Viajando por las provincias

Un “gato” entre las rocas de Kumamoto

Cultura

Men no Ishi es una roca que, durante decenas de miles de años, estuvo suspendida entre paredes de piedra del monte Aso y formaba parte de un misterioso paisaje. Sin embargo, el terremoto ocurrido en 2016 en la prefectura de Kumamoto hizo que se cayera. Ahora el enclave ha vuelto a cobrar fama debido a un “gato”.

Un bosque virgen sin rutas acotadas propio de otro tiempo

La caldera de Aso es una de las mayores del mundo: 18 kilómetros al este-oeste y 25 kilómetros al norte-sur. En la cuenca sur del volcán se encuentra Men no Ishi, una roca procedente de una erupción ocurrida en el monte Aso hace unos 70.000 años que habría ido a parar, por casualidad, a una grieta de una pared rocosa. Entre los habitantes de la zona se ha venido contando la leyenda de que se trata de un huevo de dragón caído del cielo. Su nombre vendría del verbo “menjiru” —dispensar, eximir— y guardaría relación con la idea de que esta roca (ishi en japonés) libraría de las catástrofes y otros infortunios.

Este misterioso paisaje goza de fama como lugar cargado de energía y espiritualidad, y son muchas las personas que se desplazan allí desde todo el país para hacer senderismo y rendir culto a la roca. De hecho, la creencia de que nunca se caería ha motivado a examinandos y a personas en busca de empleo a acercarse allí para pedir éxito.

Sin embargo, el fuerte terremoto ocurrido en la prefectura de Kumamoto en abril de 2016 hizo que la roca se cayera por primera vez en decenas de miles de años. El riesgo de que otras piedras y árboles corrieran la misma suerte motivó el cierre de las rutas de senderismo de la zona durante una temporada. Posteriormente, un grupo de voluntarios formado por residentes locales se entregó en cuerpo y alma a acondicionar los caminos y arreglar los desperfectos, gracias a lo cual se volvieron a organizar visitas en agosto. Ahora se habla de un punto de la zona por su parecido a un gato desde la caída de la Men no Ishi.

Men no Ishi antes de que el terremoto de Kumamoto hiciera que se cayera. Recuerda a un gato con un cascabel en el cuello.

La cueva del Gato, lugar que albergaba la roca, se encuentra al final de una senda empinada entre montañas en la cuenca sur del cráter. Si se quiere acceder a ella es necesario pasar por una propiedad privada, además de los peligros que entraña la ruta, de ahí que el acceso a particulares esté prohibido. La única forma de llegar allí es con un guía, como parte de un grupo, para lo cual hay que hacer una reserva. Una vez finalizado este trámite, el día elegido comienza registrándose en la Asociación de Turismo de Minami-Aso, cuya oficina se encuentra en el área de servicio Michi no Eki Asobō no Sato Kugino y donde espera el guía. De allí se va en coche unos diez minutos, hasta el lugar donde comienza la ruta de senderismo.

Oficina de la Asociación de Turismo de Minami-Aso en el área de servicio Michi no Eki Asobō no Sato Kugino.

Al principio, la ruta es asequible, con una senda asfaltada, pero llega un momento en el que esta se transforma en un camino empinado sin acotación alguna; realmente es como adentrarse en un bosque virgen propio de otro tiempo. Está repleta de grandes rocas musgosas que se habrían originado a partir de la toba volcánica procedente de la actividad del monte Aso durante la antigüedad. Se puede hacer senderismo allí a lo largo del año y disfrutar así de los diferentes paisajes propios de cada estación: el verdor del verano, las hojas rojas de otoño, la nieve durante el invierno...

El bosque virgen y las grandes rocas musgosas invitan a adentrarse en un mundo misterioso.

La labor de los guías que acompañan a los grupos de senderistas hasta la cueva del Gato va más allá de eso. Durante el camino, comparten sus muchos conocimientos sobre los aspectos que más les interesen de la ruta: flores y árboles silvestres... Kashiwada Isao es uno de ellos. Este veterano guía perteneció a la Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón y, como tal, recibió adiestramiento en supervivencia cuando estaba en activo. Es todo un entendido de la fauna y la flora del monte Aso que siempre tiene en cuenta el disfrute de los senderistas.

Durante la ruta, es posible ver Men no Ishi. La roca tiene tres metros de largo y dos de ancho y pesa unas cinco toneladas. Aunque cayó por una pendiente de unos 50 metros, no se rompió; conserva prácticamente su forma original, lo cual es fuente de cierta energía extraña. Hay quienes dicen que la roca que no se caía lo hizo en lugar de los examinandos y quienes buscan trabajo. Conviene aprovechar la visita para beneficiarse de esta supuesta fuente de poder misteriosa que estuvo colgando del cielo durante decenas de miles de años.

Kashiwada Isao, un famoso guía lleno de energía y con suma consideración hacia los senderistas. Su personalidad y sus muchos conocimientos conquistan a quienes van con él a la montaña.

Men no Ishi, piedra que cayó por una pendiente de unos 50 metros. Desde allí hasta la cueva del Gato, último punto de la ruta de senderismo, se tarda muy poco.

El gran “gato” de la cueva

Unos 40 minutos después del comienzo de la ruta, hay que subir por unas escaleras empinadas para entrar en la cueva, lugar donde “habita” el “gato”; tiene forma de felino sentado. Desde allí se puede contemplar un inmenso paisaje, y cualquiera diría que el “minino” gigante tiene la función de protector de Minami-Aso. Desde que la roca no está en la cueva, la visión es mejor, de ahí que haya quienes lo interpreten también como una buena señal para los examinandos y aquellos que buscan trabajo. En esta zona existen muchas historias más relacionadas con los gatos; por ejemplo, desde la cueva, en dirección noreste, se ve el monte Neko, cuyo nombre se lee exactamente igual que la palabra “gato” en japonés (ambas se escriben con ideogramas diferentes). Todo esto resulta muy curioso.

Desde la cueva da la impresión de que el inmenso paisaje de Minami-Aso lo bordea un gato.

Tras haber cargado las pilas en la cueva del Gato, la ruta continúa hasta un mirador cercano desde el cual es posible admirar la belleza de los paisajes rurales de Minami-Aso, máxima expresión de lo que es una vista abierta. A lo lejos, además del monte Neko, cuya principal peculiaridad es su cresta mellada, se extienden el monte Naka, uno de los volcanes más activos del mundo —sigue echando humo en la actualidad— y el monte Taka, el pico más alto de la zona. De un solo vistazo, se admiran los cinco picos del monte Aso.

Desde el mirador es posible contemplar los paisajes rurales de Minami-Aso y los cinco picos del monte Aso. Admirar esta vista quita el cansancio de un plumazo.

Desde el mirador, el camino de vuelta es exactamente el mismo que el de ida. Esta ruta tiene una duración aproximada de dos horas, pero se puede hacer también una que dura el doble, siempre y cuando se tengan el tiempo y la capacidad física suficientes. En el camino hay árboles con más de doscientos años de antigüedad —arces, olmos...— y es necesario subir por una pared rocosa cuya altitud supera los tres metros. Con esta ruta se puede disfrutar mucho más de la naturaleza propia de Minami-Aso y alimentar más si cabe el espíritu aventurero.

La ruta de cuatro horas de duración, una experiencia para tarzanes durante la cual los senderistas se van agarrando a las lianas de los grandes árboles.

Durante la segunda parte de la ruta de cuatro horas, aparece entre las rocas un gran agujero por el que pasa un viento agradable.

Alternativas para quienes no puedan hacer senderismo

Aquellas personas que no se sientan capacitadas para una caminata de senderismo empinada siempre pueden acercarse hasta el parque Tori no Kozuka, situado al comienzo de la ruta. Originalmente, se habilitó como lugar desde el que contemplar Men no Ishi, de ahí que los turistas que no busquen subir a la montaña se puedan quedar allí dando un alegre paseo. Por el camino se accede a una pequeña colina en la cual hay un monumento conmemorativo de la famosa roca, un lugar para depositar tablillas ema y una especie de cabaña de piedra consagrada a Jizō, protector de los viajeros, y a Jáiagriva, una deidad budista con cuerpo humano y cabeza de caballo.

El parque Tori no Kozuka, situado a la entrada de la ruta de senderismo.

Desde la colina se puede ver de cerca la cresta de la cuenca sur del cráter. Si se fuerza un poco la vista, en la pared rocosa se aprecia la grieta de la cueva, que parece un mero punto; la cueva del Gato, otrora la gruta que contenía Men no Ishi. Verla es suficiente para “empaparse” de la energía que desprende.

Si se fija la vista hacia la cuenca sur del cráter, se atisba la grieta de la cueva.

Las vistas desde el parque Tori no Kozuka, situado en una colina, también merecen la pena. Hay bancos donde sentarse a contemplar los cinco picos del monte Aso.

Senderismo en Men no Ishi

  • Reservas y consultas en la Asociación de Turismo de Minami-Aso (Tel.: 0967-67-2222). Es necesario reservar con tres días de antelación. Las rutas se organizan normalmente para dos personas o más (si una persona desea ir sola, deberá abonar el mismo importe que si fuera acompañada de alguien más).
  • Precio:
    • Ruta de unas dos horas de duración: adultos y estudiantes de secundaria y de universidad, 2.000 yenes; estudiantes de primaria, 1.000 yenes.
    • Ruta de unas cuatro horas de duración: adultos y estudiantes de secundaria y de universidad, 3.000 yenes; estudiantes de primaria, 1.500 yenes.

  • Horarios de la ruta: dos veces al día, a las 10:00 y a las 13:00. De febrero a noviembre, la ruta de dos horas de duración solo se hace una vez al día, a partir de las 10:00. Lo mismo ocurre con la ruta de cuatro horas de duración de octubre a marzo.

Atardecer desde la cueva del Gato.

(Traducción al español del original en japonés)

Turismo Kyūshū Kumamoto