La fruta de Japón

Los melocotones más dulces del mundo se cultivan en Japón

Cultura

El melocotón es una fruta popular por su dulzor, su frescor y su suavidad. En la prefectura de Fukushima producen una variedad cuyos niveles de azúcar superan los de los melocotones más dulces del mundo según el récord Guinness. Su productor nos explica su secreto.

32 grados de azúcar, una cifra sorprendente

En Frutas Furuyama, en la parte central de la prefectura de Fukushima, este año han recibido una gran sorpresa: el nivel de azúcar de sus melocotones de la variedad Akatsuki Neo ha alcanzado 32 grados, una cifra sin precedentes. Por norma general, este tipo de fruta suele tener entre 11 y 14 grados, y el récord Guinness se sitúa en 22, de ahí la sorpresa. Furuyama Kōji, de 40 años y responsable de la producción, afirma que el próximo año se propone batir el récord mundial. El secreto de su éxito se explica en la mejora de los terrenos que empezó hace una década, así como en la tierra que ha empleado a modo de prueba a petición, hace tres años, de un grupo de expertos de la prefectura de Miyagi en agricultura natural.

En la actualidad, cultivan 16 variedades de melocotones. Desde su maduración, se suele tardar unos diez días en cosechar uno de estos tipos de fruta. Cuando visitamos Frutas Furuyama para escribir este artículo, pudimos ver frutos en los melocotoneros de las variedades Akatsuki Neo, Kawanakajima Hakutō, Tōkō y Ōgontō.

Melocotones de la variedad Tōkō.

En Frutas Furuyama, dejan que los melocotones terminen de madurar en el árbol y los cosechan con la idea de "recolectarlos hoy para poder degustarlos mejor mañana". Furuyama cuenta con cierto orgullo que se sabe de memoria las peculiaridades de los 230 árboles de sus campos. Aunque es posible adelantar la recolección unos días y esperar a que estos maduren fuera del árbol y, por consiguiente, evitar pérdidas en las ventas, se pierde frescura. No obstante, la maduración en el árbol conlleva riesgos como que la fruta madure en exceso o sufra daños por los insectos o el viento. "La maduración en el árbol es posible precisamente porque somos una explotación agrícola pequeña. Es el mejor método para producir melocotones deliciosos, aunque sea laborioso", explica Furuyama.

Elegir los melocotones con las manos

En Frutas Furuyama también producen manzanas; alrededor de enero, cuando termina la cosecha de estas, empiezan a preparar los cultivos de melocotones. Los 230 árboles se podan entre enero y marzo. Desde la antigüedad, son conocidos en Japón varios refranes que hacen referencia al tiempo necesario para producir diferentes frutas. Según uno de estos dichos, para los melocotones y las castañas hacen falta tres años, mientras que para los caquis tienen que pasar ocho. Furuyama, por su parte, considera que para el cultivo de árboles frutales se necesitan cinco años como mínimo, y unos 15 para que un agricultor dedicado a la fruta pueda ofrecer sus productos con confianza. Es una labor que requiere perseverancia y esmero.

En abril, se recolecta hasta más de la mitad de los brotes de melocotón; en un árbol se dejan unas 1.500 flores. Un mes después, se cruza el polen, de forma individual y a mano, y se espera hasta que salgan los frutos. Se deja una gran cantidad de flores y al final se eligen para la recolección, con la mano y la vista, las que tengan los mejores frutos de las 500 por árbol.

Aunque también le conceden importancia a la eficiencia, en Frutas Furuyama están convencidos de que el truco para producir melocotones ricos reside precisamente en el tiempo y el esfuerzo.

De ingeniero a agricultor

Frutas Furuyama nació en 1883 y el propietario actual pertenece a la quinta generación. Tras graduarse en la universidad, estuvo durante 14 años a cargo del diseño en la planta de Fukushima de un importante fabricante de electrodomésticos. En este ambiente de trabajo, donde la eficiencia y los resultados prevalecen, se dio cuenta de que ese sistema de negocio se podía introducir en la agricultura; tenía la oportunidad de dedicarse en exclusiva a la actividad familiar. Le dio un giro a su vida cuando en julio de 2010 dejó la empresa en la que trabajaba con la mente puesta en practicar un nuevo tipo de agricultura. Sin embargo, inmediatamente después de ponerse manos a la obra, tuvo que hacer frente al Gran Terremoto del Este de Japón: de repente, los pedidos para regalo cayeron un 60 %. Tampoco pudo hacerse con un contador Geiger, necesario para el envío de sus productos. Durante el primer año tras el desastre natural y el accidente nuclear de 2011, los melocotones de Frutas Furuyama tenían unos niveles de radiación inferiores a los 100 becquereles, mientras que a partir del segundo no se detectó sustancia radiactiva alguna. Furuyama difundió entonces esta información por Internet y comenzó con las ventas directas.

Los jóvenes agricultores de COOL AGRI

En la actualidad, existe en Fukushima una asociación de agricultores de la próxima generación que se estimulan mutuamente para practicar nuevas formas de agricultura. El 11 de marzo de 2015, cuatro años después del desastre, se creó la sociedad COOL AGRI, que agrupa a agricultores jóvenes que desempeñan su labor en la prefectura y cuyo objetivo es "Transmitir la diversión, la belleza y los atractivos de la agricultura, así como cambiar la percepción que se ha tenido hasta ahora de la misma". Furuyama pertenece a este colectivo.

Los productores, con edades comprendidas entre los 30 y los 49 años, alquilan terrenos de cultivo, presentan sus planes y venden sus productos directamente. Además, organizan actividades agrícolas para el público general. En esta ocasión, conocimos también a otros miembros de COOL AGRI: Hagi Harutomo, del Restaurante francés Hagi –situado en la ciudad de Iwaki­–, y Shiraishi Nagatoshi, de Farm Shiraishi. Durante la primera actividad para cocineros, organizada en primavera, acompañaron a 16 chefs de la prefectura y de fuera de ella a visitar tres terrenos agrícolas donde negociar con los productores tocando los productos con sus propias manos.

En la actualidad, Furuyama trata directamente con los clientes a través de medios como Internet y las "tiendas antena", sin pasar por la Federación Nacional de Cooperativas Agrícolas; este método es más eficaz. Además, expone sus productos en actividades en Tokio y otros lugares y ofrece nuevas variedades de fruta a cocineros para que las prueben. De este modo, un pastelero de la capital que visitó Frutas Furuyama le propuso colaborar en la elaboración de un postre.

Furuyama y el cocinero Hagi (drcha.) posan juntos en los campos de cultivo del primero de ellos.

En las regiones de Kantō y de Kansai, es posible cosechar en la época de verano en la que se suelen realizar obsequios –ochūgen–; sin embargo, en el caso de la región de Tōhoku, la cosecha de los melocotones se realiza una vez pasado este período. La mayoría de las ventas de Frutas Furuyama siguen correspondiendo a regalos a día de hoy, si bien la empresa se ha propuesto ir centrando su producción más en el consumo personal.

Melocotón melba elaborado en colaboración con Anniversary Co., Ltd. Lleva mousse de melocotón, salsa de frambuesa y gelatina de melocotón suave.

Melocotones defectuosos, un tesoro

Melocotones para vender en un acto en Kasai, Tokio. Normalmente la unidad cuesta 1.800 yenes, pero en esta ocasión se pueden adquirir por 300.

"Lo que más recomendamos es venir a Frutas Furuyama y degustar los melocotones más deliciosos con 30 grados de azúcar que se hayan recolectado ese día. Si nos visitan en la época de auge de la variedad Akatsuki Neo, encontrarán fruta con algún defecto en la forma o el aspecto, algo que se considera un tesoro en este caso. ¡Se puede probar melocotones tan ricos que resulta increíble!", comenta Furuyama.

Por ejemplo, una caja de 2 kilos (6 melocotones) que normalmente se vende en Internet a 18.000 yenes se puede encontrar por mucho menos en un acto en Kasai, Tokio: 300 yenes. "Después del desastre, vengo a Tokio en los últimos días del verano; la gente hace cola", explica Furuyama, a quien no hay nada que lo haga más feliz que saber que la gente disfruta con sus productos.

"Los melocotones forman parte de la naturaleza, motivo por el cual hay ocasiones en las que pueden 'traicionarnos'. Ingeniárselas para que esto no ocurra me parece un progreso. En el trabajo de diseño la respuesta ya está decidida, pero en la agricultura las posibilidades son ilimitadas. Resulta muy divertido poder ir haciendo mejoras en función del esfuerzo", prosigue el agricultor.

Los melocotones de Fukushima tienen un sabor definido y están un poquito duros. En palabras de Furuyama, su punto fuerte es que "se siente su textura resistente en la boca". Son jugosos y se pueden comer incluso sin pelarlos. El agricultor sigue probando ideas nuevas en sus campos para lograr que mucha gente deguste los deliciosos melocotones recién recolectados de Fukushima.

Frutas Furuyama
Dirección: 〒960-0102 Fukushima-ken Fukushima-shi Kamata Tsuruda 26
Tel. y Fax: 024-553-1609
Responsable: Furuyama Kōji
Web: http://furukaju.jp/

Imágenes: Kodera Kei

Fotografía del encabezado: Furuyama posa con un melocotón en la mano y las uñas decoradas con dibujos de esta fruta.

(Traducción al español del original en japonés de Doi Emiko, de la redacción de Nippon.com)

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