Corea del Sur, un vecino digno de compasión

Política

Han pasado ocho meses desde que Japón y Corea del Sur llegaron a un acuerdo para zanjar la cuestión de las denominadas mujeres de solaz. Bajo el pacto, el Gobierno surcoreano ha establecido una fundación de apoyo a estas mujeres, mientras que las autoridades japonesas han decidido donar, a la brevedad posible, fondos por valor de mil millones de yenes. Puede decirse, por lo tanto, que los vínculos bilaterales están mejorando. Sin embargo, lo cierto es que todavía no se vislumbra qué se podrá lograr más allá de este paso. El trasfondo de esta realidad se encuentra en la cultura de la dicotomía que predomina en Corea del Sur y el ascenso de China en la esfera internacional.

Empecemos este artículo por la conclusión: Corea del Sur es un país vecino de Japón digno de su compasión y, al mismo tiempo, la nación que alberga el mayor sentimiento antijaponés de todo el mundo. Tres son los aspectos que permiten comprender las relaciones niposurcoreanas: en primer lugar, no debemos olvidar la cuestión de a quién beneficia el empeoramiento de estos vínculos. Los primeros en salir bien parados son Corea del Norte y China, pero también hay grupos de izquierda japoneses y surcoreanos, así como particulares en Japón, que sacan provecho. Por otra parte, es necesario resaltar los puntos que servirían para convertirse en experto en las relaciones niposurcoreanas, a saber:

  1. El final de la Guerra Fría y la consecuente desaparición de la amenaza que representa el comunismo, que se traduce en una disminución del peligro que supone Corea del Norte.
  2. El ascenso de China. Corea del Sur se ve acorralado por la decisión de elegir a China o a Japón y Estados Unidos.
  3. La dicotomía entre el bien y el mal que plantea el confucianismo hace que el "pensamiento gris" no esté tan extendido en Corea del Sur.

De lo que no habló la presidenta Park Geun-hye el 15 de agosto

A finales de julio, el Gobierno surcoreano creó una fundación para apoyar a las mujeres que en el pasado fueron obligadas a prestar servicios sexuales al Ejército Imperial de Japón. Las bases de poder contrarias a esta decisión irrumpieron en la ceremonia conmemorativa. Entre tanto, el 12 de agosto, Kishida Fumio, ministro japonés de Asuntos Exteriores, anunció que su país donaría, a la brevedad posible, fondos por valor de mil millones. Durante su alocución con motivo del Día de la Liberación de Corea, el 15 de agosto, la presidenta Park Geun-hye no abordó la cuestión de las conocidas como mujeres de solaz. La mandataria surcoreana se distanció de esa cultura propia de su país en la que impera la denominada lógica del bien y el mal.

El historiador surcoreano Chung Jae-Jeong explica la cuestión de estas mujeres en los siguientes términos en su obra Nikkan Rekishi Tairitsu to Rekishi Taiwa (Antagonismo en la historia niposurcoreana y diálogo histórico; editorial Shinsensha):

"La cuestión de las denominadas mujeres de solaz y el Ejército Imperial de Japón se presentó como un asunto pendiente en la década de 1990. El Gobierno japonés negó que las fuerzas armadas intervinieran en la práctica y la calificó de negocio privado. Los colectivos de mujeres mostraron su oposición y figuras como Kim Hak-sun hicieron público el horror de aquel pasado. Esta demandó a la Administración nipona en el Tribunal de Distrito de Tokio, ante el que exigió una disculpa y una indemnización (el Tribunal Supremo falló en su contra en 2004). En Corea del Sur, agrupaciones cívicas como el Consejo Coreano para las Mujeres Motivado por la Esclavitud Sexual por parte de Japón hicieron campaña para mostrar su apoyo [...]. El Gobierno japonés, por su parte, manifestó que la cuestión de las conocidas como mujeres de solaz había quedado completamente zanjada por medio del Tratado sobre las Relaciones Básicas entre Japón y la República de Corea."

De esta explicación cabe destacar que no se hace alusión en ningún momento a que se tratara de una actividad por la fuerza. El profesor Chung Jae-Jeong, de ideología liberal, dio carpetazo a las expresiones relacionadas con la coacción de la práctica, algo que podría interpretarse como un reconocimiento de que las mujeres no fueron forzadas.

La Declaración Kōno

El 4 de agosto de 1993 Kōno Yōhei, era el secretario general del gabinete, pronunció lo que posteriormente pasaría a conocerse como la Declaración Kōno, un documento en el que se habla de las conocidas como mujeres de solaz:

"Los burdeles se crearon a petición de las autoridades militares de la época; el Ejército Imperial de Japón intervino en ello de forma directa o indirecta. Son muchos los casos de mujeres que fueron reclutadas en contra de su voluntad y, además, las autoridades se involucraron directamente también en ello."

En enero de 1997 el Fondo Asiático para la Mujer congregó en un hotel de Seúl a siete mujeres que habían proporcionado servicios sexuales a militares japoneses; les entregó dos millones de yenes de indemnización y una carta del primer ministro nipón Hashimoto Ryūtarō. Además, se puso en conocimiento de los medios de comunicación. Esto fue un error.

Los hechos encendieron los movimientos de oposición de Corea del Sur, y se atacó de forma agresiva a las mujeres que habían aceptado el dinero, a quienes se tildó de antipatriotas. El habérselo comunicado a los medios de información surcoreanos fue excesivamente pueril y una actitud falta de compasión y amabilidad hacia las mujeres.

Entre los directores e integrantes del Fondo no se contaba ni una sola persona que conociera la realidad de Corea del Sur, sino todo lo contrario: había quienes no gozaban de las simpatías de la Administración surcoreana. El ínfimo nivel de comprensión, que no contemplaba que se fuera a atacar el anuncio de la indemnización, fue sumamente lamentable.

La realidad de las mujeres de solaz y su separación de los cuerpos de voluntarios

Park Yu-ha, profesora de la Universidad surcoreana de Sejong, da una explicación adecuada de la realidad de estas mujeres en Teikoku no Ianfu (Las mujeres de solaz del Imperio; periódico Asahi). La autora fue demandada por difamación y se pidió que se prohibiera la publicación del libro. Un tribunal de baja instancia dictaminó que se realizaran ciertos cambios en la obra y fijó el pago de una indemnización a las demandantes. Es increíble que se rechazara la libertad de cátedra en un estado democrático.

El concepto que se tiene en Corea del Sur acerca de las denominadas mujeres de solaz es que se trataba de jóvenes inocentes forzadas a prestar servicios sexuales al Ejército Imperial, y así lo expresa la profesora Park en su obra también. Sin embargo, hace hincapié en no se debe considerar mujeres de solaz a quienes se prestaron voluntarias; en este caso, dice, no se trata de una práctica a la fuerza.

El afamado investigador Kim Yongdal, que reside en Japón, afirma que no existe relación alguna entre las jóvenes integrantes de los cuerpos de voluntarios y las denominadas mujeres de solaz. Lo contrario es una tergiversación de la historia por parte de los coreanos, y así lo señala en su obra. Kim sentencia que los coreanos que residen en Japón y cuyas raíces se remontan al período de colonialismo japonés en la península coreana no son descendientes de esas prácticas forzosas.

La profesora Park y Yong-hun Yi, de la Universidad de Seúl, han realizado investigaciones sobre las denominadas mujeres de solaz. Concluyen que en la mayoría de los casos se trataba de jóvenes vendidas por sus padres y engañadas por los encargados del negocio.

Tal y como explican estos expertos, en 1939 Japón emitió la Ordenanza Nacional de Requisición y la Orden Nacional de Movilización de Trabajadores, y creó la Unidad Nacional de Cooperación de Trabajos Patrióticos. De este modo, se podía movilizar a los varones de 14 a 40 años y a las mujeres de 14 a 25 que no estuvieran casadas, algo que no ocurrió en la península coreana. Allí el reclutamiento era voluntario y no se llevó a cabo hasta enero de 1945, antes del final de la Segunda Guerra Mundial. Las jóvenes que formaban los cuerpos de voluntarios no eran mujeres de solaz. El Consejo Coreano para las Mujeres Motivado por la Esclavitud Sexual fue fundado por académicos surcoreanos que no confirmaron esta distinción.

Mejoras en los vínculos bilaterales: los líderes de Japón y Corea del Sur aparcaron sus creencias

El 28 de diciembre de 2015, los líderes de Japón y de Corea del Sur anunciaron que se había llegado a una solución final e irreversible a la cuestión de las denominadas mujeres de solaz, y que ambas partes se comprometían a no hacer del asunto un problema diplomático en el futuro. El primer ministro Abe Shinzō le transmitió a la presidenta Park Geun-hye su deseo de dar paso a una nueva etapa.

El acuerdo niposurcoreano resulta raro si se tiene en cuenta los argumentos en los que habían hecho hincapié hasta la fecha ambos mandatarios. Park exigía una percepción correcta de la historia y que se pidiera perdón, mientras que Abe decía que no se trataba de una práctica impuesta por el Ejército Imperial. De las declaraciones pasadas del primer ministro japonés no se desprende una disculpa ni una reflexión.

No obstante, se puede realizar una valoración muy positiva del acuerdo. En La política como vocación, el politólogo alemán Max Weber afirma que el político ideal es una persona capaz de fusionar la ética de la convicción y la de la responsabilidad. En la primera se englobarían creencias personales como lo que sería una percepción correcta de la historia o las visitas al santuario Yasukuni, mientras que la segunda se referiría a la responsabilidad por un determinado resultado. La responsabilidad lo es todo en política, y esta es el criterio que se utiliza para hacer juicios.

Los líderes de Japón y Corea del Sur conceden prioridad de la responsabilidad en la mejora de los vínculos bilaterales en lo que respecta al asunto de las denominadas mujeres de solaz, al tiempo que llegaron a una conclusión que también tiene en consideración las convicciones. Un periódico surcoreano resaltó la importancia de que el primer ministro japonés hubiera pedido una disculpa y reflexionado por primera vez con sus propias palabras.

Los culpables del empeoramiento de las relaciones niposurcoreanas

Desde tiempos antiguos, en Corea del Sur impera la lógica de los opuestos y las dicotomías por influencia del confucianismo, que concede importancia a los valores morales. Algunos académicos surcoreanos consideran que se trata de una cultura de extremos, sin términos medios; todo es blanco o negro. Las soluciones "grises" como las que se toman en la sociedad japonesa no están bien vistas allí.

Por consiguiente, se apoyan argumentos carentes de todo sentido de la realidad como los siguientes: "Japón es malo"; "las denominadas mujeres de solaz fueron forzadas a prestar sus servicios"; "el primer ministro Abe Shinzō es un militarista"; "el emperador es pacifista"; "Japón viene a llevarse por la fuerza la isla Dokdo (Takeshima)". Resulta difícil que surja la percepción realista de que en Japón hay personas buenas y malas.

En la Guerra Fría, se apoyaba la teoría extremista de que el comunismo era malo y Corea del Norte una dictadura obsesionada con los conflictos bélicos, motivo por el cual era necesario mantener una relación de amistad con Japón. Al término de esta época, se pasó a considerar que China no era una amenaza y se dejó de utilizar la palabra "dictador" para referirse a la cúpula norcoreana, esto es, o blanco o negro. Este cambio de pensamiento guarda relación con la idea de que no es imprescindible tener buenos vínculos con Japón.

La transformación de China en una superpotencia coloca a Corea del Sur en la posición de tener que elegir literalmente entre una de estas dos opciones: China o Japón y Estados Unidos. Las relaciones sinosurcoreanas son de larga data, de ahí que Corea del Sur siempre se vea afectado directamente por la presión de China y este último le impusiera una relación de tributos. Es un ejemplo representativo de que la historia se repite.

Por otra parte, en Corea del Sur existen organizaciones que apoyan públicamente a su vecino del Norte. En las elecciones obtienen aproximadamente un 10 % de los votos, por lo que podría decirse que su fuerza es considerable. El trasfondo del movimiento antijaponés lo encontramos en las acciones norcoreanas. En lo relativo al asunto de las denominadas mujeres de solaz, ha habido cooperación entre los grupos de extrema izquierda de las dos Coreas y los de la misma ideología de Japón. En el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra para la Mujer, en Tokio, estuvieron presentes miembros de la inteligencia norcoreana.

A pesar de la división, Corea del Sur hace frente a las maniobras por parte de Corea del Norte y, además, está expuesto a la presión de una superpotencia como China. Entre tanto, hay quienes siempre están tramando en la sombra y desean que los vínculos niposurcoreanos empeoren, tanto en Corea del Sur como fuera de sus fronteras, en contraposición a una relación de amistad entre ambas partes. Corea del Sur no puede distanciarse de una política internacional en la que ha de escoger una de las dos opciones disponibles. A los líderes surcoreanos se les exige siempre un gobierno extremadamente difícil. Se trata, pues, de un vecino digno de compasión.

Imagen de la cabecera: La presidenta surcoreana Park Geun-hye pronunciando un discurso con motivo del Día Nacional de la Liberación de Corea el 15 de agosto de 2016 en Seúl (Yonhap News/Aflo).

(Traducción al español del original en japonés)

corea del sur mujeres de consuelo Ejército Imperial de Japón relaciones niposurcoreanas