Galería de fotos: creando un dragón para el Suneori Amagoi
Guíade Japón
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La creación del dragón, una tradición local transmitida de generación en generación
El Suneori Amagoi, la celebración más curiosa de Tsurugashima en la prefectura de Saitama, fue galardonado en el año 2013 en el 17.º Gran Premio de las Celebraciones Locales de Japón (Furusato Ibento Taishō) organizado por la Fundación del Centro Japonés de Desarrollo Regional. Pero no obtuvo dicho premio solo por tratarse de un festival único, sino también por el esfuerzo conjunto que hacen los habitantes de la región en el proceso de creación del dragón. El día del festival se ejecuta la ceremonia del Nyūkon no gi en la que se insufla un alma al dragón vertiéndole agua en su boca para convertirlo en un dios que será el protagonista de este ritual.
El dragón de 36 metros y 3 toneladas de peso es elaborado a mano por los vecinos del lugar con materiales que son cultivados expresamente para este cometido. Su esqueleto está formado por 70 varas de bambú, su cuerpo de 570 manojos de paja y sus escamas son hojas de bambú. Hoy no quedan agricultores que cultiven cebada en el lugar, y es la Sociedad para la Protección del Suneori Amagoi la que cultiva esta planta exclusivamente para su uso en esta festividad.
El Suneori Amagoi dejó de celebrarse durante un tiempo, pero en 1976 se recuperó esta tradición, que hoy tiene lugar una vez cada cuatro años. Esto hace que transmitir las técnicas de creación del dragón a otras generaciones sea hoy más complicado. Además, a medida que Tsurugashima se urbaniza, nuevos residentes se trasladan allí para vivir. Por este motivo la Sociedad para la Protección del Suneori Amagoi ha aprovechado esta situación para organizar en varias ocasiones talleres en los que se enseña a construir artesanalmente el dragón, un lugar ideal en el que los nuevos y antiguos residentes pueden aprender la técnica al mismo tiempo que se crean lazos comunitarios.
El dragón es elaborado por unos 250 vecinos del lugar, hombres y mujeres de todas las edades, en un día y medio para ser desmantelado apenas medio día después de convertirse en un dios. Tsurugashima lucha ahora por preservar esta rica tradición cultural estrechando los lazos comunitarios a través de la celebración del Suneori Amagoi.
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