Los castillos de Japón

Cien castillos de Japón®: el castillo de Himeji (Hyōgo)

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El castillo de Himeji es, junto con el templo Hōryū (Nara), el primer lugar de Japón que la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad. Esta bella fortaleza, que tiene un torreón de siete pisos y cinco capas conectado con otros tres torreones de tamaño menor, ha salido indemne de desastres naturales y guerras y sigue conservando el mismo aspecto que cuando se construyó, hace unos 400 años.

Castillo de Himeji (Hyōgo) (Tesoro Nacional y Patrimonio de la Humanidad)

  • Año de construcción: 1580 y 1601
  • Primer señor del castillo: Toyotomi Hideyoshi e Ikeda Terumasa
  • Elementos destacados: ocho Tesoros Nacionales, entre ellos un conjunto de torreones, y 74 Bienes Culturales de Importancia, atalayas y puertas incluidas.
  • Entrada: 1.000 yenes (adultos)
  • Dirección: Hyōgo-ken Himeji-shi Honmachi 68
  • Sitio web oficial: El castillo de Himeji, Patrimonio de la Humanidad (disponible en varios idiomas mediante traducción automática)

La Garza Blanca, más de 400 años con la misma belleza

El monte Hime, donde se sitúa el castillo de Himeji, ya era en tiempos antiguos una zona donde distintos generales construyeron sus baluartes. Sin embargo, se cree que el primer castillo de verdad lo edificó Toyotomi Hideyoshi, que levantó un torreón de tres capas cuando tomó la región de Chūgoku. Tras la batalla de Sekigahara (1600), Ikeda Terumasa, yerno de Tokugawa Ieyasu, se convirtió en el señor de la fortaleza y la reformó tal y como la conocemos en la actualidad.

El castillo de Himeji se caracteriza por tener un torreón grande de siete pisos y cinco capas conectado con otros tres torreones más pequeños —Higashi, Nishi e Inui— a través de una especie de atalaya que hace las veces de pasillo y por el blanco intenso de sus muros, que se consiguió mediante una técnica de enlucido denominada shiroshikkuisō nurikome. De hecho, se lo conoce también como el castillo de la Garza Blanca precisamente debido a que recuerda a una garceta con las alas desplegadas. Desde 2015, año en que terminaron unas reparaciones encaminadas a la conservación del torreón grande, es posible admirar ese aspecto completamente albo.

Esta hermosa fortaleza ha sido escenario de diversos cuentos a lo largo de los siglos: por ejemplo, dicen que en el pozo de Okiku, que se encuentra en el interior del castillo, habita el fantasma de una joven a la que asesinaron y arrojaron en él tras acusarla de haber perdido uno de los diez platos de una valiosa vajilla, y que este aparece cada noche, se pone a contar los platos y se echa a llorar después de llegar al noveno. Esta historia se llama Banshū Sarayashiki (La casa de los platos de Banshū). Por otra parte, la leyenda sobre la deidad protectora del castillo, que tiene aspecto de mujer bella y a la cual está consagrado el santuario Osakabe —situado en la planta más alta del torreón grande—, sirvió de inspiración para la obra de teatro Tenshu monogatari (La historia del torreón), del escritor Izumi Kyōka.

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Imagen del encabezado: el castillo de Himeji. (PIXTA)

(Traducción al español del original en japonés)

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