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Un museo en Kioto para los amantes del kanji

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El Museo del Kanji de Kioto abrió sus puertas el 29 de junio de 2016. Estas nuevas instalaciones incluyen muchas exposiciones interactivas y muestras que hablan de la historia de estos caracteres en China y Japón.

El Museo del Kanji de Kioto ofrece a los visitantes la oportunidad de aprender sobre la historia de los kanji y poner a prueba su conocimiento de los caracteres en las exposiciones interactivas. Situado en los límites del distrito de Gion, el Museo y Biblioteca del Kanji de Japón está orientado principalmente a los estudiantes japoneses de primaria y secundaria y sus familias, aunque los estudiantes extranjeros de todas las edades también son bienvenidos.

La “torre de los 50.000 kanji” en el centro del museo.

Desde caparazones de tortuga hasta máquinas de escribir

La pieza central del museo es la “torre de los 50.000 kanji”, un pilar de 7,8 metros de altura en el que están todos los kanji del diccionario Dai Kan-Wa jiten de Morohashi Tetsuji. Los caracteres aparecen en diferentes colores y tamaños dependiendo de su frecuencia de uso. Los más destacados son los que aprenden los estudiantes japoneses durante sus años de estudio entre la escuela primaria y el instituto. Esta torre ofrece perspectiva a aquellos que tiemblan ante el volúmen de caracteres que deben estudiar y debería hacerles estar agradecidos de que no sea obligatorio memorizar decenas de miles de ellos.

El primer piso tiene una muestra de la historia de los kanji que recorre una de las paredes. Comienza con sus orígenes en China, donde algunos de los caracteres existentes más antiguos eran escritos sobre caparazones de tortugas como parte de un ritual de adivinación, antes de avanzar hacia su desarrollo en Japón, país al que llegaron a comienzos del siglo V. Comienza con un panel que muestra una transcripción de las Analectas de Confucio realizada por un estudiante de 12 años en el siglo VIII en China, así como un poema que compuso en el reverso del papel en el que rogaba al profesor que permitiese a los alumnos volver a casa temprano.

Recreación de unas tablillas de madera con caracteres chinos de hace alrededor de 2.000 años.

Una máquina de escribir japonesa fabricada por Toshiba en 1981. Con ella se pueden escribir a máquina unos 2.600 caracteres, con 1.400 kanji instalados y otros 1.200 adicionales guardados en cajas para su uso cuando sea necesario.

También hay objetos y réplicas que muestran cómo se han escrito los kanji a lo largo de la historia. Antes de los caparazones de tortuga, se cree que los primeros caracteres eran escritos en arena y tierra en China. Los visitantes pueden probar a escribir en la arena con unos palos que se les entrega —a no ser que una exposición esté obviamente fuera del alcance del público, la política del museo es la de “toque, por favor”. Otro de los objetos destacados es la máquina de escribir kanji con cientos de caracteres entre los que elegir, ordenados según su pronunciación.

La mayor parte del segundo piso está dedicada a juegos electrónicos de diversas temáticas. Los amantes del sushi puede comprobar si saben leer los nombres de sus peces favoritos y tomar una fotografía de recuerdo posando dentro de una taza decorada con numerosos kanji. Otros juegos ponen a prueba el conocimiento de los yoji jukugo (frases formadas por cuatro caracteres) y de las distintas lecturas de un simple kanji. En los juegos más complicados las pistas que aparecen en la pantalla permiten rebajar un poco la dificultad. También hay muestras dedicadas a temas como los caracteres kokuji—aquellos que fueron creados en Japón en lugar de importados de China— y kanji regionales.

Los visitantes pueden poner a prueba su conocimiento de los kanji o tomar una foto de recuerdo dentro de una taza gigante decorada con nombres de peces.

Los visitantes pueden intentar leer los kanji de objetos habituales del hogar antes de abrir los cajones para descubrir si han acertado.

El interés por los kanji aumenta en todo el mundo

El museo está dirigido por la Fundación del Examen de Aptitud en Kanji, que administra el test Kanji Kentei y patrocina los votos anuales para elegir el Kanji del Año. Los aspirantes no ofrecen información sobre su nacionalidad, por lo que no existen estadísticas oficiales, pero parece que en años recientes ha aumentado el número de extranjeros que se presentan a este examen. Kani Tatsushi, el vicedirector del museo, afirma que ha observado un gran interés más allá del continente por las culturas de Asia Oriental y por los kanji.

Hayashida Toshiko, miembro de esta fundación, ha conocido a varios aspirantes nacidos en países como los Estados Unidos o Gran Bretaña, donde estos caracteres no forman parte del currículum de la enseñanza obligatoria, que han conseguido aprobar el examen. Hayashida afirma que estos estudiantes han encontrado un proceso de dos fases para hacer la memorización más efectiva. Primero aprenden el significado de un carácter —por ejemplo, 犬 significa “perro”. Una vez han memorizado esto, aprender las distintas lecturas del kanji; para “perro”, estas son inu o ken, en palabras como banken (perro guardián).

Un museo más accesible para los turistas

En la actualidad el museo solo dispone de carteles en japonés. Estos carteles incluyen la guía de pronunciación en furigana para ayudar a los escolares japoneses, su principal audiencia, aunque aun así exhibiciones como la de la historia del kanji requiere de un nivel considerable de conocimiento del japonés para comprenderla. Está previsto introducir explicaciones en inglés, chino y coreano—tal vez a través de una aplicación de smartphone—para el próximo verano. Los potenciales visitantes internacionales deben tener en cuenta que se requiere cierto conocimiento del japonés para disfrutar del museo. Cuanto más sepas, más aprovecharás la visita.

El edificio era antes una escuela, pero cerró en 2011. El Gobierno de la ciudad de Kioto decidió permitir a la fundación convertirlo en un museo para que pudiera seguir siendo un centro dedicado a la educación. El museo espera atraer a unos 50.000 visitantes en la segunda mitad de 2016, y su objetivo es recibir 200.000 visitantes al año para su tercer año de funcionamiento.  Se encuentra situado junto al Santuario de Yasaka en el distrito turístico de Gion, por lo que espera atraer a muchos visitantes ocasionales.

Los caracteres chinos eran a veces grabados en objetos de bronce. Estos tienen alrededor de 2.800 años de antigüedad.

Museo y Biblioteca del Kanji de Japón

Horario: de 9:30 a 17:00 (acceso hasta las 16:30)
Cerrado: Lunes
Admisión: Adultos: 800 yenes
Estudiantes universitarios y de instituto: 500 yenes
Estudiantes de secundaria y de primaria: 300 yenes
Preescolares: Gratis
Personas con discapacidad: Gratis
Sitio web: http://www.kanjimuseum.kyoto/ (en japonés)

(Escrito por Richard Medhurst de Nippon.com. Fotografías de Ōshima Takuya. Fotografía del encabezado: los caracteres cubren la “torre de los 50.000 kanji”)

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