Desmontando un coloso inestable

Hace unos pocos meses levantaron vallas alrededor de las que fueron las oficinas de la Banca de Crédito a Largo Plazo/Banco Shinsei (Chōgin, por su abreviatura en japonés), una torre de 130 metros de altura que se yergue a la izquierda del Nippon Press Center. La construcción del edificio finalizó en agosto de 1993, y su veinte cumpleaños será el último: la torre será demolida para hacer espacio a nuevas construcciones en nuestro vecindario.

Dado el tiempo que resulta necesario para planificar, diseñar y construir edificios de este tamaño, probablemente la torre fue concebida en plena burbuja económica, cerca del final de la década de 1980 en Japón. La burbuja se estaba deshinchando a paso acelerado cuando el Chōgin se trasladó a estas oficinas, y solo cinco años después la entidad sucumbió a una montaña de deudas incobrables. En octubre de 1998 el banco fue nacionalizado. En el año 2000 fue resucitado con el nombre de Banco Shinsei, después de su compra por parte de Ripplewood Holdings y otros inversores, convirtiéndose en el primer banco japonés en manos de capital extranjero. La entidad continuó sus operaciones en este edificio de curiosa estructura, situado al sur del Parque de Hibiya. El libro de Gillian Tett Saving the Sun cuenta de manera completa este periodo en la historia del banco.

Algunos analistas apuntaron desde el principio que el aspecto inestable del edificio era poco apropiado para un banco, que debería tener una estructura bien asentada dentro de la que se alcanzaran acuerdos financieros sólidos. Incluso algunos practicantes de Feng shui, la geomancia china, acudieron un día al edificio y aseguraron que una estructura tan extravagante, con atrios de cristal insertados bajo las plantas superiores del edificio, en voladizo, contribuiría al fracaso del Chōgin. Estas críticas fueron oídas de nuevo más tarde en la misma década, cuando el Banco Shinsei vio caer su cuenta de resultados después de que la crisis económica se extendiera de los Estados Unidos a las costas de Japón. 

El edificio del Chōgin, más grande en su cima que en su base.

El Banco Shinsei vendió el edificio por 118 mil millones de yenes en marzo de 2008 a Fujisawa Holdings, empresa apoyada por Morgan Stanley. El nuevo inquilino permaneció allí hasta finales del 2010, cuando se trasladó a unas oficinas más modestas en el distrito de Nihonbashi, en Tokio, algo que sin duda congratuló a los aficionados al Feng Shui. Desde entonces, el edificio ha estado prácticamente vacío. En diciembre de 2012 la torre cambió de dueño nuevamente por 51 mil millones de yenes, pasando a las manos de Kenedix, Tokyu Land Corporation y el Banco de Desarrollo de Japón. Y esto nos lleva al momento actual: el edificio será demolido (un trabajo cuya finalización está prevista para el verano de 2015), y en su lugar será construida una torre de 20 plantas (para abril de 2017).

Serán unos años algo ruidosos para los que estamos por la zona. Además, una investigación realizada a comienzos de 2013 confirmó que la estructura contiene asbestos, lo que hará de la demolición una tarea más difícil de lo habitual. No veremos una espectacular escena de demolición con explosivos, pero sería interesante presenciar algo novedoso, como el “edificio que se encoge”, un estilo de demolición ya practicado en Gran Prince Hotel Akasaka, no lejos de aquí.

(Traducción al español del original en inglés)