Las mujeres trabajadoras siguen encargándose de la mayoría de las tareas domésticas en Japón

La Encuesta sobre el uso del tiempo y las actividades de ocio de la sociedad japonesa publicada en septiembre de 2017 por el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones revela que en los hogares con hijos en los que ambos cónyuges trabajan las mujeres siguen dedicando una media de 4 horas y 54 minutos al día a las tareas domésticas, mientras que los hombres dedican unos 46 minutos, 6,5 veces menos. De este estudio, que se realiza cada cinco años, se desprende también que aunque el marido ahora dedica una media de 26 minutos más que hace veinte años, sigue habiendo una amplia brecha entre el tiempo que dedica la mujer y el hombre a estas labores. La encuesta arroja luz sobre esta realidad: aunque cada vez más mujeres se incorporan al mercado de trabajo, el reparto de las responsabilidades domésticas sigue sin cambiar y la carga de trabajo sigue recayendo de forma abrumadora sobre la mujer.

Esta situación que viven las mujeres en Japón ha sido comparada con la de los empleados de restaurantes abiertos las 24 horas que hacen frente al turno de madrugada solos, un fenómeno que en japonés recibe el nombre de wan man operēshon (del inglés one man operation), o wan ope. Para estos casos en Japón se acuñaron los términos wan ope kaji, cuando las tareas del hogar recaen sobre una sola persona; y wan ope ikuji, cuando una sola persona está al cargo de la crianza del hijo.

Para las mujeres este es un entorno similar al que sufren los trabajadores de las llamadas “empresas negras”, lo que las lleva a rechazar tener un segundo hijo, agudizándose así el declive de la natalidad. Además, el hecho de que sean ellas las que toman permisos más largos para cuidar a los hijos y las que hacen uso de los sistemas de jornada reducida por esta misma razón ha sido señalado como una traba para sus carreras profesionales dentro de las empresas.