Discursos y sueños: la creciente generación de estudiantes de japonés

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El japonés tiene reputación de ser un idioma terriblemente difícil de aprender. Con sus tres sistemas de escritura, múltiples niveles de formalidad, y una pronunciación sutil y de ritmo silábico, esta singular lengua asiática parece haber amedrentado a una significativa parte de potenciales estudiantes durante décadas por la magnitud de la tarea a la que se enfrentan los principiantes.

Los concursantes Meina Naeymirad (EUA), Evelyn Stautzenberger (EUA), John Lingi (Reino Unido), Zhang Yahao (Taiwán), Hao “Kaku” Suyion (China), y Allison Lai (Taiwán) en la entrada de la Escuela Naganuma, 29 de agosto de 2014.

¿Una lengua difícil?

Incluso durante los años de la burbuja económica de 1986 a 1991, y el “boom eikaiwa” que alcanzó su punto álgido a principios de la primera década de este siglo, cuando cientos de miles de hablantes nativos de inglés llegaron a Japón para dar clases en escuelas de conversación en inglés, muchos residentes extranjeros pasaron la responsabilidad a sus anfitriones japoneses, tal vez pensando que la perspectiva de dedicar horas al estudio del japonés para, supuestamente, lograr pocos progresos no era un sacrificio muy atractivo.

Pero ¿tiene justificación esta idea? El número de estudiantes de japonés no nativos está aumentando claramente, y personas de todo el mundo desafían a la premisa de que enfrentarse al nihongo es misión imposible. Tanto conocidos japoneses como residentes extranjeros que llevan mucho tiempo en Japón reconocen que el número de extranjeros que dominan el japonés con fluidez está aumentando a pasos agigantados. Cuando yo llegué al país en 2003, los extranjeros que dominaban el idioma eran muy pocos, pero una década después ya te encuentras a diario con extranjeros que hablan japonés. Y cada año que pasa, los recién llegados aprenden el idioma más rápidamente. 

Las fases del examen

La prueba más ampliamente aceptada para medir el dominio del japonés de hablantes no nativos es el Examen de aptitud en lengua japonesa (JLPT), vigente desde 1984 para evaluar a los estudiantes en varios niveles (actualmente cinco, pero hasta 2010 eran cuatro, siendo el nivel 1 el más alto) en los campos de lectura, comprensión y conocimientos de gramática y vocabulario. No es ni de lejos un indicador perfecto de fluidez funcional (no existe un componente hablado, y las antiguas versiones de los niveles más alto del examen se centraban excesivamente en patrones gramaticales poco usados y en un léxico arcano) pero el número de estudiantes que pasan el examen JLPT es un útil barómetro del interés global por el japonés como lengua extranjera (el examen se puede realizar en unos sesenta países) además del compromiso de la comunidad de japoneses residentes en el extranjero por la competencia comunicativa. Las cifras de la siguiente gráfica, recopiladas de varias fuentes, parecen indicar ciertas tendencias interesantes.

AñoPoblación extranjera registradaExaminados de JLPT
En Japón (porcentaje de población extranjera) En el extranjero  Total (nivel 1)
1985 726.000 3.912
(0,5 %)
9.157 13.069
(3.476)
2003 1.800.000 54.024
(3,0 %)
215.593 269.617
(84.742)
2012 2.030.000 147.245
(7,2 %)
449.065 596.310
(144.332)

(Datos recopilados del examen JLPT y el censo)

Es evidente que en Japón se ha producido un enorme aumento del número de inscripciones de residentes no japoneses durante las tres décadas que el JLPT lleva en vigor. Pero la popularidad del examen ha aumentado a un ritmo incluso mayor, y la proporción de extranjeros residentes en Japón que se examina de uno de los varios niveles ha aumentado también (aunque a partir de 2009 el número de fechas de examen se dobló de una a dos al año, permitiendo repeticiones que podrían hacer aumentar las cifras recientes). La aparente caída del porcentaje de estudiantes que se examinan del nivel más avanzado podría deberse en parte al nivel extra que fue añadido en 2010, y que sirvió para equilibrar lo que había sido un salto intimidatorio en dificultad entre los niveles básico y avanzado del examen anterior. 

La escuela de lengua japonesa más antigua de Tokio

Kojima Michiko, directora de la Escuela Naganuma.

La Escuela Naganuma, con sede en el bullicioso distrito Shibuya de Tokio fue fundada en 1945 y es la institución más antigua que sigue activa especializada en la enseñanza de la lengua japonesa a extranjeros. Su directora, la Sra. Kojima Michiko, explica que la mayoría de estudiantes durante los primeros años de posguerra eran diplomáticos occidentales y misioneros cristianos, pero remarca que el equilibrio ha ido cambiando durante los treinta años que lleva en la escuela: “Cuando comencé, teníamos a muchos estudiantes coreanos que querían entrar en las universidades japonesas, a menudo para conseguir un posgrado, además de occidentales que aprendían la lengua por motivos laborales. Con los años, el número de alumnos chinos, coreanos y del Sudeste Asiático que estudian en Japón para matricularse en las universidades ha aumentado enormemente, pero siguen siendo menos de la mitad de nuestros estudiantes. La mayoría de alumnos vienen a aprender la lengua por trabajo y negocios”.

Discursos en muchos niveles y nacionalidades

Cada año, la Escuela Naganuma organiza un concurso de oratoria para sus alumnos. Los participantes van siendo descartados del total de 550 alumnos de la escuela mediante una serie de pruebas eliminatorias, y el 29 de agosto, día del acto principal, quedaron once oradores, que competían en tres niveles: principiante, intermedio y avanzado. Un gran número de amigos y compañeros de clase animaron a los participantes y llenaron la espaciosa sala, e incluso algunos aclamaron a sus ponentes favoritos con pancartas y carteles caseros. Los discursos fueron realizados de forma impecable y abordaron una amplia gama de temas, desde los problemas de los animales que quedaron abandonados en la zona de exclusión radioactiva de Fukushima pasando por historias de amor internacional, la importancia del poder de las palabras, e incluso el papel central del sake en la fluidez de las relaciones en la sociedad japonesa.

Compañeros de clase animan a sus amigos durante el concurso (izquierda) y el estudiante taiwanés Zhang Yahao durante su discurso “Yaritai koto o yarō” (Hagamos lo que queramos).

El discurso ganador, “Kore wa pen desu” (Esto es un bolígrafo), por el alumno estadounidense Ian Toshio Nagata en la categoría avanzada fue un tratado profundo, pero a la vez humorístico sobre la lucidez zen de pensamiento que puede lograrse recurriendo a lo más básico de tu propio ámbito cuando estás bajo presión. Pero por impactante que resultó sin duda la alocución de Nagata, lo que tal vez llamó más la atención (como prueba de la verdad del mensaje de esa exposición ganadora) fue la forma en que los candidatos del nivel básico pudieron expresar de manera clara y concisa temas muy complejos mediante un uso preciso e imaginativo de la gramática y el vocabulario más sencillos.

Persigue tus sueños

Personal, jueces y ponentes invitados posan sobre el escenario junto a los once concursantes del Concurso de Discursos de la Escuela Naganuma de 2014, cuyo tema era “Nihongo de tsutaetai” (Lo que quiero decir en japonés)

El poder y el potencial de las palabras y del lenguaje son bien conocidos. Y en esta era global, cuando más gente que nunca busca fijar su hogar en un país distinto al que nació, dar los pasos para aprender un idioma extranjero puede marcar la diferencia que permita realizar tus objetivos. Este fue un tema recurrente en muchos de los discursos: la idea del lenguaje como herramienta para conectar a la gente, promover la comprensión entre culturas y alcanzar sueños. Otros motivos salieron a relucir cuando hablamos con Kojima y con la veterana profesora Ueki Kaori, ya que ambas citaron la oportunidad de dotar a la gente de las herramientas para avanzar, junto con el cariño por el idioma japonés, como un fuerte factor de motivación en su elección de la enseñanza como profesión. El compromiso por parte de la Escuela Naganuma de ayudar a sus cargos se amplía con el ofrecimiento de ayuda para finalizar las peticiones de visados, la búsqueda de alojamiento y trabajo, la obtención de un teléfono móvil y, en general, hacerse entender dentro de la sociedad japonesa.

Efectivamente, hablando con algunos de los concursantes de regreso a la escuela tras las alocuciones, se produjo el consenso general de que gran parte de la dificultad en aprender japonés no proviene de la gramática, ni de la pronunciación, ni siquera de su complejo sistema de escritura, sino más bien del conocimiento social que se necesita para utilizar correctamente los muchos niveles rígidamente estratificados del japonés formal. Al ser preguntados por sus trucos para aprender el idioma, todos parecieron asentir en que relacionarse con la gente que utiliza el japonés es esencial, además de elogiar las ventajas de ver la televisión y obras dramáticas en japonés y memorizar la letra de canciones o las noticias del día.

Debate animado

En lo que respecta al creciente interés por estudiar la lengua japonesa, Ueki describe un cambio demográfico: “Cuando empecé a dar clases de japonés, la economía florecía y a muchos estudiantes de clase alta su Gobierno les concedía becas para venir a estudiar el idioma para poder utilizarlo en las finanzas y el comercio. Pero cuando la burbuja estalló, esos estudiantes fueron sustituidos por otros con un marcado interés personal en la cultura japonesa, o incluso en la subcultura, el manga, etcétera”.

Así pues, ¿en qué medida debemos agradecer a la cultura otaku por este auge del interés por Japón y por la lengua japonesa? En un debate celebrado a la semana siguiente, un importante profesor de estudios del Este Asiático con plaza en el extranjero se lamentó de la falta de una recopilación sustancial de análisis académicos sobre el manga y el anime, los caminos que llevan a muchos estudiantes al campo de los estudios japoneses. No obstante, uno de nuestros concursantes nos previene al preguntarle sobre qué consejo daría a los potenciales estudiantes de japonés: “Que no esperen aprender un buen japonés de los subtítulos del anime. Eso no funciona. Si estás decidido a utilizar el anime, por lo menos prescinde de los subtítulos”.

(Nuestro agradecimiento a la Escuela de japonés Naganuma.)

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