La fruta de Japón

Un cálido baño con yuzu

Cultura

No hay nada mejor que sumergirse en las cálidas aguas del yuzuyu, un baño termal con yuzu, cuando se acerca el solsticio de invierno. Este delicioso y fragante cítrico despierta los cinco sentidos y nos ayuda a relajar el cuerpo y la mente, un secreto que los sabios han transmitido desde la antigüedad.

Un baño con yuzu al llegar el solsticio de invierno

Si lo prueban una vez no lo podrán olvidar jamás. El yuzu tiene un aroma peculiar, diferente al del limón o la lima. Un pedazo de la piel de esta fruta abre una nueva dimensión sublime en el microcosmos de la cocina al ser introducida en platos con vinagre y caldos, e incluso refresca la mente con el sorbete de yuzu. Además no solo transforma el sabor de nuestros platos, sino que nos ayuda a reforzar nuestro metabolismo cuando el frío aprieta: desde la antigüedad los japoneses entran en el yuzuyu, un baño termal con yuzu en el solsticio de invierno.

El solsticio de invierno cae en el 21 de diciembre en 2016. En el hemisferio norte es el día  del año en el que la noche es más larga, y el momento en el que comenzamos a avanzar hacia el verano. Para la purificación del cuerpo entramos en un baño caliente con yuzu mientras hacemos una plegaria para gozar de buena salud. Los supermercados japoneses colocan en un lugar destacado los yuzus en la temporada del solsticio de invierno, y la costumbre de poner esta fruta en las aguas termales puede observarse aún hoy en los onsen y sentō de todo el país. Se dice que si una persona se embriaga del aroma de los yuzus que flotan en el agua, no deja enfriar su cuerpo después del baño y logra dormir plácidamente en el futón, despertará a la mañana siguiente renovado y con un cutis reluciente.

Umaji, el primer pueblo que se revitalizó gracias al yuzu

El yuzu es una de las múltiples variedades de cítricos aromáticos de alta acidez que existen en Japón.

La mitad de todos los yuzus que se consumen en Japón son cultivados en Kōchi, una prefectura que se enorgullece de ser la mayor productora del país. Umaji, un pueblo que ha venido luchando por su revitalización con el yuzu desde la década de 1960, se encuentra en la montaña, a unas dos horas de carretera desde el aeropuerto de Kōchi. La responsable de las relaciones públicas del pueblo, Honzawa Yuki, recuerda que bañarse con yuzus “no es solo cosa del solsticio de invierno, sino que también lo hacemos durante los días fríos de esta estación”. Honzawa afirma que “su aroma es delicioso, y al salir del baño se nota cómo el cuerpo ha entrado en calor. Yo sigo bañándome en el yuzuyu a menudo.”

Del yuzu también se aprovechan los aceites que se extraen al exprimir el fruto para conseguir una piel suave, y el de sus semillas como tratamiento para el cabello. El pueblo de Umaji comercializa hoy productos de belleza como lociones y sueros, así como cremas y aceites esenciales desarrollados que utilizan el yuzu entre sus ingredientes.

Dos personas recolectan yuzus en la plantación de Tosa Kitagawa. (©Kusano Seiichirō)

El yuzuyu existe desde hace 400 años

Los yuzus eran cultivados en China en la antigüedad, y se dice que llegaron a Japón procedentes de este país en la era Asuka-Nara (593-794). La costumbre de introducir en el baño elementos de la naturaleza típicos de la estación buscando efectos beneficiosos para la salud es bien antigua. El yuzuyu se estableció durante el período Edo (1603-1868) bajo la creencia de que meterse en el baño con yuzu el solsticio de invierno ayudaba a evitar los resfriados. Se dice también que esta costumbre nació por el juego de palabras con las expresiones homófonas “solsticio de invierno” 冬至 (tōji) y “cura de aguas termales” 湯治 (tōji). Durante la celebración del Tango no Sekku (el festival de los niños) del 5 de mayo también se echan raíces y hojas de cálamo aromático en el baño caliente para rezar por la salud de los pequeños.

Yuzus recién recolectados en el pueblo de Umaji. (©Kusano Seiichirō)

El yuzuyu en casa

En Umaji Onsen ofrecen el yuzuyu cada año al llegar el solsticio de invierno. Normalmente se meten los yuzus en el baño en una red de tela que se utiliza en las lavadoras, pero para este reportaje se dejaron los yuzus flotar libremente en el agua.

En los hogares se suelen introducir numerosos yuzus enteros en el agua, o bien rodajas o mitades de unos dos o tres yuzus en una red que se introduce en el baño. También hay otras formas de utilizarlo, como introducir los yuzus con cortes en la piel, con la piel rallada en unas partes, o simplemente el zumo del cítrico, aunque hay que tener cuidado con el nivel de acidez si se tienen heridas en la piel o si van a entrar en el baño niños pequeños.

Yuzugama: la cáscara del yuzu es utilizada para servir encurtidos o sake frío. Fotografía por cortesía de la localidad de Kitagawa.

Ōtsubo Takashi, trabajador del ayuntamiento del pueblo de Kitagawa, en la prefectura de Kōchi, nos cuenta también que, independientemente de la llegada del solsticio, en la localidad la cáscara del yuzu es utilizada a modo de cuenco para servir sake frío u otros alimentos, y los frutos sobrantes son utilizados en el baño. El aroma de este cítrico se extiende por todas partes solo con rascar un poco la piel, y un mismo yuzu puede ser utilizado durante dos o tres días, por lo que se suele disfrutar mucho del yuzuyu durante el invierno. Ōtsubo sonríe al contarnos: “a mis hijas de 4 y 2 años les doy un yuzu a cada una para que jueguen mientras están en el ofuro”.

El yuzu nos ayuda a vivir más años

Yuzuyu en Umaji Onsen (normalmente los yuzus están metidos en una red) (©Kusano Seiichirō)

El aroma del yuzu se concentra especialmente en su piel, por lo que el secreto está en el aprovechamiento de esta. La sustancia aromática yuzunon que se concentra en la parte granulada de la piel incluye limoneno, la base de su aceite esencial, una sustancia que al diluirse en el agua estimula los capilares de la piel, ayudando a mejorar la circulación de todo el cuerpo. Esto nos ayuda a relajarnos y embellece la piel. Asimismo, su vitamina C estimula el riego sanguíneo, aumenta la temperatura corporal y fortalece el sistema inmunológico. Sus pectinas ayudan a eliminar sustancias cancerígenas al regular el tránsito intestinal. Además, el yuzu contiene ácido cítrico y ácido málico en su carne que contribuyen a recuperarnos de la fatiga y a curarnos de forma natural.

Los platos preparados con yuzu adquieren un gusto especial, y la fruta sobrante puede ser utilizada en el baño. No hay nada mejor que el aroma de los yuzus en un baño caliente para recuperarnos tras una jornada agotadora. En los días más gélidos seguimos agradeciendo que se conserve esta antigua costumbre.

Texto: Doi Emiko, de la redacción de Nippon.com

(Fotografía del encabezado: yuzuyu en Umaji Onsen. Normalmente las frutas están metidas en una red. Esta práctica tiene lugar en el solsticio de invierno. Cortesía de Umaji Onsen. ©Kusano Seiichirō)

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