Amari Yōichirō, maestro fabricante de marionetas de ‘bunraku’ y ‘ningyōjōruri’

Sociedad Cultura

Amari Yōichirō, de 70 años, es un maestro fabricante de cabezas de marionetas para bunraku y ningyōjōruri, dos tipos de teatro japonés que se encuentran en vías de extinción; desde el taller de su Tokushima natal, en Shikoku, lucha en solitario por preservar estas tradiciones. Según parece, solo quedan en esa prefectura tres o cuatro profesionales de este arte. Amari nos habla de la difícil situación en la que se encuentra.

Amari Yōichirō AMARI Yōichirō

Se conoce por el sobrenombre de Ningyōyō; sus marionetas se utilizan en el Teatro Nacional de Bunraku.
Es un maestro de renombre, afincado en la ciudad de Tokushima.Nació en la prefectura de Tokushima en 1945.
En 1974 comenzó a aprender el oficio con el maestro Tamura Tsuneo.
En 1984 entró en la Asociación de Preservación de Cabezas de Marionetas para Ningyōjōruri de Awa como instructor.
En 2006 fue elegido “artesano de Awa” por la excelencia de su trabajo en la prefectura de Tokushima.
En 2007 fue elegido vicepresidente de la Asociación de Fabricantes de Marionetas de Awa.
En 2009 fue nombrado director de la Fundación para la Promoción del Ningyōōruri de Awa

El ningyōjōruri y el bunraku, en peligro

Se dice que el teatro de marionetas comenzó entre el periodo Azuchi-Momoyama (1568-1603) y el principio del periodo Edo (1603-1868). En el periodo Edo se convirtió en una forma popular de entretenimiento, y dio lugar a famosas obras, como Keisei Awa no Naruto, en la región de Awa (parte de la actual prefectura de Tokushima).

La obra Keisei Awa no Naruto, teatro de marionetas ningyōjōruri.

Imagen de Oyumi / Otsuru erigida en la Mansión Prefectural Awa Jūrobē

Se dice que el ningyōjōruri lo iniciaron originalmente los agricultores de Awa, que habían aprendido una variedad de teatro de marionetas muy popular en la isla de Awaji (en la prefectura de Hyōgo). A mediados del periodo Edo Awa rivalizaba en este género con Awaji, en la que existían unos 40 teatros. En particular, en Awa se llegaron a establecer hasta 300 teatros rurales. Sin embargo, junto con el bunraku, es una forma de entretenimiento que fue perdiendo popularidad entre mediados de la era Taishō (1912-1926) y la era Shōwa (1926-1989) con la aparición de otras más modernas, como el cine, el manzai o el rakugo (ambas formas de comedia oral). La llegada de la Segunda Guerra Mundial obligó a la mayor parte de los teatros de marionetas a cerrar.

Así pues, decidimos visitar a Amari Yōichirō, maestro artesano de cabezas de marioneta que continúa con las técnicas tradicionales, para preguntarle sobre la difícil situación actual y el futuro de este arte.

Solo quedan tres o cuatro artesanos con experiencia

ENTREVISTADOR ¿Cuántos años lleva fabricando cabezas de marioneta?

AMARI YŌICHIR

Ō Unos cuarenta años. Cuando era pequeño me regalaron un cuchillo plegable llamado Higonokami; a medida que aprendí a usarlo fui fabricando muñecas Hakata (típicas de Fukuoka, una parte de la cual se llamaba antiguamente Hakata) y estanterías para vino. Profesionalmente, comencé a aprender el oficio de las marionetas porque el maestro del teatro que había cerca de mi casa se fue; entrené durante unos cinco años con un profesor. Hoy día la Asociación de Fabricantes de marionetas de Awa apenas cuenta con cuarenta miembros, y la mayoría son aficionados. Solo hay tres o cuatro personas con años de experiencia.

ENTREVISTADOR Usted fabrica tanto para ningyōjōruri como para bunraku; ¿cuál es la diferencia?

AMARI No es algo fácil de explicar. Las cabezas del  ningyōjōruri son más grandes que las del bunraku. En principio eran iguales, pero el bunraku nació en la ciudad, mientras que el ningyōjōruri es de zonas rurales.

Las cabezas de jōruri, más grandes que las del bunraku

ENTREVISTADOR ¿Hay algún motivo por el que unas cabezas son más grandes que otras?

AMARI Las del bunraku llegaron desde Awaji, y se consideran de tamaño medio. Las de Awa se usaban en zonas rurales para espectáculos por la tarde y noche, y dado que eran iluminadas por medio de faroles y velas resultaban difíciles de ver en la oscuridad. El principal motivo por el que se empezaron a hacer más grandes era para que se vieran desde lejos.

Marionetas para ningyōjōruri (izquierda) y para bunraku (derecha)

ENTREVISTADOR ¿Cuántas cabezas ha fabricado hasta ahora?

AMARI La fabricación de las cabezas está supeditada al clima. Si hay una humedad de más del 60 % no se pueden pintar, porque aparecen grietas. Tardo cerca de un mes en fabricar una; creo que hasta el momento habré fabricado unas 150. Pero solo ha habido una o dos con las que haya quedado realmente satisfecho.

Durante las representaciones de bunraku a veces las cabezas se manchan, y es necesario volver a pintarlas o aplicar una delgada capa de pintura extra. Las cabezas del ningyōjōruri de Awa, si no reciben golpes ni se caen, pueden aguantar sin aplicar más pintura hasta 30 o 40 años. Se fabrican con madera de ciprés hinoki de Owari (en la actual prefectura de Aichi) o de Kiso (en la prefectura de Nagano). Hoy día aún se usa el ciprés de Kiso para las cabezas de bunraku, pero como las de Awa son más grandes se usa madera de paulonia imperial para que resulten más ligeras. Nosotros utilizamos madera de Aizu, en la prefectura de Fukushima.

“Es difícil lograr la expresión de las cabezas femeninas”

ENTREVISTADOR ¿Existen diferencias entre la fabricación de cabezas de hombre y de mujer?

AMARI Las de hombre son más fáciles de tallar. Las de mujer tienen forma de huevo. Lograr darles expresión con esa forma suave no es fácil. Creo que he hecho más cabezas masculinas. Las de mujer se suelen llevar de un sitio a otro.

Lo complicado es, definitivamente, su expresión. Cómo se ajustan al papel que representarán. El sentimiento lo introducirán quienes manejan la marioneta.

ENTREVISTADOR Las cabezas de bunraku tienen menos brillo, ¿no es cierto?

AMARI El bunraku está bien iluminado; si se genera un halo de luz, parece que la marioneta está sudando. Por eso se elimina el brillo. Por el contrario, en Tokushima se hacen cabezas con un acabado brillante; por eso en el ningyōjōruri las marionetas parecen más vivas.

Cabezas de Oyumi (izquierda), y de Otsuru (derecha), personajes de Keisei Awa no Naruto.

350.000 yenes por cabeza; con pelo, un millón

ENTREVISTADOR ¿Y cuánto cuesta una cabeza?

AMARI Esta, de ningyōjōruri, costará unos 350.000 yenes. Las de bunraku llegan a los 600.000. Aunque, en realidad, esta la entrego así, sin pelo, y cuando el peluquero añada el cabello llegará hasta los 800.000 o el millón de yenes.

ENTREVISTADOR ¿Es cierto que utilizan barbas de ballena para los mecanismos con los que se mueve la marioneta?

Para mover la marioneta se emplean barbas de ballena (parte central).

AMARI Lo cierto es que es mejor usar barbas de ballena franca del Pacífico Norte, pero resultan imposibles de conseguir. Las barbas de ballena no dejan de ser proteínas, y son vulnerables a los insectos. Si no sufren daños, pueden llegar a funcionar durante 30 o 40 años.

ENTREVISTADOR Se dice que el buen artesano es un buen afilador.

AMARI La clave está en el cincel, sí, así que fabrico todos los cinceles a mano. Si el afilado no es bueno, el cincel no corta bien. Compramos las piedras de afilar de Kameoka, en Kioto. Ese tipo de piedras, naturales, son escasas hoy día. Empezamos a tallar los detalles una vez terminada la forma completa de la cabeza, y por último pasamos a las orejas.

Kuidaore, de Osaka, también pide marionetas

ENTREVISTADOR Ha fabricado muchas cabezas de época, pero hay una diferente. ¿Qué es?

AMARI Era para Kuidaore, una empresa de Osaka que me pidió que fabricara una cabeza para ellos. Tardé bastante en hacerla. El actor de bunraku Kiritake Kanjurō utilizó la fachada de Kuidaore para actuar, y por eso la marioneta está expuesta como decoración en la entrada del Teatro de Bunraku de Osaka.

ENTREVISTADOR ¿Hay alguna anécdota que quiera dejarnos de sus años en el trabajo?

AMARI Lo que más se me ha grabado en la memoria es el tiempo que dediqué a fabricar una marioneta para la localidad de Nose, Osaka. El actor de bunraku Kanjurō vino a visitarme al taller, y la probó un poco. En aquel momento se me puso la piel de gallina, y creo que incluso me tembló todo el cuerpo.

ENTREVISTADOR ¿Le parecía viva?

AMARI Plenamente. Fue algo increíble. Pensé que en eso consistía ser profesional; ese era el tipo de artesano en el que quería convertirme. Es algo que nunca olvidaré.

Kiyohime, la expresión del terror femenino

AMARI Hace tiempo vino el actor Kondō Masaomi, y al ver esta cabeza se sintió impresionado. Se trata de Kiyohime, de la obra Anchin Kiyohime. Kiyohime es traicionada por Anchin, un monje del que se ha enamorado, y se transforma en serpiente para perseguirlo por el río Hidakagawa. En ese punto de la historia, la cabeza también se transforma en esta otra. Las mujeres pueden ser aterradoras, si cambian de este modo.

ENTREVISTADOR Cuando toma su aspecto original tiene un semblante pacífico.

AMARI Para conseguir el efecto hay que hacerla hermosa. Al tallarla así, cuando se transforma da más miedo.

La tranformación de Kiyohime, de la leyenda de Anchin Kiyohime

Pedidos de un grupo de investigación de la Universidad Keio y la de Tokio

ENTREVISTADOR ¿Hay gente no profesional que le ha pedido que fabrique una marioneta con su rostro?

AMARI La verdad es que no. Pero en lo que a pedidos extraños se refiere, un profesor de un grupo de investigación conjunta entre la Universidad Keio y la de Tokio vino a pedirme una marioneta. Querían colocar siete sensores en su interior; en la cabeza, en el cuello y las manos, en la ropa… Cuando le pregunté el motivo, me dijo que al ver una actuación de bunraku se habían dado cuenta de que las marionetas muestran más expresiones que un humano, y querían medirlas. Las expresiones, los movimientos del cuerpo y las manos, etcétera. Y que pensaban poder utilizar los datos para fabricar robots. Pensar que una técnica con más de cuatrocientos años de antigüedad pueda tener influencia en la tecnología punta de hoy día…

ENTREVISTADOR ¿Qué le gustaría transmitir a los extranjeros?

AMARI Los extranjeros muestran mucho interés. El teatro de marionetas japonés es el mejor del mundo; no hay otro con movimientos tan sutiles. Y esto es porque el teatro de marionetas de otros países está orientado a los niños. Cuando se representan obras como Keisei Awa no Naruto siempre hay gente que llora. Y al sumergirse en la historia los embarga la emoción. Eso es lo que quiero que sientan los extranjeros.

(Entrevista realizada por el comité editorial de nippon.com a Amari Yōichirō en su taller de Tokushima.)

Colaboran: Asociación Turística de la Prefectura de Tokushima
Mansión Prefectural Awa Jūrobē, Tokushima
Imágenes: Nakano Haruo
Edición del vídeo: Ōtani Kiyohide
Texto: Harano Jōji

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