Las 24 divisiones del año solar en Japón

‘Tōji’: el solsticio de invierno

Cultura Naturaleza

En el hemisferio norte este es el día más corto y la noche más larga del año.

En el hemisferio norte el solsticio de invierno cae en torno al 22 de diciembre, según el calendario actual. El Sol se encuentra en la posición más baja de todo el año, de ahí que esta sea la jornada más corta de las 365 y aquella en la que los días comienzan a alargarse. En el caso de Tokio, hay unas cinco horas menos de luz solar que en el solsticio de verano (geshi), cuando el astro se encuentra en la posición más alta de todo el año. Además, cada vez hace más frío, lo que indica la llegada de la época invernal verdadera.

En Japón existe la costumbre de comer calabaza y darse un baño con yuzu en el solsticio de invierno.

Baño con yuzu

Como se acaba de mencionar, el 22 de diciembre; es decir, el día del solsticio de invierno, es costumbre darse un baño con yuzu. Este cítrico aromático, uno de los más conocidos de Japón, se cosecha de octubre a diciembre. Su piel, cuyo aroma difiere del que desprenden el limón y la lima, lleva sirviendo para aromatizar los platos de la cocina nipona desde tiempos antiguos, de ahí que se haya convertido en un ingrediente indispensable.

Según cuentan, los orígenes de esta costumbre se remontan al período Edo (1603-1868), época en la que abrieron las primeras casas públicas de baños, los llamados sentō. Estos establecimientos decidieron utilizar los baños con yuzu como reclamo para atraer a la clientela, dado que el fuerte aroma que desprende el cítrico al flotar en la bañera sirve para ahuyentar a los malos espíritus y evitar los resfriados. Además, introducir una pieza completa en el agua o unos trozos envueltos en una gasa u otra tela es una manera de rezar por la buena salud. Por otra parte, meter el cuerpo en el agua caliente mejora la circulación sanguínea y el aroma de esta fruta tiene un efecto relajante.

La calabaza

A la izquierda, distintos tipos de calabaza; desde arriba a la izquierda y en el sentido de las agujas del reloj: calabaza japonesa, calabaza de nuez, calabaza colinky, calabaza campana, calabaza puccini y calabaza crisantemo (PIXTA). A la derecha, calabaza guisada (PIXTA).
A la izquierda, distintos tipos de calabaza; desde arriba a la izquierda y en el sentido de las agujas del reloj: calabaza japonesa, calabaza de nuez, calabaza colinky, calabaza campana, calabaza puccini y calabaza crisantemo (PIXTA). A la derecha, calabaza guisada (PIXTA).

Existe la creencia popular de que comer calabaza el día del solsticio de invierno evita los resfriados. Antiguamente las verduras verdes y amarillas frescas escaseaban en invierno, de ahí que la calabaza, que se conserva a temperatura ambiente durante mucho tiempo, se convirtiera en una fuente valiosa de nutrientes: contiene cantidades abundantes de vitamina C y betacaroteno, que se transforma en vitamina A en el organismo. La calabaza se puede degustar de muchas formas; por ejemplo, guisada, en tempura, en crema y en dulces.

Kagaribibana o shikuramen (Cyclamen persicum)

El nombre japonés de esta planta, kagaribibana (literalmente, flor de la hoguera), se debe al aspecto de sus flores, cuyos pétalos recuerdan a las llamas cuando arden. A pesar de la belleza de estas, otra denominación por la que se la conoce en Japón es butanomanjū, una traducción directa de su nombre en inglés, sow bread; esto es, pan de cerda. Al parecer, se optó por llamarla así debido a que dichos animales se comían los bulbos de esta planta. La temporada de floración de la kagaribibana es larga, de ahí que se comercialicen numerosas especies y se emplee como obsequio navideño o de invierno (oseibo).

Kagaribibana o Cyclamen persicum. (PIXTA)
Kagaribibana o Cyclamen persicum. (PIXTA)

Navidad

Aunque la Navidad apenas tiene connotaciones religiosas en Japón, se ha convertido en una de las tradiciones más populares de diciembre, marcada por el consumo de pollo y tarta de fresas con nata. La costumbre de comer este postre el 25 de diciembre se remonta a 1922, cuando la confitería Fujiya puso a la venta un pastel de bizcocho decorado con fresas y nata.

En lo que respecta a tomar pollo en Navidad, se cree que esto se debe a que era más fácil hacerse con este tipo de carne que conseguir pavo, ave que forma parte de los menús navideños en países como Estados Unidos y Reino Unido.

Por otra parte, la Navidad también tiene cabida en el mundo de los haikus: se emplean palabras como seiju (árbol sagrado) y seika (dulce sagrado) para referirse a esta temporada; significan árbol y tarta de Navidad, respectivamente.

Pollo asado y tarta de fresas con nata. (PIXTA)
Pollo asado y tarta de fresas con nata. (PIXTA)

Los adornos de Año Nuevo

Las decoraciones navideñas desaparecen de las calles japonesas el 26 de diciembre, día en que el ambiente festivo se centra ya en las celebraciones de Año Nuevo. Dos son los adornos característicos de estas fechas: el kadomatsu y el shimekazari. El primero se coloca a la puerta para señalar que se trata de un lugar santo al que descenderá Toshigami-sama, el dios del Año Nuevo, y evitar así que entren los malos espíritus. El segundo se pone en la puerta y sirve para marcar que han concluido los preparativos de cara a su llegada.

Según dicen, lo ideal es terminar de preparar todo antes del 28 de diciembre, puesto que el 29 se denomina ku no hi (literalmente, día de la pena; el “ku” de “pena” se pronuncia igual el número nueve) y, por lo tanto, se considera de mala suerte. Asimismo, se recomienda evitar el 31, llamado ichiyakazari e ichiyamochi (literalmente, adorno de una noche y pastelito de arroz de una noche, respectivamente), dado que evoca los preparativos de los funerales.

Adornos típicos de Año Nuevo: a la izquierda, un kadomatsu; a la derecha, un shimekazari. (PIXTA)
Adornos típicos de Año Nuevo: a la izquierda, un kadomatsu; a la derecha, un shimekazari. (PIXTA)

Kagamimochi

El kagamimochi es un adorno compuesto por dos pastelitos redondos de arroz (mochi) de distinto tamaño, colocados uno encima del otro; cada mochi tiene su propio significado: el grande simboliza el sol y el pequeño, la luna, de ahí que juntar ambos sea una manera de acumular buena suerte. Aunque la decoración de este ornamento difiere según la región, junto al kagamimochi se suele poner, a modo de ofrenda, alga konbu, urajiro (Gleichenia japonica, un tipo de helecho), yuzuriha (Daphniphyllum macropodum) y el cítrico daidai.

Kagamimochi decorado con el cítrico daidai, el helecho urajiro (Gleichenia japonica) y una guirnalda de papel zigzagueado shide. (PIXTA)
Kagamimochi decorado con el cítrico daidai, el helecho urajiro (Gleichenia japonica) y una guirnalda de papel zigzagueado shide. (PIXTA)

Nochevieja

Ōmisoka es el término que se utiliza en japonés para referirse al último día del año. El 31 de diciembre es tradición cenar toshikoshi-soba tras haber terminado de preparar la comida típica de Año Nuevo y de limpiar la casa. Estos fideos, largos y delgados, no solo simbolizan la longevidad, sino que también se consideran un alimento que da buena suerte debido a que son fáciles de cortar y, por consiguiente, representan la ruptura con los desastres y las penas. Por otra parte, hay quienes dicen que la tradición de comer este plato en Nochevieja tiene su origen en el poco esfuerzo que requiere prepararlo, si se tiene en cuenta que ese día todo el mundo está atareado ultimando los preparativos de Año Nuevo.

Poco antes de medianoche los templos budistas de todo el país repican las campanas 108 veces, una por cada pasión mundana del ser humano que se quiere purificar antes de darle la bienvenida a un nuevo año. Esta costumbre se denomina joyano kane; esto es, las campanas de Nochevieja.

A la derecha, un cuenco de toshikoshi-soba con tempura de gambas; a la izquierda, un monje toca la campana de un templo en Nochevieja. (PIXTA)
A la izquierda, un monje toca la campana de un templo en Nochevieja; a la derecha, un cuenco de toshikoshi-soba con tempura de gambas. (PIXTA)

Año Nuevo

En japonés existen dos denominaciones para referirse a Año Nuevo: Shōgatsu (el día de Año Nuevo) y Mutsuki (el mes de enero en el calendario lunar). Aunque solo es fiesta nacional el 1 de enero, muchos negocios cierran sus puertas hasta el 3, a excepción del sector servicios; este período de tres días se denomina sanganichi. La expresión que se emplea para felicitar el año, Akemashite ometedō gozaimasu, tiene por objetivo transmitir la alegría que conlleva recibir a Dios en casa al comienzo del año.

El primer amanecer del año

En Japón siempre ha existido la creencia de que los dioses moran en todas las cosas, de ahí que, ya en la antigüedad, se acostumbrara a rezar por la buena salud y las cosechas abundantes cuando sale el sol. En este contexto, el amanecer del 1 de enero, goraikō en japonés, se convirtió en una ocasión especial en la que orar por un año lleno de dicha, puesto que se cree que Toshigami-sama se manifiesta durante la salida del sol. Al parecer, esta costumbre religiosa asociada con el primer amanecer del año se originó a mediados del período Edo.

El monte Fuji durante el primer amanecer del año. (PIXTA)
El monte Fuji durante el primer amanecer del año. (PIXTA)

Osechi ryōri: la comida típica de Año Nuevo

El osechi ryōri; esto es, la comida típica del Año Nuevo japonés, tiene sus orígenes en los alimentos que se les ofrecían a los dioses en los cinco días festivos estacionales. Los platos que se consumen durante las celebraciones del 1 de enero llevan ingredientes que simbolizan la seguridad del hogar, la longevidad y la juventud eterna, la fertilidad y las cosechas abundantes, entre otros, y se preparan para rezar por un año lleno de dicha. Además, esta comida aguanta varios días, de modo que las mujeres, que siempre están ocupadas, puedan librarse de cocinar al menos en Año Nuevo.

Cajita de varios pisos con especialidades propias de la cocina típica de Año Nuevo. (PIXTA)
Cajita de varios pisos con especialidades propias de la cocina típica de Año Nuevo. (PIXTA)

La sopa zōni

Se dice que tomar zōni, que contiene mochi, sirve para introducir en el cuerpo el espíritu de Toshigami-sama. El nombre de esta sopa, cuyo significado literal es “guiso variado”, viene precisamente de cómo se elabora: cociendo juntos diversos ingredientes. El contenido y el sabor del zōni varían en función de la región.

A la izquierda, zōni con mochi cuadrado; a la derecha, anmochi zōni, una sopa que se toma en prefecturas como las de Kagawa y Kumamoto. (PIXTA)
A la izquierda, zōni con mochi cuadrado; a la derecha, anmochi zōni, una sopa que se toma en prefecturas como las de Kagawa y Kumamoto. (PIXTA)

Otoshidama: el aguinaldo de Año Nuevo

El término otoshidama (literalmente, las bolas de Año Nuevo) se utilizaba para hacer referencia al kagamimochi, el adorno redondo que se le ofrece a Dios. Además, se pensaba que consumirlo aportaba vitalidad para todo el año. Sin embargo, en la actualidad esta palabra se emplea para referirse a algo completamente distinto: el aguinaldo o paga de Año Nuevo que los mayores les dan a los niños en unos sobrecitos especiales llamados pochibukuro. Estos envoltorios deben su nombre a la expresión koreppocchi, que podría traducirse como “es una tontería”, en alusión a que se trata de un regalo de poca cuantía.

Sobrecitos para entregar el otoshidama. (PIXTA)
Sobrecitos para entregar el otoshidama. (PIXTA)

Hatsumōde: la primera visita del año a un templo budista o un santuario sintoísta

Con la llegada de un nuevo año, los japoneses acuden a algún santuario sintoísta o templo budista cercano para dar las gracias por la ausencia de contratiempos durante los 12 meses anteriores y rezar por el bienestar de la familia en los 12 siguientes. En cuanto al origen de esta costumbre, se cree que se remonta al período Heian (794-1185), época en la que nació la práctica del toshigomori: los patriarcas de las familias devotas del mismo santuario se encerraban en él desde la noche del 31 de diciembre hasta la mañana del 1 de enero para orar por la buena salud y una cosecha abundante. Así pues, se cree que, con el tiempo, el toshigomori se dividió en dos visitas: la de Nochevieja, llamada joyamōde, y la de Año Nuevo, denominada hatsumōde.

Una mujer reza en un santuario sintoísta con motivo de la primera visita del año o hatsumōde. (PIXTA)
Una mujer reza en un santuario sintoísta con motivo de la primera visita del año o hatsumōde. (PIXTA)

Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.

Imagen del encabezado: Capibaras tomando un baño con yuzu el día del solsticio de invierno (PIXTA).

(Traducción al español del original en japonés)

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