“Quiero conocer a más directores que puedan retratar a una mujer”

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Terajima Shinobu se ha convertido en una actriz internacional a raíz de haber ganado el Oso de Plata en el Festival Internacional de Cine de Berlín. La actriz nos cuenta sus sueños de cara a los escenarios internacionales, y cómo se abrieron sus ojos respecto al bache que sufre el mundo del cine japonés.

Terajima Shinobu TERAJIMA Shinobu

Actriz nacida en 1972. Su padre es el actor de kabuki Onoe Kikugorō VII, su madre la actriz Fuji Junko y su hermano el actor de kabuki Onoe Kikunosuke V: una familia compuesta por actores. Alentada por Taichi Kiwako, amiga de su padre, decidió ser actriz, y se unió a la Compañía Bungaku cuando aún era estudiante de la Universidad Aoyama Gakuin, en 1992. Tras abandonar la compañía en 1996, se dedicó a hacer teatro y series de televisión. En 2003 recibió el Premio a la Mejor Actriz en la 27 edición de los premios de la Academia Japonesa por su trabajo en las películas Akame shijūya taki shinjū misui (Akame 48 Waterfalls) y Vibrator. Además ha recibido más de diez premios, tanto en Japón como en el extranjero. En 2010 recibió el Premio a la Mejor Actriz por su actuación en la película Caterpillar, del director Wakamatsu Kōji, en el Festival Internacional de Cine de Berlín, uno de los tres más importantes del mundo, un reconocimiento que no llegaba a una japonesa desde hacía 35 años; las dos últimas actrices de Japón en obtener el premio fueron Hidari Sachiko en 1964 y Tanaka Kinuyo en 1975. En teatro recibió en 2008 el Premio a la Mejor Actuación en la sección dramática (de la región de Kantō) del 63 Festival Nacional de las Artes de la Agencia de Asuntos Culturales, por Shiseikatsu (“Vida privada”), representada en el Theatre Crea, así como otros diversos premios. En lo que a su vida privada se refiere, en 2007 se casó con el director artístico francés Laurent Ghnassia, afincado en Japón. El idioma que usa la pareja para comunicarse es el inglés, “el idioma con el que hablan los corazones”, al que ha denominado en ocasiones “shinglish” (un juego de palabras entre English y shin -corazón-). En 2012 dio a luz a su primer hijo.

ENTREVISTADOR Hacía 35 años que una japonesa no ganaba el Premio a la Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Berlín; ¿cree que ese premio la ha cambiado?

TERAJIMA No me parece haber cambiado. Desde el momento en que comencé a trabajar he podido hacer lo que me gusta, relativamente. En Japón recibí premios por mis papeles en Akame shijūya taki shinjū misui (Akame 48 Waterfalls) y Vibrator, y posteriormente el Oso de Plata por mi trabajo en Caterpillar, y gracias a ello tuve la tremenda suerte de conocer al director Wakamatsu Kōji. Es cierto que el mundo ya no me ve con los mismos ojos a raíz de ese premio. Enseguida empezaron a llegar llamadas de directores extranjeros. Pero al final todo se quedó solo en palabras, y no llegué a trabajar con ellos.

Una comedia sugerida por el productor de Emmanuelle

ENTREVISTADOR ¿Entonces ha recibido propuestas por parte de directores famosos? 

TERAJIMA Cuando fui a Francia tuve ocasión de conocer a un buen número de directores; todos ellos venían a hablarme y me decían que sí, que seguro, pero aunque los europeos hablen mucho no llegan a nada. Aunque sí hubo un caso en el que pensé que iba a lograrlo. El productor de Emmanuelle se tomó mucho interés en mí, e incluso llegué a recibir un guión. Pero no pudo reunir el dinero suficiente para realizarlo, lo cual fue una verdadera pena. Se trataba de una comedia. En Japón apenas me llegan comedias, y me alegré porque pensé que sería un desafío. El libreto era enteramente en francés, así que estudié y me esforcé mucho, pero...

Hace poco participé en un cortometraje de un director francés, de título Savage Night. Es un director joven, con muchas ganas. Esa es mi única experiencia real en obras extranjeras.

Hollywood no lo es todo

ENTREVISTADOR Tengo la impresión de que en el mundo del cine japonés también hay muchas personas cuyo objetivo último consiste en alcanzar Hollywood; sin embargo usted no me da en absoluto la impresión de tener ese objetivo.

TERAJIMA Nunca he tenido interés por las películas estadounidenses. Cuando era estudiante de instituto solo iba al mini theater (cine pequeño, de corte no comercial, que proyecta principalmente películas de autor). Más que los finales que llegan con bombo y platillo me gustan las películas que te dejan pensando y son difíciles de entender. No creo que hacer un papel pequeño en Hollywood sea algo impresionante, aunque si se trata de un buen guión, por supuesto, quiero participar. Pero tratándose de alguien como Watanabe Ken sí es algo impresionante, claro. Quizá la cumbre del cine esté en los Óscars de Hollywood, pero no para mí. Y siempre he pensado así. Si se trata de un papel que me interesa, y es algo que solo yo puedo hacer, entonces quiero intentarlo, sea del país que sea.

El cine japonés no llega al nivel del coreano y el chino

ENTREVISTADOR Usted ha interpretado todo tipo de personajes; en Caterpillar, Sennen no yuraku (“El placer de los mil años”), Vibrator. En Caterpillar dio vida a una mujer acorralada por una inimaginable vida en pareja, en tiempos de guerra. ¿Hay algo especial que haya sentido, o alguna conclusión que saque sobre Japón como país, tras haber interpretado a mujeres de vidas tan diferentes en periodos tan distintos?

TERAJIMA Precisamente por haber nacido en Japón quiero dar a conocer el cine japonés en el extranjero, como parte de la cultura japonesa. Si tuviera que hacer un papel en el extranjero por el que se pensara que coreanos, chinos y japoneses somos iguales, preferiría quedarme en Japón, para que se reconociera nuestro cine en el mundo. Así era en la época de directores como Kurosawa Akira o Mizoguchi Kenji. Pero si me preguntan ahora qué es el cine japonés creo que tendría problemas para contestar. En China hay mucho dinero, así que pueden realizar superproducciones; en Corea hacen brutales dramas humanos. ¿Y qué hacemos en Japón? Aunque es cierto que en el mundo de Ozu Yasujirō la belleza de Japón se encuentra precisamente en esa sensación pacífica que nos trae la monotonía, ¿no?. Por eso, como japonesa, me alegré mucho cuando le dieron el premio en Cannes a Koreeda Hirokazu el año pasado. También me gustaría trabajar con directoras como Kawase Naomi, que tienen buena reputación en el extranjero.

ENTREVISTADOR Se me antoja que el cine japonés es minimalista en sus temas, cercano a la novela, y por eso es dificil que sus películas se conviertan en éxitos a nivel mundial.

TERAJIMA Creo que en lo sucesivo tengo que esforzarme también como actriz japonesa, y por ello trato de buscar la forma de que mi trabajo sea más interesante. El cine japonés está lleno de historias de veinteañeros; me parece algo realmente triste.

Muy pocos directores que prefieran mujeres

ENTREVISTADOR Me da la impresión de que antes había muchas grandes actrices de cierta edad.

TERAJIMA En Europa no importa cuántos años tenga una; siempre hay guiones para cada edad. ¿Por qué en Japón ya no pasa eso? El mercado ejerce una gran presión hacia los papeles de veinteañeros. Además hay pocos directores que quieran rodar con mujeres. Por eso hay pocas películas con protagonistas femeninas. Como las obras de Naruse Mikio, que siempre quería rodar con mujeres, o como Itami Jūzō. La razón por la que quise hacer Caterpillar fue porque pensé que podría mostrar muchas facetas de la fuerza de las japonesas, dado que se trataba de una película en la que trabajaban principalmente actrices. Hay muchos directores que dicen que no pueden rodar, cuando una actriz se siente cohibida, que solo ruedan con mujeres que muestran su lado más mono y superficial. Pero no he vuelto a encontrarme a otro director como Hiroki Ryūichi, autor de Vibrator, que sabe captar el lado más erótico de las mujeres, alguien a quien está claro que le gustan. Wakamatsu es harina de otro costal; es un auténtico maestro. Pero aunque he encontrado algunas películas capaces de retratar a una mujer, muchas veces, cuando leo guiones, pienso: “¿Pero qué es esta superficialidad?” Aunque claro, es tarea de las actrices repararla.

ENTREVISTADOR La industria japonesa del cine se encuentra en ese estado crítico, y lleva en él bastante tiempo. ¿Esto no puede cambiar?

TERAJIMA Yo tengo muchas esperanzas puestas en la nueva generación de directores. Por eso intento ver obras de gente joven, sin perderme ninguna. Está, por ejemplo, Sakamoto Ayumi, que ganó el Gran Premio en la sección asiática del Festival Internacional de Cine de Tokio el año pasado. Aunque a primera vista parece una chica normal y corriente, sus películas son muy complicadas. Refleja muy bien las diversas facetas del ser humano; al ver su obra me emocioné pensando: “¡Vaya! Hay personas así”. Las actrices empiezan por hacer los papeles que se les presentan; pero nosotras también debemos rebuscar un poco, y decidir con quién queremos trabajar. Cuando pienso en el cine de Japón y en su cultura me reafirmo en mis deseos de seguir mejorando cada vez más.

Mis ojos se abrieron gracias a estar casada con un extranjero

ENTREVISTADOR ¿Qué influencia ha tenido en usted el haberse casado con Laurent Ghnassia? 

TERAJIMA Se me abrieron los ojos. Había infinidad de cosas que yo desconocía, comparada con él, como artista y como director. Laurent también trabajaba como productor del Festival de Cine de Marsella, y gracias a él he podido conocer a todo tipo de personas.

ENTREVISTADOR ¿Cree que se ha vuelto más internacional?

TERAJIMA Una carrera en el extranjero no es algo que yo ansíe. Dado que ya vivo en contacto con los extranjeros creo que en todos los países se trabaja igual, y no tengo la sensación de haber avanzado por haber trabajado fuera. Me hallo constantemente en un ambiente en el que tengo claro que no puedo dejarme afectar por el hecho de estar tratando con extranjeros.

ENTREVISTADOR ¿Al principio había diferencias?

TERAJIMA Claro. Yo nací en un lugar muy tradicional de Japón y desde siempre me ha encantado mi país, pero al estar con Laurent he aprendido a apreciarlo aún más. Al escuchar noticias sobre problemas internacionales de alguien tan cercano me pregunto cómo podía ser tan ignorante hasta que me casé. Muchas veces pienso que Japón es un país pacífico, pese a todo lo que ocurre en el mundo. Y esa forma de verlo no ha hecho más que ampliarse. Creo que aún debo aprender mucho.

ENTREVISTADOR ¿En qué idioma hablan en casa ahora?

TERAJIMA En inglés. Por supuesto sigo estudiando francés, el idioma en el que Laurent le habla a nuestro hijo. Yo le hablo al niño en japonés, y así Laurent también ha mejorado mucho su nivel.

El rodaje del corto francés fue una “lucha interesante”

ENTREVISTADOR Savage Night es su primera película francesa, ¿no?

TERAJIMA Los diálogos eran en japonés, pero tanto el director como el productor eran franceses. Fue estupendo porque se trataba de un ambiente en el que podía decir lo que pensaba. En Japón el sistema está muy ordenado y no hay lugar para quejas, ni nadie está acostumbrado a que le digan las cosas directamente. No se puede decir que el equipo francés tuviera todavía mucha experiencia, y a veces las partes en las que yo ponía un especial cuidado las cortaba el director porque decía que no se iban a ver. Yo le replicaba: “El que decide reparar lo que no se va a ver es el actor; no puede ser que no entiendan eso”.

ENTREVISTADOR ¿En francés?

TERAJIMA Sí. Pensé que, si quería, podía (risas). Cuando me enfado o quiero ser directa, el francés me sale muy fluido. Ha sido estupendo poder comprobar como podía expresarme también en un ambiente de habla francesa.

ENTREVISTADOR Será estupendo ver el resultado. Parece que sí ha cambiado, realmente.

TERAJIMA Después de casarme empecé a perderle el miedo a los escenarios extranjeros. Antes, incluso con una peluca rubia y un nombre extranjero se notaba que algo no estaba bien. Pero al estar con Laurent he aprendido a parecer extranjera en mis gestos, a mover mucho las manos. El hecho de haberme casado con un extranjero me ha proporcionado una influencia mejor de lo que esperaba, también en lo profesional; ahora, incluso con mi pelo moreno, puedo convertirme en extranjera por completo.

ENTREVISTADOR Como hija de un actor de kabuki y una famosa actriz, ¿no le dijeron que debía casarse con un japonés?

TERAJIMA Para nada. Aunque imagino que mis padres se preocuparían mucho. Pero en cuanto conocieron a Laurent todo fue bien. De haberse tratado de un marido japonés, fuera de la familia que fuera, creo que no me habría independizado de los Terajima. Cuando una se casa con un francés el sentido común se flexibiliza. El umbral de las cosas que para los japoneses son de sentido común se rebaja de pronto, e incluso cuando él no puede comprender se le disculpa. Hay veces en que se enfadan, pero con la excusa de que “es que es francés” mis padres se acercan para enseñarle. Por eso me da la impresión de que mi matrimonio es algo por lo que debo estar agradecida.

ENTREVISTADOR ¿Cambió la relación con su familia a raíz del matrimonio?

TERAJIMA Desde un principio a mí me dejaban hacer bastante lo que quería; lo importante en mi casa era la carrera de mi hermano como actor de kabuki. Mis padres dicen que nos criaron en igualdad, pero lo cierto es que tengo la fuerte impresión de que a mi hermano lo mimaron mucho. La diferencia entre lo que piensan los padres y lo que piensan los hijos es algo que se hizo evidente para mí cuando fui madre. Mi hijo comprende con facilidad que voy a salir a algún sitio cuando me ve maquillarme. Visto desde esa aguda sensibilidad casi animal de los niños, creo que yo crecí con un enorme complejo. Aunque lo cierto es que ya lo tengo superado.

“Me siento satisfecha por ser madre y tener una familia”

ENTREVISTADOR ¿A qué complejo se refiere?

TERAJIMA Siempre estaba pensando que algún día quería independizarme, y demostrarles que me estaba ganando la vida como actriz. Pero ahora me siento más tranquila. Mi esposo, mi hijo y yo somos una familia, y hablamos con los Terajima como tal. Es algo que me da mucha satisfacción.

ENTREVISTADOR Es decir, que ya no es la dinámica de hablar con papá y mamá.

TERAJIMA Eso es; los hijos nunca dejan de ser hijos, para los padres. En mi caso, el hecho de tener mi propio hijo ha hecho que me lleve mucho mejor con los Terajima; todos somos padres. Y como a mi hijo le gusta el kabuki, mis padres no caben en sí de gozo. El hijo de mi hermano (Onoe Kikunosuke) tendrá que dedicarse al kabuki, pero en el caso de mi hijo es suficiente con que lo haga mientras le guste.

ENTREVISTADOR Para terminar, parece que últimamente se están tomando medidas para la promoción de las mujeres japonesas; ¿qué opina al respecto?

TERAJIMA Al final, en Japón se da por supuesto que los hombres siguen teniendo más fuerza. Esta idea en sí misma es machismo. Hace poco hubo un caso de acoso sexual en el Parlamento de Tokio (algunos de los presentes abuchearon e insultaron a Shiomura Ayaka, preguntándole si acaso no podía tener hijos, cuando hizo una pregunta sobre el descenso demográfico de Japón); una mujer tiene que ser capaz de decir “¿Y qué quiere decir usted con eso?”. Más que lograr disculpas y hacerse la víctima, hay que poder contraatacar y preguntar “¿Qué ha dicho?” sin miedo. Si no surgen más mujeres así de fuertes, Japón no va a cambiar. 

(Entrevista realizada el 18 de julio de 2014, y traducida al español del original en japonés. Coordinador de la entrevista: Yata Yumiko; imágenes: Igarashi Kazuharu. Estilista: Abe Natsuko (KiKi inc.). Peinado: Matsui Rika (A.K.A.). Vestuario: ENFOLD)

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