Las 24 divisiones del año solar en Japón

‘Shunbun’: el equinoccio de primavera

Cultura Naturaleza

Según las 24 divisiones del año solar, durante el equinoccio de primavera o shunbun el sol se pone justo por el oeste y el día y la noche tienen más o menos la misma duración. En esta época proliferan los días cálidos y el cuerpo empieza a notar la llegada de la primavera.

El equinoccio de primavera cae en torno al 21 de marzo, según el calendario actual, y es un día festivo en Japón. Durante el shunbun el sol sale exactamente por el este y se pone justo por el oeste; además, el día y la noche tienen más o menos la misma duración. De hecho, las horas de sol aumentan gradualmente a partir de esta jornada. De acuerdo con el calendario persa o iraní, que se utiliza en Asia Central, Irán, Afganistán, Turquía y Siria, el 21 de marzo se celebra el Nouruz; esto es, el Año Nuevo.

El higan de primavera

Durante el higan se celebran ceremonias budistas en honor de los espíritus de los antepasados. En el budismo se cree en la existencia de una tierra pura y de iluminación, de nombre Higan y situada en el oeste, donde residen los budas y los bodhisattavas. En el caso de Japón, se piensa que los equinoccios de primavera y de otoño, cuando el sol se pone exactamente por el oeste, son los días en los que más cerca se está del paraíso, de ahí que se eligieran esas fechas para llevar a cabo las ceremonias. El origen de estos oficios, una costumbre exclusiva de Japón —en la India y China no existen—, se remontaría al período Heian (794-1185).

El día del equinoccio de primavera se considera el día central del higan, cuya duración es de una semana contando los tres días anteriores y los tres posteriores a este. El primer y el último día de este período se denominan en japonés higan no iri y higan no ake, respectivamente. Además, se llevan a cabo ritos, por ejemplo, para conmemorar el inicio de las actividades agrícolas. Por otra parte, hay un dicho según el cual hace calor o frío hasta el higan y así suben las temperaturas cuando termina el higan de primavera.

Es costumbre ir al cementerio durante el higan. (© PIXTA)
Es costumbre ir al cementerio durante el higan. (© PIXTA)

El dulce tradicional típico del higan de primavera, temporada de peonías (botan en japonés), es el botamochi, un pastelillo elaborado con an, una mezcla de arroz glutinoso mochigome y de arroz uruchimai y azúcar. Se coloca a modo de ofrenda delante de las tumbas y de los altares budistas para rezar por una cosecha abundante. Este mismo dulce recibe el nombre de ohagi en otoño, época en la que florece el hagi (Lespedeza).

Un dulce con dos nombres: botamochi en primavera y ohagi en otoño. (© PIXTA)
Un dulce con dos nombres: botamochi en primavera y ohagi en otoño. (© PIXTA)

Los cerezos

En esta época se informa a diario del florecimiento de los cerezos. El hanami, costumbre cuyo origen se encuentra en la admiración de las flores del albaricoquero japonés propia del período Nara, empezó a hacerse también con los cerezos en el período Heian (794-1185). De hecho, el Kokin Wakashū, un poemario de comienzos de esta época, contiene 18 composiciones sobre albaricoqueros y 70 dedicadas a los cerezos o sakura. El primer hanami de que se tiene constancia en Japón lo organizó el Emperador Saga en el año 812. Unas dos décadas después, las fiestas de contemplación de los cerezos en flor organizadas por los monarcas se convirtieron en una cita habitual.

En la actualidad entre el 80 % y el 90 % de los cerezos son de la variedad somei-yoshino, que data de finales del período Edo. Sin embargo, antes de que estos aparecieran, ya había más de 400 especies, entre las que destacan los yamazakura, propios de las montañas. Los somei-yoshino son clones, de ahí que prácticamente florezcan y pierdan los pétalos a la vez en una misma zona. Por el contrario, los árboles de las especies silvestres como los yamazakura tienen diferentes genes, por lo que tanto las flores como los tiempos de floración de estas son distintos.

Desde arriba a la izquierda y en el sentido de las agujas del reloj, somei-yoshino, yamazakura, edohigan y kanhizakura.
Desde arriba a la izquierda y en el sentido de las agujas del reloj, somei-yoshino, yamazakura, edohigan y kanhizakura.

El monte Yoshino, uno de los lugares de Japón más famosos por sus cerezos

Incluso a día de hoy el monte Yoshino sigue siendo todo un deleite para la vista, ya que alberga unos 30.000 yamazakura de doscientos tipos, si bien los shiroyamazakura son mayoría, repartidos en varios tramos que no florecen simultáneamente: Shimo-senbon (el millar inferior), Naka-senbon (el millar medio), Kami-senbon (el millar superior) y Oku-senbon (el millar interior). En 1594 Toyotomi Hideyoshi, que se encontraba en el culmen de su influencia, organizó un hanami en Yoshino. El encuentro, que duró cinco días y al que asistieron 5.000 personas, entre las cuales se contaban generales como Tokugawa Ieyasu, maestros de la ceremonia del té y poetas de renga, ha quedado inmortalizado en un famoso biombo declarado Propiedad Cultural de Importancia y otras obras artísticas.

Yamazakura del monte Yoshino (Nara); concretamente, del millar medio.
Yamazakura del monte Yoshino (Nara); concretamente, del millar medio.

El final de un ejercicio y el inicio del siguiente

En Japón las empresas y las instituciones educativas terminan el ejercicio o el curso el 31 de marzo y empiezan el siguiente el 1 de abril. Este sistema se introdujo en la era Meiji (1868-1912) para hacerlo coincidir con el calendario fiscal.

En primavera, el amanecer: El libro de la almohada

El libro de la almohada, de la poetisa de mediados del período Heian Sei Shōnagon (966-1025), empieza con una descripción de la primavera:

En primavera, el amanecer, cuando el contorno de la montaña, que va alboreando lentamente, se tiñe de rojo y ondean en el cielo jirones de nubes de color carmesí claro.

Los gorriones

En esta época los gorriones comienzan a hacer sus nidos en los aleros y los tejados de las casas. Los japoneses están muy familiarizados con estas aves desde la antigüedad. Prueba de ello es que aparecen en cuentos populares como Suzume no oyado (La posada de los gorriones) y Shitakiri suzume (El gorrión al que le habían cortado la lengua) y en canciones infantiles como Suzume no gakkō (La escuela de los gorriones).

Un gorrión con su cría.
Un gorrión con su cría.

Las magnolias del norte del Japón y las magnolias lirio

Las flores de las magnolias del norte del Japón, que florecen de mediados de marzo a mediados de abril, son de color blanco. Su denominación en japonés, kobushi, sirvió de base para establecer su nombre científico: Magnolia kobus. En Japón también se las conoce como tauchisakura (literalmente, cerezos del arado de los arrozales), puesto que el florecimiento de estas flores se utilizaba como referencia para saber cuándo empezar a arar los arrozales y otros preparativos relacionados con el cultivo del arroz. En esta época comienzan a florecer también otras magnolias ligeramente más grandes: las magnolias yulan y las magnolias lirio.

A la izquierda, magnolias del norte del Japón; a la derecha, magnolias lirio.
A la izquierda, magnolias del norte del Japón; a la derecha, magnolias lirio.

Sakuramochi

El sakuramochi es un dulce tradicional japonés exclusivo de la primavera. Se cree que se vendió por primera vez en el período Edo, en una casa de té situada delante de la entrada del templo Chōmei (Mukōjima, Tokio). En Kantō se elabora con una masa de harina de trigo en forma de tortita lisa que se enrolla para recubrir el relleno de an, mientras que en Kansai se prepara un mochi con harina dōmyōji y se mete el an dentro de él. En ambos casos se envuelve en una hoja de cerezo encurtida en sal, lo que le da un ligero aroma a dicha flor.

El sakuramochi difiere según la región. A la izquierda, el de Kantō; a la derecha, el de Kansai.
El sakuramochi difiere según la región. A la izquierda, el de Kantō; a la derecha, el de Kansai.

El pargo japonés, un pescado para ocasiones especiales

El pargo japonés o madai recibe también el nombre de sakuradai debido a que la época de floración de los cerezos es la temporada en la que estos peces llegan a las orillas de los mares interiores para desovar. Desde tiempos antiguos existe en Japón la costumbre de servir un pescado íntegro; esto es, con la cabeza y la cola, durante las ocasiones especiales. En ese caso, el pescado elegido suele ser precisamente el pargo japonés, puesto que su nombre da pie a hacer un juego de palabras con el término medetai, que significa “dichoso”. Aunque la temporada del pargo japonés es la primavera, también se puede encontrar en otoño, estación en la que se lo llama momijidai. Se considera apto para el consumo cuando mide entre 40 y 50 centímetros y está exquisito tanto crudo como asado, cocido o en sopas.

Pargo japonés. (© Pixta)
Pargo japonés. (© Pixta)

Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.

Imagen del encabezado: cerezos y flores de colza en el Gongendō Tsutsumi de Saitama, una estampa de la primavera en todo su esplendor. (© PIXTA)

(Traducción al español del original en japonés)

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