El ‘Man'yōshū’ y Reiwa, ecos del pasado en una nueva era

El ‘Man’yōshū’ y la era Reiwa: la poesía, ejercicio de imaginación

Literatura Cultura

Uno de los poemas del Man’yōshū da voz a una madre cuyo hijo debe partir de viaje a la China Tang, como integrante de una embajada japonesa. Los sentidos versos exponen muy bien el papel fundamental de la imaginación en la creación poética.

Tabihito no
yadorisemu no ni
shimo furaba
a-ga-ko hagukume
ame no tazu-mura
(Poema no atribuido a ningún autor, 1.791 del libro IX)

Que en japonés moderno sería:

Moshi tabibito sunawachi wa-ga-ko ga
nojuku wo suru koto ni natta no ni
shimo ga futta naraba
wa-ga-ko wo sono tsubasa de atatamete okure
amakakeru tsuru-tachi yo.

Si le aconteciera
a este hijo mío que sale de viaje
tener que pasar la noche
a la intemperie en el campo
y cayera una helada
¡arropadlo con vuestras alas,
grullas del cielo!

 

Yo no soy ningún pájaro así que no tengo alas, pero a veces, cuando extiendo los brazos, me sugestiono y creo poder volar. Se ve que identifico mis brazos con las alas de las aves. Esto ocurre en el mundo de las imágenes, claro, porque sé perfectamente que los brazos no son alas. Que en el proceso evolutivo, brazos y alas fueron distanciándose hasta ser lo que hoy son.

¿Por qué, entonces, cuando extiendo y bato los brazos siento de esa forma que puedo volar? Porque tengo imaginación. Porque tengo esa capacidad de concebir lo inconcebible que llamamos imaginación.

En un sentido amplio, cosas como la fe o el arte son producto de la imaginación. Sin esa capacidad de imaginar cosas que no tienen una existencia real no tendríamos todos esos mitos que tenemos sobre la creación del cielo y la tierra, o la fundación de nuestras naciones.

La expresión poética del waka entra también en esa categoría. Mi hijo querido tiene que hacerse a la mar como integrante de la embajada que Japón envía a la China Tang. Es mi único hijo: ¿qué suerte correrá? El barco podría ir a la deriva y naufragar en alguna tierra extraña. Tal vez me lo robe el proceloso mar, o el gélido invierno. ¡Si algo así le ocurriera, oh, grullas, auxiliadlo! ¡Rodeadlo con vuestras alas y dadle calor! El poema transmite estos deseos maternos.

Se lo digo a menudo a mis estudiantes: en la investigación, es vital que todo quede demostrado. Nada de dejarse llevar por la imaginación. Sin embargo, los poemas se sostienen sobre la imaginación. No pueden ser creados sin ella. En esto estriba la dificultad de la investigación literaria y ahí reside su mayor interés. Así les digo.

fotografía del encabezado: PIXTA.

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