Fragmentos de Japón

Harajuku

Sociedad Cultura

Este barrio tokiota conocido en el mundo entero como el lugar de nacimiento de todo lo kawaii tiene otras muchas facetas además de la de meca de la cultura juvenil y la moda. Por ejemplo, alberga el Meiji-jingū, un afamado santuario sintoísta rodeado de bosque. Descubramos los secretos de una zona que atrae no solo a los adolescentes japoneses sino también a una gran cantidad de turistas extranjeros en busca de lugares cucos o monos y de deliciosos manjares.

Un punto de encuentro entre los jóvenes y la cultura extranjera durante los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964

Harajuku es la denominación más común que se emplea para referirse a la zona de Tokio que se extiende desde la homónima estación de tren hasta los alrededores de Omotesandō, un área de la capital de Japón que vio nacer la cultura kawaii y que goza de una gran popularidad no solo en el archipiélago nipón, sino también fuera de sus fronteras. Precisamente fue aquí donde descubrieron a la artista Kyari Pamyu Pamyu, una de las principales representantes de este movimiento. Este barrio alberga lugares tan dispares como uno de los establecimientos favoritos del afamado guitarrista Eric Clapton, un restaurante especializado en tonkatsu (carne de cerdo empanada), y un andén solo para el tren en el que viajan los Emperadores.

Antiguamente, esta zona se conocía como Sendagahara y era un lugar apacible. Pasó a llamarse Harajuku en el período Edo (1603-1868), durante el cual proliferaron allí los alojamientos. Esto tiene su explicación en que el ideograma chino que se emplea para escribir el término 'yado' –'alojamiento'– tiene otra lectura, 'juku'. 'Hara', que significa 'campo', proviene de la denominación original.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el área al oeste de la estación de Harajuku pasó a estar ocupada por barracones del Ejército estadounidense, y a lo largo de Omotesandō comenzaron a abrir comercios para servir a los soldados. Algunos de ellos, como la juguetería Kiddyland y la tienda de recuerdos Oriental Bazar, continúan funcionando en la actualidad. La zona se convirtió en un referente de la moda y la cultura juvenil durante los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, ya que la Villa Olímpica se encontraba en el parque de Yoyogi, muy cerca de allí. El que fuera un punto de encuentro de personas de otras nacionalidades hizo que los jóvenes, influidos por la cultura procedente del extranjero, se concentraran en Harajuku y este pasara a ser un barrio juvenil.

La calle Takeshita, Ura-Harajuku y Omotesandō, tres zonas diferentes

Entrada a la calle Takeshita.

Uno de los atractivos de Harajuku reside en el hecho de que el estilo de la moda difiere completamente en función de la calle en la que uno se encuentre.

La calle Takeshita, que se extiende desde la homónima salida de la estación de Harajuku hasta la calle Meiji, alberga, por ejemplo, comercios que venden ropa para chicas con edades comprendidas entre los 10 y los 19 años, tiendas de variedades, establecimientos donde todos los artículos cuestan 100 o 390 yenes, salas de exposición y venta de productos de determinadas empresas y tiendas especializadas en dulces. Goza de gran popularidad entre los escolares japoneses que llegan a la capital en viaje de estudios y entre los turistas extranjeros.

Ura-Harajuku, la zona que va de la calle de los Gatos a la calle Harajuku, alberga, por ejemplo, varias boutiques con su propio toque personal especializadas en diversas marcas, establecimientos dedicados a la moda Lolita o al estilo Gothic Lolita, tiendas de ropa de segunda mano y cafeterías.

Atuendo del estilo Amaloli, una rama de la moda Lolita que se caracteriza por su suavidad.

Por el contrario, en Omotesandō se concentran establecimientos de marcas de lujo nacionales e internacionales y centros comerciales como Laforet Harajuku, Q Plaza Harajuku y Omotesandō Hills, en los que se puede disfrutar de la última moda y de bares y restaurantes de alta cocina.

En diciembre de 2014 la oficina de turismo Moshi Moshi Box abrió sus puertas en la calle Meiji. Además de personal que habla inglés, en el establecimiento ofrecen conexión a Internet por wifi, venden recuerdos y disponen de un servicio automático de cambio de divisas; también ayudan en la búsqueda de alojamiento en Japón y envían paquetería al extranjero. Otro lugar que está acaparando la atención del público en Harajuku es el Kawaii Monster Café; bajo la producción del director artístico Masuda Sebastian, abrió sus puertas en agosto de 2015.

Centro Comercial Omotesandō Hills.

Oficina de turismo Moshi Moshi Box.

El origen de lo kawaii

Que les saquen una fotografía en Harajuku y la publiquen en revistas de moda confiere cierto estatus a los jóvenes amantes de las últimas tendencias en el vestir, que hacen lo que sea para conseguirlo. Se los puede ver posando en diferentes enclaves de la zona como el cruce Jingū o la calle de los Gatos.

Harajuku es también el lugar donde descubrieron a la artista Kyari Pamyu Pamyu, icono de todo lo kawaii. Inspirada por la cantante estadounidense Gwen Stefani, que popularizó la canción Harajuku Girls, entre otros temas, la japonesa debutó a gran escala con el mini-álbum Moshi Moshi Harajuku en 2011.

Aspecto del primer piso de SoLaDo.

La popularidad de la cultura kawaii se ha visto reflejada en la sucesiva apertura de nuevos establecimientos relacionados con ella. Además del nacimiento de los centros comerciales Cute Cube Harajuku, Harajuku Alta, SoLaDo y Q Plaza Harajuku, en 2012 la famosa juguetería Kiddyland, reabrió sus puertas tras una reforma. La tienda, con una larga historia, dispone de una amplia selección de artículos de personajes japoneses populares como Hello Kitty y Rilakkuma.

Un lugar por excelencia para los golosos y los amantes del purikura

Harajuku es famoso también por ser el lugar donde se ha gestado un boom gastronómico, con ejemplos como las tortitas o panqueques, las palomitas de sabores y los crepes. El auge de estos establecimientos, que en los días festivos pueden tener un tiempo de espera de una hora, comenzó en este barrio tokiota. Son populares también las creperías que funcionan en la calle Takeshita desde hace mucho tiempo; sus delicias dulces o saladas se pueden degustar mientras se pasea por la zona.

Otra faceta destacada de Harajuku son los establecimientos especializados en purikura, los fotomatones en los que se pueden sacar fotografías que luego se decoran y personalizan al gusto. La calle Takeshita alberga el mayor de este tipo de toda la capital nipona, Purikura Shop Noa. En sus máquinas se puede elegir, por ejemplo, que las imágenes tengan un fondo de Tokio exclusivo, por lo que muchos turistas y estudiantes de secundaria superior se dirigen allí para tener un recuerdo de la ciudad.

Tortitas o panqueques. Crepería.

Si uno se ha cansado del bullicio de la zona, se recomienda una visita al santuario Meiji, situado al oeste de la estación de Harajuku, o al santuario Tōgō, cercano a la calle Takeshita. Otra opción interesante es el parque de Yoyogi, la quinta zona verde de mayor extensión de Tokio, que también se encuentra en los alrededores de la terminal ferroviaria. Alberga, entre otros, un escenario al aire libre y un carril bici. Además, se puede ver el Estadio Nacional de Yoyogi, elegido para acoger algunas de las competiciones durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020.

Santuario Meiji.

Imagen del encabezado: calle Takeshita.

Referencias:

HARAJYUKU KAWAII!! STYLE (en inglés)
URAHARA Deep MAP (en inglés)
Tokyo Pocket Guide/Harajyuku (en inglés)
Go Tokyo (en español)

Imágenes cortesía de:Amaloli: Chris Chan Fotografía en Harajuku: Wally Gobetz Tortitas o panqueques: Kuma Hideki Santuario Meiji: Daa Nell
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