Hosono Haruomi, un pionero del rock en japonés que busca lo nuevo de forma insaciable
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En 2024, Hosono Haruomi entraba en su quincuagésimo quinto año en el mundo de la música. Su carrera no es algo que pueda cubrirse de una sola mirada. Fue integrante de bandas como Happy End o Yellow Magic Orchestra (YMO). También formó parte de Tin Pan Alley, grupo con el que hizo session works (interpretaciones para grabaciones o conciertos de otros grupos) y trabajó como solista. Sería difícil hacer un listado completo de los géneros que ha explorado, pero debería incluir rock, country, exotic, tecno, canción japonesa, música étnica, ambient, electrónica, boogie-woogie y cinematográfica, por lo menos.
“Yo mismo me sorprendo de la falta de principios que demuestra mi trayectoria musical”, reconoce con humor en la recopilación Hosono Box 1969-2000. Lo indudable es que ha sabido acomodarse a los cambios de época y de ambiente, siendo fiel únicamente a sus intereses y deseos. Si esto se entiende como falta de principios o como un enfoque radicalmente libre, es otra cuestión. Un repaso a dicha trayectoria nos servirá para comprender qué ha impulsado su actividad y qué estímulos lo han mantenido musicalmente vivo.
“Pionero del rock en japonés”
Su debut en la música lo hizo como bajista en la banda de rock psicodélico Apryl Fool, en 1969. Hosono, todavía universitario, se veía como una promesa de la interpretación. Pero no pasó mucho tiempo antes de que se manifestara su insatisfaccción. El problema era que se sentía atraído por estilos musicales que poco tenían que ver con lo que hacía Apryl Fool. Le cautivaba la banda de rock californiana Buffalo Springfield, que practicaba una fusión de elementos de músicas negra y latinoamericana, sobre una base de country o folk. Ni él mismo sabía, en aquella época, a qué se debía su fascinación por esa banda. Solo sabía que en su música sentía algo enigmático que lo atraía. Y quería desvelar el enigma. Lo hizo fundando su propia banda para experimentar con los sonidos de Buffalo Springfield, invitando a sumarse a Matsumoto Takashi, baterista de Apryl Fool y otros miembros. Así nació Happy End (1969-1972), integrada por Hosono, Matsumoto, Ōtaki Eiichi y Suzuki Shigeru.
El ideal de Happy End era Buffalo Springfield. Pero haberse limitado a copiar su estilo no hubiera satisfecho a nadie. Así como la banda norteamericana había excavado en sus raíces musicales, abarcando en su búsqueda todo el entorno cultural que la rodeaba, también Happy End tenía que reexaminar sus raíces. Así fue como muchas bandas de rock japonesas de la época, que hasta entonces habían despreciado el japonés por entender que el rock tenía que ser en inglés si quería ser verdadero rock, establecieron un nuevo estilo de rock en el idioma de su país. Por esta razón, se considera a Happy End pionera del rock en japonés.

Carátula de Kazemachi roman, de 1971. (URC Records/Sony Music Labels Inc.)
Sin embargo, para 1971, cuando fue publicado Kazemachi roman, segundo álbum del grupo que se hizo famoso como primera cristalización del rock en japonés, el interés de Hosono se había apartado de Buffalo Springfield. Hasta ese momento, Hosono había pensado que cantar no era lo suyo, pero cuando oyó la voz baja y armoniosa de James Taylor se sintió inspirado para crear su propio estilo de cantar y comenzó a dirigir sus pasos hacia el sonido de este y otros cantautores norteamericanos. La canción Kaze wo atsumete, contenida en el citado álbum, es un primer ejemplo de esta nueva dirección.
El álbum Hosono House (1973), primero que lanzó en solitario el año siguiente al de la disolución de Happy End, fue también una novedad en Japón al ser el primero que se grabó en una casa particular (“home recording”). Hosono fue uno de los muchos artistas que se mudaron a Sayama America-mura (Sayama, prefectura de Saitama), el conjunto habitacional que había alojado a las familias de los militares norteamericanos destinados en la Base Johnson mientras esta estuvo en funcionamiento.

El disco Hosono House (1973). (Redacción de nippon.com)
De Hosono House a Tropical Trilogy
Después de publicar este álbum, Hosono fundó junto al citado Suzuki (guitarra), Hayashi Tatsuo (batería) y Matsutōya Masataka (teclados), todos los cuales habían participado en Hosono House, una nueva banda, llamada al principio Caramel Mama, aunque luego cambió su nombre a Tin Pan Alley. La principal actividad del grupo era poner el sonido para grabaciones de otros artistas en estudios musicales. El modelo e ideal para ellos era la banda de session players Muscle Shoals Rhythm Section (The Swampers), con base en el Muscle Shoals Sound Studio de Alabama, que grabaron muchos temas de artistas tan famosos como Aretha Franklin o The Rolling Stones.
De hecho, Tin Pan Alley grabó también para artistas como Arai (Matsutōya) Yumi, en concreto para el disco Hikōkigumo (1973), o para Ōtaki Eiichi, en el disco Niagara Moon (1975). Este característico sonido “Tin Pan” está en el origen del posterior City Pop japonés, muchos de cuyos temas lograrían una aceptación también en el extranjero.
Además, Hosono siguió trabajando como artista individual. Después de lanzar su disco Hosono House, lo que le apasionaba era el exotic sound de músicas con origen en lugares como Nueva Orleans, Latinoamérica, China u Okinawa. Su chunky music, que fue el nombre que él mismo le dio a una mezcolanza de elementos musicales de todos esos países y regiones, cristalizó en su Tropical Trilogy, compuesta por “Tropical Dandy” (1975), “Bon Voyage Co” (1976) y “Paraíso” (1978).
Quizás por su excesiva originalidad o por carácter vanguardista de su música, no puede decirse que Hosono obtuviera al principio demasiado apoyo ni del público ni de otros músicos. Por cierto, hoy en día la trilogía tiene gran aceptación y se considera la cumbre de su carrera musical.
Esta decepción empujó a Hosono a descubrir nuevos horizontes. Su nueva apuesta fue conseguir una fusión divertida de su chunky music con las nuevas tendencias de la época: la música disco y el computer sound con sintetizador. Su concepto enseguida obtuvo la adhesión de Sakamoto Ryūichi y de Takahashi Yukihiro. Así nació la la Yellow Magic Orchestra o YMO (1978-1983).

De izquierda a derecha, Hosono, Sakamoto Ryūichi y Takahashi Yukihiro. (Redferns / Getty / Kyōdō Press Images)
Una actividad que continúa después del salto al extranjero y la “dispersión” de YMO
YMO tomaba por modelo a Kraftwerk, pioneros de la música electrónica. Sobre la firme base de su identidad alemana, esta banda arrancaba al sintetizador sonidos muy particulares. De la misma forma en que, años atrás, Buffalo Springfield dio ocasión a que Happy End volviera su mirada sobre sus propias raíces, Kraftwerk concienció a YMO de su identidad oriental. Al comienzo de “Technopolis”, la canción de apertura de su segundo álbum Solid State Survivor (1979), se repite el nombre de Tokio, afirmándose así como una banda de tecno-pop que difunde música de Tokio.

El álbum Solid State Survivor (Alfa Music, Inc. / Sony Music Labels Inc.)
Durante las dos giras mundiales que realizó, en los países occidentales la banda fue recibida por multitudes enfebrecidas. En Japón, dominó los rankings musicales y causó un boom que adquirió proporciones de fenómeno social. Hosono, además, trabajó para jóvenes intérpretes del idol pops tan famosos como Matsuda Seiko, para la que escribió Tengoku no kissu (1983). Así pues, estuvo activo en muchos frentes. Esta frenética actividad acabó afectándolo tanto física como mentalmente.
Tras poner fin a la actividad de YMO de una forma que fue definida como una “dispersión” más que como una “disolución”, Hosono buscó su sanación, o su salvación, sumergiéndose en la música del género ambient, un nuevo giro en el que tuvo mucho que ver un disco de Brian Eno.
El sosiego que emana del ambient liberaba a Hosono de la agitación del negocio musical y lo envolvía en un manto de tranquilidad, despertándolo al mismo tiempo a la conciencia medioambiental. Descubrió el placer de liberarse del ego propio, de sentirse uno con la naturaleza y con la Tierra. La transformación en la escala de valores que le produjo el ambient significó, al mismo tiempo, un cambio irreversible en su relación con la música.
Es en esta fase cuando nace en Hosono la conciencia de que la música está por encima de las fuerzas o capacidades que pueda tener el individuo. Por muy originales que puedan sonar tus canciones, no son creaciones aisladas de la historia de música o de la tradición musical.
“Es la sensación de que, aunque uno pueda hacer cosas buenas, no es porque tenga más o menos talento, sino porque hay algo externo que actúa a través de uno”, dice en el libro Hosono Haruomi to karera no jidai (“Hosono Haruomi, su gente y su época”). Es absorber toda la variedad de música que existe fuera de uno, digerirla y expulsarla. Poniendo al mismo tiempo su firma en ello. Así veía él la esencia de su actividad musical. Cada vez más, Hosono fue viéndose a sí mismo como un médium.
Retorno al pop norteamericano
A partir de la segunda mitad de la primera década del siglo, Hosono se aficionó a interpretar piezas de pop, country o boogie-woogie norteamericano de mediados del siglo pasado, que había oído con tanto placer, y publicó álbumes en solitario como HoSoNoVa (2011) o Heavenly Music (2013) priorizando la interpretación en vivo sobre las pistas pregrabadas. Su motivación era hacer de mediador, traspasar a los miembros de su banda, que por su edad podían ser sus hijos, toda la música que había amado durante su vida. Al mismo tiempo, con el nuevo grupo Sketch Show que constituyó con su camarada de YMO Takahashi, exploró los nuevos desarrollos de la música electrónica. En la segunda mitad de la primera década del siglo se unió a ellos, una vez más, Sakamoto, con quien reactivaron la banda YMO. Sin embargo, su preferencia por la utilización directa de los instrumentos musicales sobre la computarización dio origen a un techno sound más sosegado, diferente a los productos previos de YMO.
Exploración de músicas desconocidas y transmisión de la tradición

Hosono durante el Festival Internacional de Cine de Tokio, en octubre de 2019. (Jiji Press)
A lo largo de sus 55 años de carrera profesional, Hosono Haruomi ha sido un pionero que ha abierto y explorado nuevos territorios musicales. Se ha sentido fascinado por lo nuevo y desconocido, lo misterioso, lo sorprendente. Su exploración tenía un principio y un fin, llegado el cual abordaba una nueva forma de música todavía desconocida. A partir de un momento, comenzó a ver su propia existencia como un punto más en la línea histórica de la música, a hacer interpretaciones personales y a comprometerse en la labor de transmitir una tradición.
Pasada la pandemia del nuevo coronavirus, Hosono retomó los conciertos con sus nuevos compañeros. Los miembros de su equipo forman al mismo tiempo “unidades musicales” como Kukuku o Chappo. Hosono Yūta, bajista nieto de Haruomi, es al mismo tiempo miembro de CHO CO PA CO CHO CO QUIN QUIN, que tiene un exotic sound muy personal. Para Haruomi es un gran placer transmitir su música a la generación de su nieto al mismo tiempo que toca con ellos. Actualmente está trabajando en un nuevo disco, que será el primero desde que lanzó Hochono House en 2019.
Fotografía del encabezado: de izquierda a derecha, Sakamoto Ryūichi, Hosono Haruomi y Takahashi Yukihiro con ocasión de una actuación en España de la banda YMO en junio de 2008, tras su reconstitución. (Reuters)
(Traducido al español del original en japonés.)