Okinawa World, un parque temático repleto de atractivos locales

Turismo

Okinawa World (Reino Cultural y Gyokusendō) es un parque temático único que tiene como elemento principal una cueva kárstica con magníficos paisajes. Es un paraje turístico de gran popularidad que reúne en un solo lugar muchos de los atractivos de Okinawa, tales como la naturaleza típica subtropical, la historia y cultura desde los tiempos del reino de Ryūkyū y las artes tradicionales.

Los atractivos de Okinawa se concentran alrededor de la fantástica cueva de Gyokusendō

Gyokusendō es una cueva kárstica con una longitud total de cerca de 5 kilómetros. Se ubica en la ciudad de Nanjō, en el sur de la isla principal de la prefectura de Okinawa. La cueva se formó hace aproximadamente 300.000 años, pero hasta 1967 no se pudo conocer su interior por completo. En abril de 1972, poco antes de la devolución del territorio de Okinawa a Japón, cerca de 890 metros de la cueva se abrieron como lugar turístico. En los alrededores se establecieron otros espacios de recreo tales como el Parque Museo de Habu y una destilería y, en 1996, se inauguró el parque Gyokusendō Ōkokumura (ahora, Okinawa World).

La ruta tradicional comienza en la cueva Gyokusendō. Después de pasear por su interior, el visitante regresa a la superficie a través de una puerta que está en el fondo del recinto. Al salir, los visitantes pueden pasear con tranquilidad por una zona que recrea una ciudad a los pies de un castillo del reino de Ryūkyū y por el jardín con árboles de frutas tropicales para, después, disfrutar del show de artes tradicionales Eisaa y conocer animales poco comunes en el Parque Museo de Habu antes de dirigirse a la salida.

La puerta de entrada a Okinawa World. La torre de Shishiku cuenta con unas enormes estatuas de guardianes shīsā.
La puerta de entrada a Okinawa World. La torre de Shishiku cuenta con unas enormes estatuas de guardianes shīsā.

Muy cerca de la puerta de acceso al parque está la entrada a la cueva de Gyokusendō.
Muy cerca de la puerta de acceso al parque está la entrada a la cueva de Gyokusendō.

Esta impresionante cueva repleta de estalactitas es la mayor de Oriente.
Esta impresionante cueva repleta de estalactitas es la mayor de Oriente.

Okinawa está rodeada de arrecifes de coral y cubierta de extensas capas de piedra caliza, por lo que en la zona se encuentran más de 600 cuevas kársticas. Gyuokusendō es la más grande de ellas. En su interior hay un paisaje accidentado formado por más de un millón de estalactitas que cuelgan del techo y estalagmitas que salen del suelo que se formaron gracias a la abundante agua, el mayor número de todo el país. La cueva mantiene una temperatura promedio de 21 grados centígrados durante todo el año, y es un lugar ideal para disfrutar cómodamente de la fantástica naturaleza de Okinawa.

El lago azul, un paisaje creado por el agua subterránea transparente y las estalactitas.
El lago azul, un paisaje creado por el agua subterránea transparente y las estalactitas.

La colorida iluminación nos regala un paisaje fantástico.
La colorida iluminación nos regala un paisaje fantástico.

Un parque para disfrutar de la naturaleza y la cultura

Tras salir de Gyokusendō a través de una escalera mecánica el visitante es recibido por el brillante sol del trópico y el verde profundo del jardín de frutas. El parque cuenta con cerca de 450 árboles frutales de 50 variedades, por lo que hay flores para cada estación y el ambiente está envuelto por el dulce aroma de los frutos.

Uno de los atractivos de Okinawa World es que en sus instalaciones se pueden experimentar las artesanías tradicionales. Al lado del jardín hay un taller de vidrio de Ryūkyū y de cerámica yachimun. En tiempos del reino de Ryūkyū, la región comerciaba con China y otros lugares del Sudeste Asiático, gracias a estos contactos se adoptaron diversas tecnologías. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la influencia de Estados Unidos dejó una importante marca en las artesanías coloridas de Okinawa que combinan la fuerza con la sencillez.

En el jardín de frutas tropicales hay piña, mango, papaya y por supuesto, shiikuwaasaa de Okinawa, pitahaya, guapurú y cacao, entre otros frutos poco comunes.
En el jardín de frutas tropicales hay piña, mango, papaya y por supuesto, shiikuwaasaa de Okinawa, pitahaya, guapurú y cacao, entre otros frutos poco comunes.

En la cafetería, el visitante puede saciar su sed con zumos y comer fruta fresca después de visitar la cueva.
En la cafetería, el visitante puede saciar su sed con zumos y comer fruta fresca después de visitar la cueva.

En el taller de cerámica los visitantes pueden hacer su propia cerámica yachimun.
En el taller de cerámica los visitantes pueden hacer su propia cerámica yachimun.

En la zona donde se recrea una ciudad formada a los pies de un castillo del reino de Ryūkyū se ofrece la posibilidad de experimentar la vida tradicional de Okinawa. Hay una vieja casa tradicional auténtica con techo de tejas rojas que fue habitada en el pasado y trasladada a este lugar. También hay cuatro casas tradicionales y un fūru, chiquero que también servía como baño, que han sido designados bienes de importancia cultural de Japón.

Dentro de estas casas hay talleres para hacer teñido de índigo de Ryūkyū o teñido bingata, así como para fabricar papel a la manera tradicional. En el Museo de Historia del Reino se puede aprender la historia y la función de los shīsā, deidades que protegen los hogares en Okinawa, y así como disfrutar de imágenes de shishi de muchas partes del mundo.

En la ciudad formada a los pies de un castillo de Ryūkyū hay casas tradicionales con tejas rojas.
En la ciudad formada a los pies de un castillo de Ryūkyū hay casas tradicionales con tejas rojas.

En la casa que perteneció a la familia Taba se encuentra el taller para hacer papel de forma tradicional. Esta construcción también es un bien de importancia cultural de Japón.
En la casa que perteneció a la familia Taba se encuentra el taller para hacer papel de forma tradicional. Esta construcción también es un bien de importancia cultural de Japón.

El chiquero fūru de la casa de la familia Chinen, construido a fines del siglo XIX. El excremento humano se utilizaba como alimento de los animales, pero esta práctica se prohibió después de la Segunda Guerra Mundial por motivos de higiene.
El chiquero fūru de la casa de la familia Chinen, construido a fines del siglo XIX. El excremento humano se utilizaba como alimento de los animales, pero esta práctica se prohibió después de la Segunda Guerra Mundial por motivos de higiene.

El visitante puede entrar en la casa y probar a tocar el instrumento de cuerdas sanshin.
El visitante puede entrar en la casa y probar a tocar el instrumento de cuerdas sanshin.

En el Museo de Historia del Reino hay una colección de imágenes de shishi de Japón y otras partes del mundo.
En el Museo de Historia del Reino hay una colección de imágenes de shishi de Japón y otras partes del mundo.

Espectáculos y muchos recuerdos típicos

El último día de obon se celebra un baile con rezos budistas llamado Eisaa, para que las almas de los antepasados vuelvan al otro mundo. En este parque se hace una versión especial llamada Super Eisaa Show. La danza al ritmo de los tambores resulta emocionante y anima en muchas ocasiones al público a unirse al baile.

En el mismo escenario también hay un show de mangostas y serpientes habu. Se recomienda revisar los horarios al hacer el itinerario. En el Parque Museo de Habu, cerca de la entrada, el visitante puede conocer de cerca varios tipos de reptiles poco comunes como la serpiente umihebi o la lagartija kinobori tokage, así como tomarse una fotografía junto a la enorme serpiente blanca de la felicidad.

El Super Eisaa Show es muy animado. Dura cerca de media hora, pero da la impresión de que acaba en un instante.
El Super Eisaa Show es muy animado. Dura cerca de media hora, pero da la impresión de que acaba en un instante.

También se puede disfrutar de otras variedades de artes tradicionales de Okinawa como el baile shishimai o andama de Yaeyama. En la foto se observa el baile yotsutake de Ryūkyū.
También se puede disfrutar de otras variedades de artes tradicionales de Okinawa como el baile shishimai o andama de Yaeyama. En la foto se observa el baile yotsutake de Ryūkyū.

Los espectadores disfrutando del espectáculo.
Los espectadores disfrutando del espectáculo.

En el Parque Museo de Habu hay materiales, especímenes y también se exponen reptiles vivos poco comunes. En la foto se aprecia a mucha gente esperando a retratarse con la serpiente blanca.
En el Parque Museo de Habu hay materiales, especímenes y también se exponen reptiles vivos poco comunes. En la foto se aprecia a mucha gente esperando a retratarse con la serpiente blanca.

Dentro de Okinawa World hay una tienda de la destilería Nanto donde es posible adquirir sake de serpiente habu y cervezas locales. Ya que además de contar con muchos atractivos, también hay muchos recuerdos del lugar, es aconsejable ir con tiempo suficiente para disfrutarlos.

Un tanque de sake de habu sin procesar de la destilería Nanto. Este licor se fabrica con una base de la bebida alcohólica awamori y se mezcla con el extracto de serpiente habu.
Un tanque de sake de habu sin procesar de la destilería Nanto. Este licor se fabrica con una base de la bebida alcohólica awamori y se mezcla con el extracto de serpiente habu.

Okinawa World también cuenta con un establecimiento con recuerdos típicos de la región. En la foto se observa la zona de productos del Taller real de vidrio de Ryūkyū.
Okinawa World también cuenta con un establecimiento con recuerdos típicos de la región. En la foto se observa la zona de productos del Taller real de vidrio de Ryūkyū.

Okinawa World

  • Dirección: Tamagusuku Maekawa 1336, ciudad de Nanjō, prefectura de Okinawa
  • Horarios: de 9 a. m. a 5:30 p. m. (entrada hasta las 4 p. m.)
  • Costo: adultos 2.000 yenes, niños menores de 15 años 1.000 yenes.
  • Cómo llegar: media hora en automóvil desde el Aeropuerto de Naha o el Castillo de Shuri.

Reportaje, texto y fotos: equipo editorial de nippon.com.

(Traducido al español del original en japonés.)

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