Los distintos actos a lo largo del año en Japón

‘Minazuki’: junio

Cultura Historia

En esta serie presentamos el origen y el significado de los distintos actos que se celebran a lo largo del año en Japón, dado que todos ellos sirven para ilustrar cómo ha madurado la cultura del pueblo nipón.

Rezarle a un monte Fuji artificial

En la época en la que, a diferencia de ahora, no había rascacielos, el monte Fuji se veía desde todo Edo. Así pues, topónimos de la actual Tokio como Fujimizaka (literalmente, cuesta desde la que se ve el Fuji), en el distrito de Chiyoda, corresponden a lugares con vistas del famoso volcán.

Puesto que el Fuji era considerado una deidad, había mucha gente que no solo lo admiraba desde Edo, sino que deseaba subirlo para rezarle. Sin embargo, las clases populares de la época no podían cumplir ese deseo, dado que no les resultaba fácil juntar el dinero para costearse el viaje.

En ese contexto, para que la gente pudiera rezar sin necesidad de desplazarse hasta el monte sagrado, apilaban tierra o iban a buscar lava para amontonarla; así hacían unos Fujis artificiales de pequeño tamaño que sustituían al de verdad: los fujizuka. Luego, el 1 de junio, día en que daba comienzo la temporada de subida al Fuji, se iniciaba también la época de acudir a los fujizuka, a los que todo el mundo presentaba sus respetos.

Takada Fuji, el fujizuka más antiguo de Edo, en el Libro ilustrado de recuerdos de Edo, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta. A día de hoy sigue estando en el santuario Mizu Inari (Nishi-Waseda, Shinjuku).
Takada Fuji, el fujizuka más antiguo de Edo, en el Libro ilustrado de recuerdos de Edo, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta. A día de hoy sigue estando en el santuario Mizu Inari (Nishi-Waseda, Shinjuku).

En Tokio se conservan aún varios fujizuka, entre los que destacan el Shinagawa Fuji, el Sendagaya Fuji y el Otowa Fuji, situados en los santuarios de Shinagawa y Hatomori Hachiman y en el templo Gokoku, respectivamente. La presencia de muchos de estos fujizuka en templos budistas y santuarios sintoístas es una prueba más de que se trataba de objetos de culto. Antes de volver a casa, la gente compraba mugiwaraja, unas serpientes de paja que, supuestamente, servían como amuleto contra las enfermedades infecciosas. Según se creía, colocarlas en los hogares garantizaba la protección de sus habitantes.

Mugiwaraja a los pies de un niño en Peregrinación al Fuji durante el Minazuki, propiedad del Museo Municipal de Adachi. El amuleto aparece marcado con un círculo rojo.
Mugiwaraja a los pies de un niño en Peregrinación al Fuji durante el Minazuki, propiedad del Museo Municipal de Adachi. El amuleto aparece marcado con un círculo rojo.

Los Festivales Tenka, unas celebraciones que afectaban al prestigio del shogunato de los Tokugawa

El sexto mes del año era también una época que se caracterizaba por los festivales de verano. Entre las celebraciones propias de esta temporada destacaban dos: el Festival Tennō, del santuario Kanda Myōjin —consagrado a la deidad protectora de Edo—, y el Festival Sannō Gongen, del santuario Hie. Ambos eran tan pomposos y espléndidos que se los conocía como Festivales Tenka (literalmente, Festivales del Estado). El motivo de esta denominación tiene su explicación en que, si una celebración representativa de Edo era inferior a las de Kioto, esto afectaba al prestigio de los Tokugawa. Por consiguiente, el shogunato subvencionaba los festejos, durante los cuales las carrozas dashi accedían al castillo de Edo por la puerta Hanzō y, una vez allí, el shōgun las inspeccionaba.

Según el calendario antiguo, el Festival Tennō se celebraba del 5 al 14 de junio, mientras que el Festival Sannō Gongen tenía lugar el día 15. El plato fuerte de ambos era una procesión de carrozas dashi y santuarios portátiles mikoshi decorados con adornos llamativos. En el Libro ilustrado de las costumbres de Edo a través del ukiyo-e, publicado por la editorial Kawade Shobō, se explica que los habitantes de Edo se afanaron en transformar estos festivales, que en sus orígenes eran celebraciones religiosas relacionadas con la agricultura y consagradas a deidades sintoístas, en una ocasión pomposa y ostentosa en la que el ser humano interactuaba con los dioses.

Celebrar estos dos Festivales de Estado todos los años suponía una carga económica enorme para el shogunato, de ahí que a partir del período Tenna (1681-1684) se decidiera alternarlos: un año se organizaba uno y el siguiente, el otro.

Procesión del Festival Tennō, del santuario Kanda Myōjin, en Programa del Festival de Kanda, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio. Aparecen carrozas dashi y santuarios portátiles mikoshi.
Procesión del Festival Tennō, del santuario Kanda Myōjin, en Programa del Festival de Kanda, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio. Aparecen carrozas dashi y santuarios portátiles mikoshi.

Doyō no Ushi no Hi no Unagi: la anguila del Día del Buey de verano

La costumbre de comer anguila el Día del Buey (Doyō no Ushi no Hi) de verano se asentó durante el período Edo (1603-1868). La gente consumía este pescado el Día del Buey del doyō de verano, período que corresponde a los 18 días previos al risshū (el comienzo del otoño). En la actualidad la campaña de venta de anguila con motivo del doyō estival empieza a finales de julio y termina a comienzos de agosto; dicho sea de paso, en 2024 el Día del Buey de verano se celebra el 24 de julio y el 5 de agosto. Sin embargo, según el calendario antiguo, el risshū cae a finales de junio, de ahí que se acostumbrara a tomarlo en este mes.

En Edo había muchos establecimientos que colocaban un cartel de propaganda de anguila al kabayaki. La edición de 1852 contenía más de 200 nombres.

Listado de 1852 en el que figuran muchos locales de Edo donde se podía tomar anguila en Clasificación de establecimientos que sirven anguila al kabayaki, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio. Al igual que en el sumo de la época, el primer puesto se denominaba ōzeki.
Listado de 1852 en el que figuran muchos locales de Edo donde se podía tomar anguila en Clasificación de establecimientos que sirven anguila al kabayaki, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio. Al igual que en el sumo de la época, el primer puesto se denominaba ōzeki.

Cabría esperar que todos los restaurantes tuvieran mucha clientela durante el Día del Buey; sin embargo, Daikokuya, el ōzeki de la zona occidental, y Kandagawa, que ocupaba el puesto de maegashira —también de categoría superior—, cerraban las puertas esa jornada. Podría decirse que la idea perversa de no abrir justo cuando más negocio harían pone de relieve el carácter testarudo propio de los habitantes de Edo. Además, en aquella época Ōwada, que en el listado figura como gyōji (en el sumo, el árbitro) del sector, se había convertido en una gran empresa que administraba una decena de establecimientos fundados por sus exempleados. Consecuentemente, cabe pensar que se trataba de una figura muy influyente en el mundo de la restauración.

Aunque hay quienes piensan que el inventor Hiraga Gennai fue el promotor del Día del Buey, no existen documentos que lo corroboren. Otras teorías dicen que fue Zenbei, propietario del famoso restaurante de anguila Harukiya (en la clasificación mencionada anteriormente aparece como maegashira oriental), o que se extendió gracias a un kyōka, un poema tanka de carácter cómico, compuesto por el escritor Ōta Nanpo, del período Tenmei (1781-1789). En cualquier caso, sigue sin saberse a ciencia cierta.

Nagoshinoharae: un ritual religioso cuyos orígenes se remontan al Kojiki (Crónicas de hechos antiguos)

El nagoshinoharae era un ritual religioso de purificación corporal que se llevaba a cabo el último día de junio, jornada en que ya había pasado la primera mitad del año. En los recintos de los santuarios sintoístas se colocaba el chinowa, un anillo hecho de Imperata cylindrica o de paja cuyo diámetro es similar al de la espalda de una persona. Según se creía, pasar por él servía para librarse de las desgracias de los primeros seis meses del año y purificar el cuerpo.

Dibujo de un chinowa en Cien vistas del monte Fuji, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.
Dibujo de un chinowa en Cien vistas del monte Fuji, propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.

Por otra parte, también había santuarios sintoístas que ofrecían katashiro. Estos muñecos de papel con forma humana representaban a la persona que los comprara. Esta tenía que escribir su nombre y edad en un katashiro y presentarlo como ofrenda en el santuario, donde los quemaban para rezar por la buena salud.

Según se cree, el nagoshinoharae tiene su origen en el ōharae, un ritual sintoísta de purificación que, según se relata en el Kojiki (Crónicas de hechos antiguos), llevó a cabo Izanagi, deidad fundadora de la nación, y que ha ido pasando de generación en generación desde la antigüedad.

Hay quienes creen que el término nagoshi (literalmente, paso del verano) se basa en otro nagoshi que, escrito con distintos caracteres, significa “armonía” y, por consiguiente, se refiere a la acción de apaciguar —verbo que en japonés también se escribe con el ideograma de “armonía”— la ira de los dioses enfurecidos. Por otra parte, en esta época es fácil que surjan conflictos debido al cambio de estación, de ahí que se piense que el término nagoshi hace referencia precisamente a la superación de dichos conflictos. En este caso, el término “conflicto” hace referencia a algo que altera la condición física debido al cambio de estación.

En cualquier caso, el nagoshinoharae es una costumbre que perdura en la actualidad: no son pocos los santuarios sintoístas que colocan un chinowa el 30 de junio.

Otros actos típicos de junio

Acto Fecha Explicación
Kajō 16 de junio Se comen unos dulces que primero se les han ofrecido a los dioses. En el castillo de Edo también lo hacían.
Hōzukiichi 23 y 24 de junio El santuario de Atago albergaba un mercado en el que se vendían tiestos con alquequenjes, supuestamente una planta medicinal.

Bibliografía

  • Libro ilustrado de las costumbres de Edo a través del ukiyo-e, supervisado por Satō Yōjin y editado por Fujiwara Chieko (editorial Kawade Shobō).
  • El Edo de Sarai: la vida de las clases populares de Edo mediante gráficos por ordenador (editorial Shōgakukan).

Imagen del encabezado: procesión del Festival Sannō Gongen, del santuario Hie, en Procesión del Festival del Santuario Hie, de la capital del Este, propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.

(Traducción al español del original en japonés)

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