta veinte o treinta músicos en un solo escenario”.

En una de las baldas de la casa de Patterson hay una fotografía del difunto maestro Sawai Tadao.

Un sinfín de posibilidades

Después de volver a Tokio a principios de los noventa, Patterson empezó a estudiar directamente con el propio Sawai. Consiguió su licencia de maestro en el Instituto Sawai de Koto y se convirtió en el primer artista no japonés en graduarse en el prestigioso programa de la NHK para artistas jóvenes de música japonesa tradicional, en 1995. Sawai murió en 1997, pero hay muchos músicos que todavía interpretan su obra, incluido Patterson.

En su vivienda de Meguro, Tokio, Patterson tocó variaciones de Sawai sobre el tema Sakura para nippon.com. Mediante varias técnicas diferentes de rasgueo, patrones de movimiento y ritmos, creó texturas entrelazadas dentro de la simple melodía, logrando así diversas capas de sonido capaces de transportar al oyente a un mundo fantástico.

Los músicos de koto tocan las cuerdas del instrumento con púas denominadas tsume que se colocan en los dedos índice, medio y pulgar de la mano derecha (imagen de la izquierda). El sonido de una nota, una vez emitida, se puede modular con facilidad, presionando y tirando de la cuerda correspondiente con la mano izquierda (imagen de la derecha).

Patterson tocó entonces un tema original, Sunday Afternoon, la cual tenía un cierto sonido celta. “Escuchando la música con los ojos cerrados uno podría creer que no estoy tocando el koto”, dice Patterson, con una sonrisa. “Mi familia tiene raíces escocesas, por lo que resultó natural para mí crear este tipo de pieza”.

Patterson, que ahora interpreta todo tipo de géneros musicales, empezó a escribir su propia música para el koto hace unos diez años. Por esa época conoció a Bruce Huebner, otro estadounidense que vino a Japón para tocar otro instrumento japonés tradicional, el shakuhachi (una flauta de bambú de cinco agujeros). Ambos formaron un dúo para tocar por Japón, interpretando todo tipo de piezas, desde clásicos del koto hasta melodías inspiradas por el jazz y composiciones originales. Según el propio Patterson, conocer a Huebner fue un momento muy importante para él, de cara a expandir el potencial del instrumento.

Pasión también hacia la nueva generación de músicos

Aunque Patterson continúa en la actualidad componiendo sus propias obras y tocando el koto en el escenario, siente que fomentar la pasión de las nuevas generaciones hacia este instrumento es crucial para su supervivencia. Desde 2011 Patterson enseña koto a estudiantes de escuela primaria, secundaria e instituto en la Escuela Internacional de Yokohama. El koto representa una asignatura obligatoria en los cursos cuarto y quinto; a medida que avanzan en el currículo tienen la oportunidad de seguir con el koto de manera opcional, en la asignatura de música. Patterson empieza enseñando lo esencial sobre cómo tocar, pero enseguida anima a los estudiantes a que compongan su propia música. También se dan muchas oportunidades de que los estudiantes puedan interpretar piezas de koto dentro y fuera de la escuela durante el curso.

Patterson enseña koto a los estudiantes de quinto curso de la Escuela Internacional de Yokohama

Los estudiantes se sientan sobre sus talones, se colocan los tsumes en los dedos y practican con tesón, guiados por Patterson

Una soleada mañana de marzo, en 2017, unos veinte estudiantes de quinto se reunieron en una sala del segundo piso de una casa japonesa tradicional en el terreno de la escuela. Patterson, sentado ante ellos, tocó tres cuerdas al azar y les pidió a los estudiantes que lo imitaran, como calentamiento. Sorprendentemente, los jóvenes lo hicieron sin aparente esfuerzo. Luego repartió una partitura, que los estudiantes leyeron en voz alta antes de tocarla con él. Lo hicieron sin equivocarse en una sola nota, incluso cuando el profesor añadió una segunda melodía. “Siempre me sorprende lo rápido que aprenden estos niños el instrumento, y cómo entienden su poder comunicativo”, dice Patterson.

Los esfuerzos de Patterson por formar a jóvenes músicos de koto están consiguiendo resultados prometedores. Algunos de sus alumnos mayores han logrado premios en concursos nacionales, y uno de ellos, graduado este año, que debutó con un CD, ha sido aceptado como estudiante de la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio.

“Lo que hoy entendemos como música tradicional de koto era algo revolucionario, cuando apareció. Hoy día necesitamos más jóvenes capaces de crear nuevos tipos de música con el koto”.

Patterson tiene más de diez kotos en su casa, incluyendo uno, con bellas vetas de madera, de reciente adquisición, una obra de gran calidad creada por un maestro artesano, con un valor superior al millón de yenes

Texto: Kawakatsu Miki
Imágenes: Nagasaka Yoshiki

Imagen del encabezado: patterson da clase de koto a estudiantes de quinto curso de la Escuela Internacional de Yokohama

(Publicado originalmente el 19 de abril de 2017, y traducido al español del original en japonés)

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