Viaje a las comunidades remotas de Japón
Shimoguri no Sato, una aldea de película en las montañas de Nagano
Guíade Japón
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Shimoguri no Sato es una aldea de la ciudad de Iida, en la prefectura de Nagano, que se encuentra a una altitud aproximada de 1.000 metros y en la que uno realmente puede sentirse como si estuviera flotando en el cielo. Apenas existen llanuras en la zona, situada entre las bellas montañas de la cordillera de los Alpes japoneses del Sur: la mayor pendiente tiene una inclinación de 38 grados. Pararse en las sendas que serpentean por estas cuestas permite sentirse como si las profundidades del valle lo engulleran todo.
Una aldea en la montaña en peligro de extinción
La existencia de una aldea en semejante paraje tiene su explicación en la naturaleza que lo rodea; dos son los factores más importantes: el sol y el agua. En la aldea en la pendiente al sur, en la que las casas y las huertas parecen agarrarse al terreno, suele decirse que "el sol sube desde los pies", y son muchas las horas de luz natural. En estos campos, que durante todo el día están bañados por el calor agradable del astro rey, se puede cultivar patatas y trigo sarraceno, además de diversas hortalizas. La zona cuenta también con un canal por el cual corre abundante agua limpia y de buen sabor que los habitantes utilizan en actividades propias de su vida cotidiana como lavar las verduras o preparar el té con las hojas que han cultivado en los campos cercanos.
En los tiempos en los que no importaban factores como la buena o mala comunicación de una zona, es posible que Shimoguri no Sato fuera un paraíso en el que sus habitantes vivían sin problemas. Prueba de ello es, por ejemplo, que se hayan hallado vasijas de barro que datan del período Jōmon (14.000-300 a. C., aproximadamente) en las cercanías de la aldea, lo cual demuestra que desde la antigüedad se ha podido vivir allí. Sin embargo, en la actualidad no hay tiendas ni autobuses en Shimoguri no Sato, y quienes quieren visitar este lugar deben desplazarse en coche o tomar un taxi desde la parada de autobús de Kamimachi, que se encuentra en la falda de la montaña. La mala comunicación de la aldea es uno de los motivos por los cuales la población está disminuyendo a un ritmo constante. En 2008 vivían allí 117 personas repartidas en 53 hogares; ocho años más tarde, la cifra se ha reducido hasta 93 y 48, respectivamente. Huelga decir que muchas casas están vacías y desde hace mucho tiempo se habla de que la aldea podría desaparecer por completo.
El trabajo en el campo y una dieta propios de tiempos antiguos
El alimento principal de los habitantes de la zona son las hortalizas que ellos mismos han cultivado. Las pronunciadas pendientes de la aldea han hecho imposible la creación de arrozales, por lo que desde tiempos antiguos se viene plantando principalmente un tipo de patata pequeña llamada nidoimo. El nombre de este tubérculo, que podría traducirse como "patata de dos veces", tiene su explicación en que se puede cosechar dos veces al año –en verano y en otoño– en el mismo terreno. Esta es una excepción a la regla, ya que en Japón, por norma general, se suele fracasar cuando se intenta conseguir de forma continuada cosechas de patatas en el mismo lugar. Es posible que esto ocurra gracias a que se dan unas condiciones ambientales que recuerdan a las de la cordillera de los Andes, lugar de origen de este tubérculo.
"Las patatas de aquí son pequeñas, pero tienen un dulzor que las hace sabrosas. Desde tiempos antiguos se suelen comer en unas brochetas, de unas tres patatas por pincho, untadas con pasta de miso de sésamo silvestre o nueces casera y asadas ligeramente en el fogón que está hundido en el suelo", explica Kurumizawa Mieko, que lleva varias décadas viviendo en la aldea, a la que llegó desde una localidad vecina para casarse. Con las sojas que cosecha en otoño prepara miso y tofu; elabora pastelillos manjū cociendo al vapor harina de alforfón; recoge el perejil japonés que ha cultivado con el agua limpia de la montaña... Lleva una vida saludable y próspera heredada de otro tiempo.
Hanbatei, el único restaurante de la aldea
En Hanbatei, el único restaurante de la aldea, se puede degustar los platos locales de Shimoguri no Sato. De cocinar y atender a los clientes se encargan las agricultoras de la zona. Kurumizawa es una de ellas.
"Vivimos libres de preocupaciones porque no nos falta comida aunque no tengamos dinero. Además, el aire que respiramos es fresco y disfrutamos del sol. Vamos cultivando sin parar los productos agrícolas comunes. No me parece que la vida aquí tenga inconvenientes", cuenta Kurumizawa.
Una vez recolectada la cosecha de patatas, se utiliza el mismo terreno para cultivar trigo sarraceno. Desde finales de agosto hasta mediados de septiembre, los campos de las pendientes de la aldea están llenos de las flores blancas del alforfón. El paisaje es de una belleza tal que evoca un paraíso alejado del mundo terrenal.
Un festival en el que los dioses vuelven a la vida
En diciembre se celebra en la zona el Shimotsuki-matsuri, un curioso festival al que se invita a todos los dioses del archipiélago nipón y durante el cual se realiza un ritual sintoísta que consiste en ofrendar agua hirviente al tiempo que se recitan plegarias. Al caer la tarde, los participantes bailan, saltan y toman sake, al ritmo del tambor y la flauta, alrededor de las ollas en las que bulle el agua; los acompañan personas enmascaradas disfrazadas de dioses. El ambiente animado de la celebración es asombroso. Los festejos, que se prolongan hasta el amanecer, se siguen realizando como antaño.
El Shimotsuki-matsuri, que se celebra en una estación en la que los árboles y las plantas mueren y diversos seres vivos pierden fuerza, es un festival de resurrección. A finales del año, los dioses limpian sus impurezas con el agua hervida y vuelven a la vida con el alma pura. Los seres humanos también reciben de ese agua fuerzas para transformarse y se preparan para recibir el año nuevo. Se dice que la celebración inspiró al director japonés de cine de animación Miyazaki Hayao para su largometraje El viaje de Chihiro.
Shimoguri no Sato es, en definitiva, un lugar inexplorado de paisajes impresionantes en el que se preservan las creencias y la alimentación de tiempos antiguos. Una visita allí permitirá entrar en contacto con una faceta desconocida de Japón imposible de encontrar en las grandes ciudades.
Cómo llegar
Desde la estación de tren de JR de Iida, en la prefectura de Nagano, se toma un autobús de la línea Tōyamagō hasta la parada Kamimachi (60 min.). Tras apearse allí, se puede tomar un taxi (15 min.). Taxis Tenryū Kankō, tel.: 0260-36-2205.
Información turística
Oficina de Turismo de TōyamagōDirección: 〒399-1311 Nagano-ken Iida-shi Minami-shinano Wada 548-1 Anbamai Kannai
Horario: de 10 a 17. Abierto todo el año.
Tel.: 0260-34-1071
Sitio web (solo en japonés): http://www.tohyamago.com/
En Shimoguri no Sato se celebra en el santuario sintoísta Jūgosha Daimyōjin desde la 1 p. m. del 13 de diciembre hasta las 5 a. m. del día siguiente. Se recomienda ir a partir de las 7 p.m.
Restaurante HanbaDirección: Nagano-ken Iida-shi Kamimura Shimoguri 1250-1
Tel.: 0260-36-1005
Horario: de 10 a 15:30 (abierto todo el año, excepto de diciembre a principios de abril)
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