La voz del cine mudo en Japón: entrevista con la ‘benshi’ Sawato Midori

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Sawato Midori lleva medio siglo ejerciendo como katsudō benshi. A lo largo de su trayectoria ha interpretado cientos de películas mudas en Japón y el resto del mundo. En esta entrevista nos cuenta cómo descubrió este mundo y los entresijos de esta profesión centenaria, inseparable de la historia del cine mudo en Japón y que reivindica un espacio en el siglo XXI.

Sawato Midori SAWATO Midori

Natural de Tokio. Se licencia en Filosofía en la Facultad de Letras de la Universidad Hosei. Debuta como katsudō benshi bajo la tutela de Matsuda Shunsui en 1973. Actúa por primera vez como katsuben en el extranjero en el Festival de Aviñón en 1988. Desde entonces ha sido invitada a numerosos festivales en países de Europa, Norteamérica y Sudamérica. En 1990 es galardonada con el Premio del Japan Film Pen Club. En 1995 recibe el premio Golden Glory de la Organización de Premios de Críticos Cinematográficos de Japón. En el 2000 es reconocida con el 21.º Premio Especial de la Asociación Cultural Yamaji Fumiko. En 2002 recibe el Premio al Desempeño Destacado en el campo de las artes escénicas del Festival de las Artes de la Agencia para Asuntos Culturales del Gobierno de Japón. En 2010 recibe la distinción de “Maestra del Sonido” (Oto no Takumi) de la Asociación de Audio de Japón. Es autora del libro Katsudō Benshi Sekai wo Kakeru (2002, Tokyo Shinbun Shuppankyoku).

Grandes estrellas de la era del cine mudo

La historia del cine mudo en Japón es inseparable de la de los katsudō benshi (profesión conocida también por las abreviaturas katsuben o benshi). Dicen que su época de máximo esplendor, llegaron a haber entre 7.000 y 8.000 de estos narradores en todo el país. La industria incluso llegó a estar subordinada a estos profesionales, aunque su época de esplendor llegó a su fin con la irrupción del cine sonoro en 1927.

Algunos, no obstante, lucharon contra el olvido y preservaron este arte, que el gremio considera una tradición escénica más del país. No en vano su trabajo es muy distinto al de los actores de doblaje. “Los katsuben moldean toda una historia y, además de interpretar los diálogos, explican su trasfondo”, explica Sawato Midori, con la que tuvimos la oportunida de hablar.

El 29 de diciembre de 2023, nippon.com asistió a una de sus actuaciones, concretamente a una sesión doble que abrió con el cortometraje de Buster Keaton El chivo (The Goat, 1921) y tuvo como plato fuerte el filme El séptimo cielo (7th Heaven, 1927), el clásico de Frank Borzage que ganó tres estatuillas (mejor director, mejor actriz y mejor guion) en la primera ceremonia de los Óscars de la historia.

A la hora señalada, Sawato Midori aparece en el escenario, donde le espera un atril con una pequeña lámpara clásica. Allí tiene el guion que ella misma ha escrito para narrar la película e interpretar los diálogos. Le acompañan unos músicos que añadirán la banda sonora en directo. Después de hacer una breve introducción sobre el filme que se va a proyectar, la sala se oscurece, salvo por la pequeña lámpara de la benshi. La voz de Sawato Midori, acompañada por la música, inunda el espacio. Su voz se transforma con cada personaje, y a veces parece que fueran varias personas las que están narrando la película.

Una profesión que surge en la corriente de las artes escénicas japonesas

La figura del katsuben surgió en Japón tan pronto como llegaron los primeros cinematógrafos al país, a finales del siglo XIX. Las primeras proyecciones eran espectáculos que duraban hasta dos y tres horas y en los que numerosos profesionales se encargaban de entretener a la audiencia. Su figura ocupó un lugar central en estos espectáculos, pues eran los encargados de explicar cada uno de los detalles de las imágenes que se proyectaban e incluso ofrecían detalles sobre el mismo cinematógrafo, una novedad por aquel entonces.

Para Sawato Midori, la aparición de los katsuben está directamente ligada a la larga tradición teatral del país. “Desde la antigüedad existen artes como el ningyō joruri y el bunraku, o incluso el kabuki, en las que una persona explica lo que se está representando en el escenario acompañada de la música de un shamisen y otros instrumentos. Los katsudō benshi aparecen dentro de esta corriente cultural”.

Sawato Midori durante una entrevista con nippon.com.
Sawato Midori durante una entrevista con nippon.com.

El primer katsuben aparece en Japón en 1896. “Se introdujo algo foráneo (el cine mudo procedente del extranjero) aquí, donde existía esta tradición. Surgió la necesidad de explicar lo que se estaba proyectando y de hacer esas explicaciones divertidas. Es decir, la combinación de la necesidad y el entrenimiento (que en la tradición narrativa japonesa cristalizan en la palabra goraku) dio como fruto la aparición de los katsudō benshi.”

Era una labor parecida a la del compère que surgió en Francia en los albores del cine, con la salvedad de que los katsuben se convertirán en las grandes estrellas de la era del cine mudo. No obstante, dicha era había concluido hacía décadas cuando Sawato Midori nació.

Nacida para narrar historias

¿Por qué decidió dedicarse a una profesión que muchos daban por extinta? Escuchando su historia, descubrimos una temprana fascinación con el cine.

Su abuelo y su padre eran grandes amantes de la lectura, algo que tuvo una fuerte influencia en ella. A una temprana edad descubrió su pasión por la narración, y entre otras aficiones cultivó la de contar historias a sus amigos. Su familia la llevaba a menudo al teatro, e incluso perteneció al club de artes escénicas durante sus años en la enseñanza secundaria y preparatoria. Como es natural, de ahí surgió también su amor por el cine.

“Solía ver las películas de la productora Tōei, que hacía filmes de época protagonizados por estrellas como Nakamura Kinnosuke o Misora Hibari. Además, durante las vacaciones de verano se proyectaban películas en una pantalla enorme que había en el patio del colegio. Allí fue donde vi por primera vez la película Genbaku no ko (Los niños de Hiroshima), del director Shindō Kaneto, que me impactó mucho”, nos cuenta.

Sawato recuerda también un programa de cine en el canal Fuji TV llamado Terebi Meigaza en el que descubrió el cine europeo: “Era cine de antes de la guerra hecho en Francia, como el de Marcel Carné, Julien Duvivier o René Clair, o películas italianas de Vittorio de Sica, entre otros directores de la época del blanco y negro. ¡Me encantaba el cine europeo de los años 30!”

“Mi afición al cine comenzó con las películas japonesas, pero en mi adolescencia lo que más me influyó fueron las películas europeas que vi en la televisión. Me sentía muy atraída por la forma en la que se retrataba la vida en Europa y además las actrices eran muy hermosas.” Sawato Midori se refiere a Edwige Feuillere, Michèle Morgan o Marie Bell. “Muchas de las cosas que me gustaban estaban concentradas en el cine europeo, y eso me maravillaba.”

El 29 de diciembre de 2023 Sawato Midori actuó en el Kinokuniya Hall ante una numerosa audiencia.
El 29 de diciembre de 2023 Sawato Midori actuó en el Kinokuniya Hall ante una sala al completo.

Su encuentro con el katsuben Matsuda Shunsui

Un día sus ojos se cruzaron con el anuncio de la proyección de la película muda Taki no Shiraito (The Water Magician, 1933), del director Mizoguchi Kenji.

“La película era una adaptación de una novela de Izumi Kyōka, y acudí muy interesada por saber cómo se había llevado a la gran pantalla esa historia. Cuando me senté en la butaca vi al katsuben a la izquierda de la pantalla y a los músicos a la derecha. Esta fue la primera vez que asistí a una proyección acompañada de un katsuben y de músicos.”

El filme se convirtió entonces en la película muda favorita de Sawato Midori y hoy es ella la encargada de narrarla en la mayoría de actos en los que se proyecta. La escena final del filme le causó una gran impresión: “En el juicio del final del filme vemos a la heroína, que ha cometido un crimen para su amado. Sin embargo, es él quien termina juzgándola. Es irónico, porque lo hizo todo por la persona que amaba, y ahora es juzgada por esa misma persona. Los ojos con los que mira al fiscal son increíbles: transmiten que ella está preparada para morir, pero que le arrastrará a él también al mundo de la muerte. Por eso esta película me pareció impresionante.”

El legendario katsuben Matsuda Shunsui, mentor de Sawato Midori. (Por cortesía de Matsuda Film Productions)
El legendario katsuben Matsuda Shunsui, mentor de Sawato Midori. (Por cortesía de Matsuda Film Productions)

La primera vez que Sawato vio esta película muda, el famoso katsuben Matsuda Shunsui estaba a cargo de la narración. “Quedé abrumada por sus delicadas expresiones y la potencia de su voz, por cómo incluía palabras que manifestaban la psicología del ser humano, de la mujer y del hombre, y por la descripción de las escenas entre líneas. Esos tres elementos: la imagen, la música y la narración, me cautivaron. Allí decidí convertirme en alumna de Matsuda.”

Matsuda Shunsui, recordado como el “último katsuben de la era del cine mudo”, nació en 1925, tan solo dos años antes del estreno en los Estados Unidos de la película que inauguraría la era del cine sonoro, The Jazz Singer (1927). Con tan solo seis años debutó como katsuben ayudando a narrar melodramas de la productora Nikkatsu, una actividad que continuó durante toda su vida y que compaginó después de la guerra con la colección y la preservación del cine mudo japonés. Con este propósito fundó en 1952 la empresa Matsuda Eigasha (Matsuda Film Productions), donde hoy Sawato Midori y otros katsuben continúan su legado. Ella adoptaría de hecho su nombre artístico de su maestro: el carácter kanji de “Midori” es el mismo carácter con el que se escribe el “Sui” del nombre artístico de Matsuda “Shunsui”.

Sawato no solo quedó fascinada por la interpretación de Matsuda, sino también por su personalidad. Define a su maestro primero con una palabra: edokko, un término que hace referencia a las personas que nacieron cuando Tokio aún se llamaba Edo, pero que también describe a aquellas personas realmente autóctonas de la capital e imbuídas de su cultura. “Era una persona criada en Tokio con un corazón muy cándido. Esto se reflejaba en su forma de hablar, y en el buen ritmo y la cercanía con la que narraba los dramas históricos, con el tono familiar de un edokko”, nos cuenta.

Ella describe la forma de narrar de su maestro como “muy musical, con altos y bajos” y su voz como “de acero”, fruto largos años de trabajo. Una de sus principales preocupaciones como aprendiza de katsuben fue, precisamente, cómo entrenar la voz.

Sawato Midori junto a Matsuda Shunsui, en los inicios de su carrera como katsuben. (Por cortesía de Matsuda Film Productions)
Sawato Midori junto a Matsuda Shunsui, en los inicios de su carrera como katsuben. (Por cortesía de Matsuda Film Productions)

El duro camino hacia el escenario

Sawato rememora los duros comienzos en la profesión bajo la tutela de Matsuda. Comenzó a curtirse en este mundo narrando cortometrajes famosos como The Rink (en español conocida como Charlot, héroe del patín o Charlot, patinador) antes de las actuaciones de Matsuda, una tarea que repitió una y otra vez hasta que comenzó a desarrollar su propia personalidad al hablar. Pero solo con saber hablar ante el público no es suficiente.

“Para poder narrar un largometraje como lo hacía mi profesor es imprescindible conocer muy bien la obra. No basta con que te guste, para entenderla tienes que investigar sobre el trasfondo, el director, los actores y otras cosas. Me preocupaba mucho no saber bien cómo debía investigar”.

Además estaba el reto de escribir sus propios guiones originales para la narración, una tarea para la que hacía falta una buena memoria. Hablamos de 1973, una época en la que todavía no se había desarrollado el vídeo. Sawato nos explica cómo era el complicado proceso de escritura en sus inicios.

“Primero había que ver la película, solo que entonces no existía una tecnología que te permitiera verla repetidas veces. No existía el vídeo, así que era el profesor el que proyectaba las películas en su casa unas tres veces seguidas”. Sawato explica que el filme de 16 milímetros que utilizaba Matsuda se estropeaba si se proyectaba muchas veces, así que ni siquiera podía visionar la misma película diez veces para preparar su guion. “Lo que hacía era tomar notas y escribir el guion al volver a casa. Luego volvía a casa del profesor, que proyectaba de nuevo el filme, y yo probaba a narrarlo. Después él hacía sus comentarios sobre mi actuación”, explica.

Partiendo de esos inicios, Sawato Midori se enorgullece hoy de haber interpretado alrededor de 500 películas, con actuaciones en todo el mundo.

Sawato Midori durante la narración de El chivo (The goat, 1921), el 29 de diciembre de 2023 en el Kinokuniya Hall.
Sawato Midori durante la narración de El séptimo cielo (7th Heaven, 1927), el 29 de diciembre de 2023 en el Kinokuniya Hall.

De Japón al mundo

En 1988, quince años después de su debut como katsuben, Sawato Midori tuvo la oportunidad de mostrar su trabajo al mundo en el Festival de Aviñón, en Francia, al que fue invitada para narrar películas protagonizadas por Bandō Tsumasaburō, uno de los actores más celebrados del cine mudo especializado en papeles de héroes rebeldes en filmes del género jidaigeki. Desde entonces sería invitada cada año a uno o varios eventos internacionales en ciudades de los Estados Unidos, Australia, Brasil, Alemania, Italia, Países Bajos, Francia o Bélgica. Sawato guarda un gran recuerdo en especial de una actuación en este último país, concretamente en la ciudad de Amberes, en 1990, donde narró Taki no Shiraito.

“Mi actuación había terminado, pero el público no se levantaba de sus butacas, así que decidimos hacer una sesión de preguntas. Con la ayuda de un coordinador estadounidense, el público belga me preguntó sobre el proceso de escritura del guion, la práctica para convertirse en katsuben, si se podía vivir de esta profesión y otras muchas cosas. Fue muy entretenido, y me sentía muy agradecida. También vino un profesor japonés que me pidió que le enseñara el guion. Además, muchas personas me esperaron fuera del teatro pese a que era una noche de noviembre y hacía mucho frío. Fue muy emocionante y me alegré mucho de poder interactuar con ese público”, recuerda Sawato.

Sawato Midori durante su actuación en Amberes en 1990. (Por cortesía de Matsuda Film Productions)
Sawato Midori durante su actuación en Amberes en 1990. (Por cortesía de Matsuda Film Productions)

El cine mudo y las nuevas generaciones

A través de Matsuda Film Productions, Sawato Midori continúa hoy, 50 años después de su debut, narrando cine mudo cada mes en actuaciones en Tokio y en diversos festivales de todo Japón.

Uno podría pensar que no hay espacio para el mundo en blanco y negro del cine mudo entre los nativos digitales, que pueden ver en sus teléfonos inteligentes un sinfín de videos interesantes a través de YouTube o TikTok, o suscribiéndose a cualquier servicio de streaming. ¿Significa esto que Sawato es la última benshi en activo?

Nada más lejos de la realidad. El gremio cuenta con profesionales en la treintena y la cuarentena dirigidos por Kataoka Ichirō, el primer discípulo de Sawato, así como por el artista Sakamoto Raikō. Estos benshi ofrecen actuaciones en todo el país y desarrollan su peculiar estilo de narración. Sawato incluso nos contó que enseña a un joven aspirante a benshi de 24 años recién egresado de la universidad.

Además, en 2019 se estrenó el filme Katsuben!, dirigido por Suo Masayuki, más conocido por obras como Shikofunjatta (Sumo Do, Sumo Don’t, 1992) o Shall we dance? (1996). Dicho filme representa de forma vívida la atmósfera de las salas de cine japonesas durante la era del cine mudo, así como la forma de ser de los benshi en una época en la que competían entre sí.

Sawato comenta que una de las cosas que el público más joven puede descubrir en el cine mudo es qué tipo de moralidad había y cómo eran las relaciones familiares cuando se rodaron esas películas. “Visto desde otra perspectiva, los jóvenes pueden ver un mundo que desconocen, aprender, interesarse e investigar sobre ello. Incluso podrían descubrir cosas maravillosas que no suelen ver habitualmente. Por eso recomiendo que se vea cine mudo en las escuelas”, explica.

Existen muchas perspectivas diferentes respecto a la necesidad de preservar el cine mudo junto a la tradición de los katsuben. Pese a la omnipresencia de estos narradores en el pasado, en las filmotecas hoy se conservan películas mudas a las que se les ha añadido solo un acompañamiento de piano. No obstante, hay una opinión generalizada entre los katsuben: “Uno de los legados de la cultura japonesa es el acompañamiento de las películas extranjeras con un narrador y músicos, y por tanto los katsuben del presente nos vemos obligados a preservar esta tradición”.

Junto a ella, otros katsuben mantienen viva una tradición que se resistió a desaparecer con la aparición del cine sonoro y continúa reivindicando su espacio dentro de la historia del cine y las artes escénicas en Japón.

Sawato Midori durante una entrevista con nippon.com.
Sawato Midori durante una entrevista con nippon.com.

Entrevista y texto: Daniel Rubio, Kobayashi Nagi y Kaida Naoe.

Fotografías: Kodera Kei (a excepción de las facilitadas por Matsuda Film Productions)

Fotografía del encabezado: Sawato Midori durante su actuación en el Kinokuniya Hall de Tokio, el 29 de diciembre de 2023.

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