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“Hacer de la derrota una victoria” (parte 1): Yamamoto Genpō y la influencia del Zenshō-an

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El Zenshō-an es un templo situado en la zona de Yanaka, en Tokio, que apenas destaca por su aspecto. Sin embargo, es conocido por ser un lugar al que acuden para practicar la meditación muchos políticos y burócratas de renombre. No sería una exageración afirmar que las decisiones de dos hombres que tenían relación con este templo lograron salvar a Japón. En este primer artículo comenzamos con la historia de Yamamoto Genpō.

Tras la decisión de ampliar el periodo de mandato presidencial del Partido Liberal Democrático, el primer ministro Abe Shinzō ha mostrado una fuerte voluntad para continuar liderando. En contraste, en septiembre de 2007 Abe abandonó el Gobierno dos días después de su discurso de apertura de la legislatura alegando que sufría una colitis ulcerosa. No obstante, todo el mundo sabía que también sufría de los nervios porque se sentía acorralado. Hoy muestra tanta confianza en sí mismo que no parece la misma persona. ¿Qué ha provocado este cambio en Abe Shinzō?

Una de las razones que podemos enumerar es la meditación zazen. Siete meses después de retirarse, Abe se acercó al Zenshō-an física y moralmente deteriorado. Después de esa primera visita Abe ha acudido al Zenshō-an al menos una vez al mes, donde ha continuado practicando la meditación en cada ocasión importante incluso después de regresar al Gobierno.

El pabellón del Zenshō-an donde se practica la meditación. También hay otro espacio para practicar el zazen.

El templo budista zen más visitado por los burócratas

Demachi Yuzuru visitando el Zenshō-an.

El ex primer ministro japonés Nakasone Yasuhiro fue uno de los responsables de que el Zenshō-an se popularizase. Nakasone acudió a este templo en 167 ocasiones para meditar durante sus cinco años como primer ministro. El Zenshō-an no es más que uno de los templos afiliados al templo principal Kokutai-ji de la escuela Rinzai, situado en la ciudad de Takaoka de la prefectura de Toyama. ¿Por qué entre los numerosos templos budistas zen ha sido el Zenshō-an el que ha logrado atraer a tantas figuras importantes?

Mi interés por Yamaoka Tesshū y Yamamoto Genpō, dos personalidades relacionadas con el Zenshō-an, surgió mientras escuchaba las enseñanzas del monje superior del templo Hirai Shōshū y leía documentos relacionados. Puede que muchas personas no hayan oído hablar de ellos, pero su legado es enorme.

El samurái Yamaoka Tesshū, servidor del shogún y enviado de Katsu Kaishū, abrió el camino para la rendición del castillo de Edo sin derramamiento de sangre al lograr convencer a Saigō Takamori, del ejército del nuevo Gobierno. Yamamoto Genpō fue el monje que recomendó a Suzuki Kantarō, primer ministro que ejercía el cargo en el final de la Segunda Guerra Mundial, aceptar los términos de la rendición incondicional.

Estas dos rendiciones de la historia moderna de Japón son destacadas como dos grandes resoluciones políticas. Yamaoka Tesshū construyó el Zenshō-an en 1883 para rezar por las almas de aquellos que fueron mártires de la Restauración Meiji. ¿Pero qué relación existe entre el Zenshō-an y el monje que logró que Japón aceptase la rendición incondicional? Comencemos por la historia de Yamamoto Genpō.

Nakasone Yasuhiro meditando en el Zenshō-an durante su época como primer ministro de Japón. (Jiji)

Yamamoto Genpō y los últimos días de la guerra

El monje superior Hirai explica que “El primer ministro Nakasone comenzó a realizar la meditación zazen por recomendación de Yotsumoto Yoshitaka. Él y mi padre, Hirai Genkyō fueron discípulos del maestro Yamamoto Genpō en la misma época”. Hirai Genkyō fue discípulo de Genpō desde los seis años de edad, y esta relación entre los dos duró unos 40 años. Genpō, que era monje superior del Ryūtakuji en la ciudad de Mishima de la prefectura de Shizuoka, siempre hacía predicaciones teniendo como base el Zenshō-an cuando visitaba la capital.

Yotsumoto fue una figura importante entre los derechistas. Trabajó como secretario de los primeros ministros Konoe Fumimaro y Suzuki Kantarō, y como aliado de Yoshida Shigeru,  Ikeda Hayato y Satō Eisaku fue conocido como “la eminencia gris de la política” después de la guerra. Su influencia se extendió durante largos años, y fue maestro también del primer ministro Nakasone Yasuhiro y Hosokawa Morihiro.

Durante su juventud fue un terrorista. En 1932 estuvo relacionado con el complot de la Liga de la Hermandad de la Sangre en el que fueron asesinados el ministro de Hacienda Inoue Junnosuke y el líder del zaibatsu Mitsui Dan Takuma, e incluso fue puesto en prisión. Las diferencias entre pobres y ricos eran más acentuadas entonces, y las voces de descontento contra la clase política y financiera del país se multiplicaban entre la población. Fue en este contexto en el que tuvo lugar dicho complot.

Yamamoto Genpō, que ya era conocido por ser un monje budista con grandes virtudes, acudió al juicio por este incidente para abogar en favor de los acusados. Genpō pidió al tribunal la conmutación de la pena insistiendo en que los acusados del complot de la Liga de la Hermandad de la Sangre habían actuado como un solo hombre sin intereses personales para salvar Japón.

Yotsumoto finalmente se salvó de la cadena perpetua pedida por la acusación y fue condendo a 15 años de cárcel. Genpō visitaría frecuentemente la cárcel de Kosuge donde estaba preso Yotsumoto para dar predicaciones a los presos. Estas charlas se convirtieron en grandes enseñanzas para Yotsumoto y le permitieron reflexionar sobre el complot. También comenzó a practicar la meditación zazen utilizando parte de su tiempo para dormir. Genpō llegó a ser para Yotsumoto alguien más importante que su propia familia.

El monje Yamamoto Genpō. (Fotografía por cortesía de la Oficina de Kuki Seijō)

Yamamoto Genpō se opuso a la Guerra del Pacífico desde el comienzo de la contienda y aseguraba que “No debemos involucrarnos en estas guerras sin sentido”. Al Ryūtakuji no han acudido solo políticos influyentes como Suzuki Kantarō, Yoshida Shigeru o Ikeda Hayato, sino también liberales como Abe Yoshishige que llegó a ser rector de la Universidad Gakushūin en la posguerra o Iwanami Shigeo que fue fundador de la editorial Iwanami Shoten. El lugar pareció convertirse en un bastión contra Tōjō Hideki. “Nuestro barco es un barco colectivo. Vienen ancianas de pueblo y mendigos por igual. También vienen ministros y miembros del Partido Comunista. En este barco todos son pasajeros.”

Sin embargo, se negó a escuchar a Tōjō.

“Al ser preso de una mentalidad egoísta, no entenderá nada de lo que le digo. Si Tōjō se liberase de todo y tuviese una actitud más cercana a la de un niño de jardín de infancia, entendería algo de lo que le digo.”

Y de este modo Genpō llegó a moverse para acabar con la guerra.

Yotsumoto, que había sido indultado y excarcelado, comenzó a pensar a partir de 1942 que si no se derrocaba a Tōjō “sería el fin del pueblo japonés”, y habló con numerosas personalidades de la política. Sus palabras tuvieron una especial resonancia en Suzuki Kantarō, que entonces era presidente del Consejo Privado que asesoraba al Emperador.

Una carta de Yamamoto Genpō como base del discurso del Emperador

Suzuki Kantarō (Fotografía por cortesía del sitio web de la biblioteca de la Dieta)

A finales de marzo de 1945, por mediación de Yotsumoto, Genpō habló con Suzuki. En ese período Suzuki se enfrentaba al dilema de aceptar o no la posición de primer ministro. En una entrevista posterior, Yotsumoto contó lo siguiente:

“El maestro Genpō le pidió directamente que abandonara cuanto antes esta guerra tan absurda, y le dijo que a veces para ganar hay que aceptar la derrota. Suzuki también opinó que había que abandonar la guerra cuanto antes”.

Apenas diez días después, el 7 de abril, Suzuki tomaba el cargo de primer ministro. Los cuatro meses que sucedieron a la toma de su cargo los pasó negociando con el ejército de tierra a diario. Si bien su intención verdadera era poner fin de una vez a la guerra, tenía que evitar ante todo que se produjese un golpe de Estado. Esperó al momento idóneo mientras cumplía a regañadientes las obligaciones derivadas de la guerra.

El 12 de agosto Suzuki le transmitió a Genpō a través de un mensajero que había decidido poner fin a la guerra. Este día Genpō escribió una carta sin demora: “El verdadero trabajo de su excelencia comienza ahora, por lo que antes que nada le pido que cuide su salud, así que soportemos lo insoportable, y hagamos lo imposible para reconstruir nuestro país”.

El 15 de agosto el Emperador Hirohito pediría también al pueblo japonés en su discurso a través de la radio “soportar lo insoportable”. Parece que le fue transmitido el contenido de la carta que Genpō había escrito tres días antes.

El pabellón principal del Zenshō-an.

Texto: equipo editorial de Nippon.com

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