La cultura contemporánea se globaliza

Hannō, Saitama: donde se encuentran la naturaleza y el ‘anime’

Manga Anime Turismo

La ciudad de Hannō es conocida por su magnífica naturaleza y por ser el escenario principal del popular manga y anime Yama no susume (¡Atrévete a escalar!). Visitamos la prefectura de Saitama en busca de aventuras de senderismo y un poco de historia secreta otaku.

El área metropolitana de Tokio cuenta con numerosas rutas de senderismo y excursionismo, desde el monte Takao hasta el monte Mitake y la región de Okutama. Un lugar relativamente menos conocido, pero igualmente bello es Hannō, en la prefectura de Saitama, a solo 50 minutos en tren de Ikebukuro, Tokio, en la línea Seibu Ikebukuro.

Durante el periodo feudal esta ciudad relativamente pequeña (aún hoy tiene una población inferior a 80.000 habitantes) era conocida principalmente por abastecer de madera a Tokio (entonces Edo). La zona sigue estando rodeada de montañas muy boscosas.

Una vista común en las montañas de los alrededores de Hannō. (© Gianni Simone)
Una vista común en las montañas de los alrededores de Hannō. (© Gianni Simone)

En lo que a senderismo y actividades al aire libre se refiere, Hannō puede ser uno de los secretos mejor guardados de la región de Kantō. Eso, a menos que sea uno un aficionado otaku, en cuyo caso probablemente ya lo conozca, ya que este lugar tiene fuertes vínculos con el anime contemporáneo, e incluso con el mismísimo “dios del manga”, Tezuka Osamu.

El último renacimiento de Hannō, por así decirlo, comenzó en 2011 cuando el manga Yama no susume (¡Atrévete a escalar!) empezó a serializarse en una revista de cómics y cobró fuerza cuando la primera temporada de la versión en anime se emitió en televisión en 2013.

Como sugiere el título, esta obra trata de montañismo y presenta lugares reales. Las chicas que protagonizan la historia viven en Hannō, y muchas de sus aventuras se desarrollan en las montañas de los alrededores. El creador de la obra, un artista que responde al nombre único de Shiro, es él mismo un ávido excursionista y nació en la cercana Tokorozawa. Es fácil comprender por qué eligió esta zona poco conocida como escenario principal. De hecho, esta región ofrece una gran variedad de oportunidades para practicar el senderismo, y se puede llegar a pie a los senderos más cercanos desde la estación de Hannō.

Decoraciones de anime a lo largo de la calle Hannō Ginza. (© Gianni Simone)
Decoraciones de anime a lo largo de la calle Hannō Ginza. (© Gianni Simone)

Al salir de la estación y dirigirnos a la rotonda de autobuses del lado norte, tomamos la calle principal a la izquierda (la que tiene el arco metálico marcado HANNO sobre su entrada) y luego la segunda calle a la izquierda. Esa es Hannō Ginza. Aunque esta estrecha y modesta calle comercial no se parece en nada al mundialmente famoso distrito de Tokio, sus adoquines, letreros anticuados, vallas publicitarias oxidadas y fotografías y carteles blanqueados por el sol le confieren un cierto encanto retro. También es el primer lugar relacionado con el anime de nuestro paseo, ya que Aoi y sus amigas visitan a menudo esta calle para “animarse a escalar”. De hecho, muchas tiendas lucen algún tipo de decoración del anime.

Una tienda antigua en la calle Hannō Ginza. (© Gianni Simone)
Una tienda antigua en la calle Hannō Ginza. (© Gianni Simone)

Las cosas se vuelven aún más fascinantes cuando salimos de Ginza y nos dirigimos a nuestro destino. Primero llegamos a Kannonji, un buen ejemplo de templo budista perteneciente a la escuela Chisan de la secta budista Shingon. Su fama, curiosamente, proviene de la estatua de un elefante blanco que ocupa un lugar de honor donde solía estar la campana del templo.

El elefante blanco en Kannonji. (© Gianni Simone)
El elefante blanco en Kannonji. (© Gianni Simone)

Al parecer, durante la Guerra del Pacífico, cuando un Japón mermado de recursos necesitaba toda la chatarra que pudiera encontrar, el sacerdote tuvo que donar la campana para contribuir al esfuerzo bélico. En la década de 1960 la campana fue sustituida por el elefante —una donación del propietario de una tienda local— y recientemente ha aparecido en varios episodios de Yama no susume, atrayendo así a una nueva generación de peregrinos a los que les gusta escribir sus deseos y oraciones en las coloridas ema (tablillas votivas) que compran en el propio templo.

Ema, con plegarias de los aficionados al anime, en Kannonji. (© Gianni Simone)
Ema, con plegarias de los aficionados al anime, en Kannonji. (© Gianni Simone)

El gran templo al otro lado de la calle desde Central Park, al norte, llamado Nōninji, pertenece a la secta Sōtō del budismo zen. En el periodo Edo (1603-1868) este templo gozaba del favor del shōgun y contaba con veinte templos filiales en la región de Hannō. Sin embargo, más tarde cayó en tiempos difíciles, que culminaron con su incendio en la Batalla de Hannō en 1868, durante la Guerra Boshin. El jardín, en particular, se merece los 300 yenes que cuesta la entrada. Fundado en el periodo Momoyama (1573-1603), ha sido seleccionado como uno de los 100 mejores jardines de Japón.

La verdadera diversión, sin embargo, comienza ahora, ya que la zona que se encuentra detrás de Nōninji está llena de rutas de senderismo accesibles y fáciles, algunas de las cuales aparecen en Yama no susume. La más cercana es el Tenranzan (monte Tenran). Se trata de una especie de prueba para principiantes, ya que solo alcanza los 195 metros sobre el nivel del mar, pero es un buen ejercicio. Antes se llamaba monte Atago, por el santuario Atago que se halla en su cima. En 1883 el emperador Meiji lo visitó cuando vino a observar el entrenamiento del ejército. Desde la plataforma de observación de la cima se puede ver la cordillera de Chichibu, Okutama y, en un día despejado, incluso el monte Fuji.

Otras rutas de senderismo conducen a Mikaeri-zaka y al monte Tōnosu (271 metros), más al oeste. Dependiendo del tiempo y la energía de que se disponga, desde Tenranzan se puede girar hacia el este y recorrer el sendero natural Oku-Musashi. La región ofrece muchas opciones para caminar, y el sitio web de la ciudad de Hannō cuenta con muchos mapas e información (principalmente en japonés), incluidas las conexiones de autobús y tren.

Mikaeri-zaka, el sendero que conduce a la cima del monte Tōnosu. (© Gianni Simone)
Mikaeri-zaka, el sendero que conduce a la cima del monte Tōnosu. (© Gianni Simone)

Después de bajar, nos detenemos una vez más en Central Park. Este lugar tiene vínculos mucho más antiguos y fuertes con la animación japonesa. De hecho, si paseamos por el parque encontraremos una estatua de Tetsuwan Atomu (Astro Boy), el personaje más popular de Tezuka Osamu. Esa es en realidad una de las pocas estatuas de Atomu que existen en el mundo, y es un testimonio de la profunda conexión del artista con la ciudad de Hannō. Sin embargo, desde que se terminó de construir la estatua de bronce en 1983, son pocos quienes conocen su existencia, exceptuando a los fans más acérrimos de Tezuka.

La estatua de bronce de Astro Boy, una de las pocas que hay en el mundo. (© Oku Musashi Hannō Kankō Kyōkai)
La estatua de bronce de Astro Boy, una de las pocas que hay en el mundo. (© Oku Musashi Hannō Kankō Kyōkai)

Tras este proyecto se halla Noguchi Isao, residente local y antiguo empleado de la empresa de Tezuka, Mushi Production. Fan de Tezuka desde niño, Noguchi consiguió finalmente un trabajo en el departamento editorial de la empresa en 1964, y desarrolló una estrecha relación con Tezuka que continuó incluso después de dejar la empresa para hacerse cargo del negocio de semillas y plantas de su familia. Incluso consiguió permiso para decorar su tienda con los personajes de Tezuka, incluido un cartel de neón con la forma del mítico pájaro inmortal que aparece en Hi no tori (Fénix).

Noguchi Isao, a la derecha, ante el escaparate de la tienda Noguchi no Tane (Las semillas de Noguchi). (Fotografía cortesía de Noguchi no Tane)
Noguchi Isao, a la derecha, ante el escaparate de la tienda Noguchi no Tane (Las semillas de Noguchi). (Fotografía cortesía de Noguchi no Tane)

Noguchi Isao, a la izquierda, y el “dios del manga”, Tezuka Osamu, durante la inauguración de la estatua. (Fotografía cortesía de Noguchi no Tane)
Noguchi Isao, a la izquierda, y el “dios del manga”, Tezuka Osamu, durante la inauguración de la estatua. (Fotografía cortesía de Noguchi no Tane)

Un día de 1980 Noguchi recibió una llamada de Tezuka, el cual le dijo que estaba pensando en trasladar tanto su casa como su oficina a Hannō, y le pidió que buscara un terreno adecuado. Finalmente Noguchi encontró el lugar perfecto, pero cuando visitó la oficina de Tezuka para enseñarle las fotos del terreno, le dijeron que su antiguo jefe ya había encontrado otro lugar: siguiendo el deseo de su familia y la opinión de su personal, iba a trasladar su casa a Higashi-Kurume, en los suburbios occidentales de Tokio, y su estudio a Niiza, otra pequeña localidad de Saitama. Aunque decepcionado por este giro de los acontecimientos, Noguchi decidió que, como mínimo, intentaría que se instalara una estatua de Astro Boy en Hannō.

Para recaudar los tres millones de yenes necesarios, la Cámara de Comercio local decidió celebrar un festival de manga. Noguchi se puso en contacto con todos los artistas de manga que conocía y éstos donaron sus autógrafos, los cuales se subastaron para recaudar el dinero. El festival se celebró en dos años consecutivos, en 1981 y 1982, y el propio Tezuka participó en la segunda edición, firmando rápidamente más de cien tableros. El artista Hirose Keiji fundió la estatua de bronce en su taller de Hannō. Una vez terminada, la ceremonia de inauguración se celebró el 29 de mayo de 1983.

Dado que los montes Tenran y Tōnosu son subidas bastante fáciles, puede que el visitante quiera explorar la zona un poco más, en cuyo caso puede bajar hasta el río Iruma y echar un vistazo a su puente rojo Wariiwa, otro lugar popular para “animarse a subir”. Las colinas al otro lado del río, por cierto, tienen más rutas de senderismo.

El puente rojo brillante de Wariiwa. (© Gianni Simone)
El puente rojo brillante de Wariiwa. (© Gianni Simone)

Por último, aunque no por ello menos importante, los seguidores acérrimos del anime deberían hacer un desvío y echar un vistazo a Seibō Gakuen, la escuela a la que asisten Yukimura Aoi, Kuraue Hinata y sus amigas amantes del senderismo. Esta institución fue también localización de rodaje para la versión de acción real de 1990 del manga Sakura no sono (El huerto de los cerezos), y modelo para un instituto rival en el manga de béisbol Rasuto iningu (Última entrada), publicado entre 2004 y 2014. También apareció en la película de terror de 2000 Shisha no gakuensai (Festival escolar de los muertos).

Cómo llegar a Hannō

Desde la estación de Ikebukuro en Tokio, tome la línea Seibu Ikebukuro en dirección a Chichibu y bájese en la estación de Hannō.

Para más información sobre las actividades en Hannō: https://hanno-tourism.com

(Artículo traducido al español del original en inglés. Imagen del encabezado: Decoraciones de anime a lo largo de la calle Hannō Ginza. © Gianni Simone)

Turismo anime manga Tokio Tezuka Osamu Montañismo