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Patrimonio de la Humanidad en Hiraizumi: el reino budista del Chūsonji

Cultura

Hiraizumi, en lo que hoy es la prefectura de Iwate, era una extraña ciudad medieval moldeada según los principios del Budismo de la Tierra Pura. El deslumbrante pabellón Konjikidō del templo Chūsonji no tiene nada que envidiar a los grandes templos de Kioto, y más de 3.000 de sus tesoros se conservan en el Museo Sankōzō situado en este mismo lugar.

Tres generaciones de líderes del norte que forjaron una edad dorada

A finales del siglo XI, Kiyohira, el primer líder del clan de Ōshū Fujiwara, comenzó a construir Hiraizumi. Habiendo vivido las miserias de la guerra, ideó el lugar como una forma de ayudar a calmar las almas de las víctimas y restaurar la paz en esta tierra. Kiyohira quiso crear un paraíso budista en la tierra, y alcanzó una época dorada de paz y prosperidad en Hiraizumi que peduró durante tres generaciones de su linaje. No obstante, todo llegó a su fin con la conquista de Ōshū Fujiwara por el líder guerrero de Kamakura Minamoto no Yoritomo en el 1189. A pesar de la destrucción que trajeron las batallas, muchos pabellones dorados, pagodas y elaborados jardines diseñados según los principios budistas se mantuvieron en Hiraizumi tal como podemos verlos hoy, un testimonio del rico pasado de la ciudad.

Una recreación generada por gráficos computerizados de los sitios Patrimonio de la Humanidad de Muryōkōin y el monte Kinkei, tal como se hubieran visto en los albores de Hiraizumi. (© Panel Educativo de Hiraizumi)

Un retrato de los tres líderes sucesivos de Ōshū Fujiwara conservado en el templo Mōtsūji. (© Mōtsūji)

Chūsonji es el Patrimonio de la Humanidad más famoso de Hiraizumi. Fujiwara no Kiyohira lo estuvo construyendo durante 20 años para apaciguar a las almas—de enemigos y aliados por igual—de aquellos que perecieron en las numerosas guerras que precedieron a su construcción. El camino de acceso al templo, llamado Tsukimizaka, o la cuesta de contemplación de la luna, está flanqueado por cedros japoneses de entre tres y cuatro siglos, y cuenta con un mirador desde el que se puede disfrutar de una vista panorámica de la ciudad de Hiraizumi. Más allá, a lo largo de este camino se encuentran un grupo de estructuras que formaban parte del recinto original del templo, incluyendo el pabellón principal del mismo, reconstruido en 1909; el escenario de nō del santuario Hakusan, en el que todavía hay interpretaciones cada agosto; y un repositorio de sutras reconstruido en el período Kamakura (1185-1333) utilizando materiales de la época de su construcción original.

El camino de Tsukimizaka se extiende a lo largo de medio kilómetro.

El resplandeciente Konjikidō: la joya en la corona de Hiraizumi

El moderno pabellón Shin’ōidō alberga el Konjikidō dorado en su interior.

Sin duda la presencia más llamativa entre todas las estructuras que forman el Chūsonji es la única que ha sobrevivido en su forma original, el pabellón Konjikidō. Su techo piramidal está recubierto de pan de oro por dentro y por fuera, y en él se conservan los restos de los cuatro líderes de Ōshū Fujiwara, Kiyohira, Motohira, Hidehira y Yasuhira. Está decorado de forma exquisita con la mejor laca, marfil y madreperla, y otros trabajos artesanos pagados con las riquezas derivadas del oro y la cría de caballos de la región. El Konjikidō está hoy rodeado de una estructura de hormigón para protegerlo de los elementos.

El Konjikidō es un conjunto de tesoros de ornamentos de la máxima categoría hechos de madreperla, marfil y laca. (© Chūsonji)

El Museo Sankōzō que se encuentra frente al Konjikidō es también una visita obligada. En él hay unos 3.000 Tesoros Nacionales e Importantes Bienes Culturales, incluyendo la estatua de Amida Nyorai (el Buda de la Luz Infinita), que antes era venerado como el Buda del pabellón principal, y dos estatuas del Buda de Jōroku pertenecientes al período Heian (794-1185). También hay sutras ilustrados y transcritos entre otros objetos que reflejan el nivel tan sofisticado de arte budista que nos fue legado por Ōshū Fujiwara.

Información

  • Dirección: 202 Koromonoseki, Hiraizumi, Hiraizumi, prefectura de Iwate.
  • Acceso: tome el autobús de Iwate-ken Kōtsū con destino a los supermercados Aeon Maesawa desde la estación de JR Hiraizumi. Salga en la parada de Chūsonji.
  • Tel.: 0191-46-2211
  • Abierto: de 8:30 am a 5:00 pm (hasta las 4:30 pm entre el 4 de noviembre y finales de febrero.)
  • Abierto todo el año.
  • Precio (para el Konjikidō y el Sankōzō): adultos, 800 yenes; estudiantes de instituto, 500 yenes; estudiantes de secundaria, 300 yenes; estudiantes de primaria, 200 yenes.
  • Información en otros idiomas:
    • Sitio web: http://www.chusonji.or.jp/en/ (Disponible también en chino simplificado y tradicional, coreano, francés y tailandés.)
    • Panfletos disponibles en inglés, chino simplificado y tradicional, coreano, francés, ruso, español, alemán, italiano, portugués y tailandés.
    • Carteles de las instalaciones en inglés, y chino tradicional y coreano en algunos casos.
    • Audioguías disponibles en inglés, chino, coreano, francés, español y alemán.

Atracciones cercanas: la casa de té de Shōjuan

El visitante se puede tomar un respiro mientras se toma un cuenco de té verde y un dulce japonés.

Cerca del pabellón principal en los terrenos del templo, hay una apacible casa de té llamada Shōjuan, cuyo austero diseño ofrece un lugar ideal para tomarse un respiro. El visitante puede sentarse y disfrutar de un cuenco de té verde y de un dulce japonés tras subir la Tsukimizaka.

Información

  • Dirección: 202 Koromonoseki, Hiraizumi, Prefectura de Iwate.
  • Acceso: tome el autobus de Iwate-ken Kōtsū con destino a los supermercados Aeon Maesawa desde la estación de JR Hiraizumi. Salga en la parada de Chūsonji.
  • Tel.: 0191-46-2211 (Chūsonji)
  • Abierto: de 9:30 am a 4:00 pm (hasta las 3:30 pm entre el 4 de noviembre y finales de febrero.)
  • Cerrado a intervalos regulares.
  • Precio: el set de un cuenco de té verde y un dulce japonés son 1.000 yenes.
  • Información en otros idiomas:

(Fotografía del encabezado: el Konjikidō está cubierto de pan de oro por dentro y por fuera. © Chūsonji. Reportaje y texto de Shoepress.)

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