Un recorrido por Gunkanjima, la isla con una mina abandonada que es Patrimonio de la Humanidad

Turismo Historia

Hashima, un islote de la ciudad de Nagasaki en la que prosperó la minería del carbón en el pasado, llegó a ser el lugar con mayor densidad poblacional de Japón. Ha pasado medio siglo desde que quedó despoblada, pero su paisaje melancólico continúa seduciendo a muchas personas.

Una mina de carbón que apuntaló la modernización durante la era Meiji

La silueta de Hashima, un islote que se encuentra a 18,5 km al suroeste del centro de la ciudad de Nagasaki, se asemeja a la del buque de guerra Tosa del periodo Taishō (1912-1926), razón por la cual se lo conoce popularmente con el nombre de Gunkanjima (que se puede traducir como “isla del buque militar”). La vegetación que crece en las modernas ruinas abandonadas crea un paisaje tan fantástico que parece salido de la película de Studio Ghibli Tenkū no shiro rapyuta (El castillo en el cielo). Los tours para visitar este islote se han vuelto muy populares.

Las ruinas de los edificios aglomerados sobre el muelle.
Las ruinas de los edificios aglomerados sobre el muelle.

Originalmente era un arrecife en el que ni siquiera había vegetación. En 1890, el conglomerado Mitsubishi, encabezado por Iwasaki Yatarō, construyó una isla artificial para explotar los yacimientos de carbón del lecho marino. El carbón que se extraía del islote se enviaba a sitios tales como la planta siderúrgica de Yahata (prefectura de Fukuoka), propiedad del Estado, y representó un importante aporte a la bonanza de Mitsubishi y a la modernización de Japón. Con el incremento en la demanda de esta materia prima, el número de mineros, que acudían con sus familias, aumentó, por lo que se ampliaron las obras para ganar terreno al mar y el islote creció en casi tres veces su tamaño.

Vista de los trabajos en el pozo minero. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)
Vista de los trabajos en el pozo minero. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)

Festival para rezar por la seguridad de la mina. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)
Festival para rezar por la seguridad de la mina. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)

Para equipar un islote pequeño con la infraestructura necesaria, Mitsubishi utilizó las tecnologías de construcción y de ingeniería civil más avanzadas del momento. Aquí se encontraban algunas de las primeras construcciones modernas de Japón, tales como un edificio de apartamentos de siete plantas construido con hormigón armado (1916) o un acueducto submarino (1957). Durante el periodo de rápido crecimiento económico, en esta ciudad había, además de cerca de 30 edificios de apartamentos construidos con hormigón armado, una escuela primaria y una secundaria, un hospital, un cine, una sala de pachinko e incluso un santuario y un templo. En la década de 1910, en este “islote sin verde”, como era conocido, se comenzó a crear huertos elevados en las azoteas de los edificios de apartamentos. Esta ciudad que crecía hacia el cielo puede considerarse una precursora de las ciudades compactas.

El primer huerto en azotea de Japón. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)
El primer huerto en azotea de Japón. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)

El ajetreo en el mercado al aire libre. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)
El ajetreo en el mercado al aire libre. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)

En 1960, su momento de mayor prosperidad, vivían más de 5.200 personas en un espacio de 6,3 hectáreas, inferior al del Estadio Nacional de Japón, y la densidad poblacional del islote superaba a la de Tokio o Nueva York. El nivel de vida también era elevado. La mayoría de los hogares contaba con un televisor en una época en la que solo el 10 % de las familias de Japón tenían uno.

En el periodo de rápido crecimiento económico de Japón, el petróleo y el gas natural se convirtieron en las principales fuentes de energía, pero la demanda del carbón extraído de la isla no se desplomó ya que se utilizaba en la industria siderúrgica. Sin embargo, un incendio en 1964 inundó la mina principal. La apertura de una nueva mina resultaba complicado, por lo que Mitsubishi concluyó que se habían agotado las minas seguras para la extracción de carbón. A pesar de continuar manteniendo cifras positivas, la mina de carbón de Hashima cerró sus operaciones en enero de 1974 y en abril del mismo año se convirtió en una isla desierta.

Fiesta de despedida. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)
Fiesta de despedida. (Fotografía del Museo Digital de Gunkanjima)

El islote volvió a atraer la atención de la población en la década del 2000. En 2001, el grupo Mitsubishi cedió los derechos de propiedad a la ciudad de Nagasaki y en 2008 se convirtió provisionalmente en parte de una serie de sitios candidatos a ser designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En 2009 se inauguraron los viajes turísticos al islote y, gracias a sus paisajes fotogénicos, comenzó a ganar popularidad principalmente entre los jóvenes. También se convirtió en escenario de películas como Ataque a los titanes, entre otras, con lo que su fama llegó a muchas más personas. En julio de 2015 fue designado Patrimonio de la Humanidad como parte del conjunto de Sitios de la revolución industrial de la era Meiji en Japón: siderurgia, construcciones navales e industria carbonera.

Un viaje a Gunkanjima y otros patrimonios de la revolución industrial

En 2024, a medio siglo de la clausura de la mina, se transmitió la telenovela Umi ni nemuru daiyamondo (El diamante que yace en el fondo del mar), ambientada en el islote durante el periodo de rápido crecimiento económico. Su popularidad alcanzó nuevos niveles y los tours ofrecidos por las cinco empresas en la actualidad para visitar el islote están siempre llenos.

Arriba, un crucero de Gunkanjima Concierge. Desde los asientos del piso superior se puede disfrutar de una gran vista, además se venden recuerdos, entre otros servicios. Abajo, asientos libres. Cada cabina tiene instalados monitores en los que se transmite un video explicativo con subtítulos en inglés de los Patrimonios de la Humanidad de Nagasaki. (Fotografía Gunkanjima Concierge)
Arriba, un crucero de Gunkanjima Concierge. Desde los asientos del piso superior se puede disfrutar de una gran vista, además se venden recuerdos, entre otros servicios. Abajo, asientos libres. Cada cabina tiene instalados monitores en los que se transmite un video explicativo con subtítulos en inglés de los Patrimonios de la Humanidad de Nagasaki. (Fotografía Gunkanjima Concierge)

Los cruceros de Gunkanjima Concierge, una de las empresas que ofrecen tours, cuentan con un atractivo más: visitar otros sitios que son patrimonio de la revolución industrial. Diariamente salen dos cruceros desde el puerto de Tokiwa, muy cerca de la antigua residencia de Thomas Glover, edificio que también es parte del conjunto de sitios designados Patrimonio de la Humanidad. Desde la embarcación se puede apreciar la primera grúa eléctrica de Japón, que data de 1909 y sigue en funcionamiento, así como una residencia de estilo occidental de 1904 en la que se recibía a personalidades importantes de dentro y fuera de Japón entre otras instalaciones no abiertas al público en general del astillero de Mitsubishi en Nagasaki. En Takashima, que es parte de la ruta del crucero, se encontraba una mina carbonera de Mitsubishi en cuyo desarrollo participó Glover. Escuchando estas explicaciones mientras se admira el paisaje, el viaje de 40 minutos se hace brevísimo.

A la izquierda, la gran grúa de martillo (Giant Cantilever Crane), con una altura de 62 metros. A la derecha, la residencia de estilo occidental Senshōkaku ubicada en una colina, denominada así porque se adueña del paisaje del puerto de Nagasaki.
A la izquierda, la gran grúa de martillo (Giant Cantilever Crane), con una altura de 62 metros. A la derecha, la residencia de estilo occidental Senshōkaku ubicada en una colina, denominada así porque se adueña del paisaje del puerto de Nagasaki.

Al centro a la derecha, al fondo de la esclusa de color verde se vislumbra el muelle de fabricación y reparación de barcos. Este también es parte del conjunto de patrimonios de la revolución industrial.
Al centro a la derecha, al fondo de la esclusa de color verde se vislumbra el muelle de fabricación y reparación de barcos. Este también es parte del conjunto de patrimonios de la revolución industrial.

Por fin se ve Gunkanjima. Los alrededores de la isla están rodeados de rompeolas de hormigón con una altura máxima de 15 metros para proteger muros de piedra que datan del periodo Meiji (1868-1912). Los elementos que constituyen los Patrimonios de la Humanidad son estos muros y las rutas mineras submarinas a 1.000 metros bajo el mar, y la totalidad de la isla es la amortiguación para proteger los patrimonios.

Arriba, al frente a la derecha, las instalaciones del amarre. El faro blanco sobre la colina que atrapa nuestra atención, fue construido después de desalojar la isla. Abajo, los muros han sido erosionados por el mar bravío y algunas piedras viejas han quedado expuestas.
Arriba, al frente a la derecha, las instalaciones del amarre. El faro blanco sobre la colina que atrapa nuestra atención, fue construido después de desalojar la isla. Abajo, los muros han sido erosionados por el mar bravío y algunas piedras viejas han quedado expuestas.

La ruta de visita de la zona donde se encontraban las instalaciones mineras empieza en el momento de desembarcar. (Fotografía de Gunkanjima Concierge)
La ruta de visita de la zona donde se encontraban las instalaciones mineras empieza en el momento de desembarcar. (Fotografía de Gunkanjima Concierge)

El paseo por el islote dura entre 40 y 50 minutos. El guía lleva a los visitantes por una vereda de unos 220 metros donde se encontraban las instalaciones mineras. Se pasa por un pozo vertical de 600 metros de profundidad que contaba con un ascensor, por la oficina general, donde estaban los baños comunitarios de los mineros y, finalmente, por el edificio de apartamentos número 30. Se trata de la estructura de hormigón armado más antigua de Japón. Su deterioro es tal que no sería extraño que se derrumbara en cualquier momento. Ver de cerca las construcciones abandonadas es más impresionante y melancólico que observarlas desde la lejanía sobre el mar.

Arriba a la izquierda, personas escuchando las explicaciones frente la oficina central y a la derecha el acceso al pozo vertical. Debajo, en el centro, el edificio de apartamentos número 30. (Fotografía de Gunkanjima Concierge)
Arriba a la izquierda, personas escuchando las explicaciones frente la oficina central y a la derecha el acceso al pozo vertical. Debajo, en el centro, el edificio de apartamentos número 30. (Fotografía de Gunkanjima Concierge)

Debido al peligro de derrumbes no se puede acceder a la zona residencial. En algunas ocasiones excepcionales, la marea es tan alta que no se puede desembarcar en el islote y el tour se transforma en un recorrido para rodearlo.

En el tour que rodea el islote se puede ver la parte trasera de este, en el oeste.
En el tour que rodea el islote se puede ver la parte trasera de este, en el oeste.

Un museo con una exploración virtual del islote desierto

El tour de Gunkanjima Concierge contiene una entrada al Museo Digital de Gunkanjima. Se encuentra a unos 5 minutos a pie del muelle y es perfecto para aprender sobre el islote antes de embarcar o para reafirmar lo aprendido tras el viaje.

Arriba, el museo es un edificio de cuatro plantas con una cafetería. Abajo, la galería de un fotógrafo independiente que en 1972 vivió tres meses como obrero en el edificio número 30.
Arriba, el museo es un edificio de cuatro plantas con una cafetería. Abajo, la galería de un fotógrafo independiente que en 1972 vivió tres meses como obrero en el edificio número 30.

Arriba, una maqueta de un edificio que tenía un huerto elevado. Debajo, la réplica del interior de un apartamento de la segunda mitad de la década de 1950.
Arriba, una maqueta de un edificio que tenía un huerto elevado. Debajo, la réplica del interior de un apartamento de la segunda mitad de la década de 1950.

El museo cuenta también con documentos u objetos donados por los antiguos residentes del islote, así como con otros materiales digitales de creadores que aman Hashima. También hay una sección de videos de realidad virtual hechos con drones en los que puede disfrutar de un viaje aéreo por las ruinas. El visitante puede conformarse con una visita al museo y al jardín Glover, que se encuentra muy cerca, si le es imposible participar en el tour.

Arriba a la izquierda, Gunkanjima tanbōki, un video con gráficos computacionales en 3D del interior de la isla justo después de su clausura. Arriba a la derecha: Saitan genba he no michi, donde se puede experimentar la sensación de los ascensores o el rápido traslado en carretas. Abajo, Wonder Island una exposición interactiva donde las sombras hechas sobre los edificios encienden la luz.
Arriba a la izquierda, Gunkanjima tanbōki, un video con gráficos computacionales en 3D del interior de la isla justo después de su clausura. Arriba a la derecha: Saitan genba he no michi, donde se puede experimentar la sensación de los ascensores o el rápido traslado en carretas. Abajo, Wonder Island una exposición interactiva donde las sombras hechas sobre los edificios encienden la luz.

Con el apoyo de la ciudad de Nagasaki, Gunkanjima Concierge tiene previsto abrir un tour en el que se pueda visitar el área habitacional en 2025. Los condominios que son manifestación de la vida durante el periodo de rápido crecimiento económico siguen deteriorándose a causa de las inclemencias del tiempo y su forma se va transformando minuto a minuto, por lo que cada vez que se visite estas “ruinas del periodo Shōwa” se podrán apreciar atractivos diferentes.

Una isla cuyo paisaje se transforma con el paso del tiempo (Fotografía de Gunkanjima Concierge)
Una isla cuyo paisaje se transforma con el paso del tiempo (Fotografía de Gunkanjima Concierge)

Para más detalles y reservas del tour se recomienda visitar la página oficial de Gunkanjima Concierge.

Reportaje, texto y fotografías (aquellas sin crédito especificado): equipo editorial de nippon.com

Fotografía del encabezado: cortesía de Gunkanjima Concierge.

(Traducido al español del original en japonés.)

Turismo Patrimonio de la Humanidad Gunkanjima Nagasaki Historia de Japón